Mirarlo A La Cara

Mirarlo a la cara

¿Miedo a la obscuridad? Algunos seres humanos pueden superar el miedo a lo desconocido. Para empezar analicemos desde el siguiente contexto, lo desconocido resulta ser atractivo para una parte de ser. Por otro lado, la adquisición continua de conocimiento de cada individuo abre un abanico de alternativas extensas para superar el miedo. Y por último, las personas encaran la vida de manera espontánea y natural son más propensas a romper definitivamente la barrera del miedo a lo desconocido. Es así como en adelante desarrollaremos los argumentos presentados.

Si lo desconocido resulta ser atractivo para una parte del ser es por lo planteado por Freud (1929) en sus tratados de la teoría de la personalidad, a breves rasgos podemos destacar que el ser humano despierta una ansiedad de realidad que lo impulsa a resolver de una u otra manera conflictos internos, la ansiedad provocada por lo desconocido se superpone a la consciencia de la realidad, que como resultado el ser humano activa sus mecanismos innatos de defensa dejándolo como un elemento exterior.

Por otra parte la adquisición continua del conocimiento de cada individuo abre diversas alternativas para superar el miedo, es así por ejemplo un niño en sus primeros años de vida tiene miedo a muchas cosas, el ruido, la obscuridad, el silencio, en fin empieza a tener miedo cuando experimenta por sí solo, pero al desarrollar su proceso cognitivo sus miedo empiezan a mitigarse, la seguridad cada vez se ve más identificada en el niño, de igual manera sucede a lo largo de la existencia del hombre, el enriquecimiento del conocimiento genera un desarrollo de la seguridad al momento de afrontar lo desconocido.

Adicionalmente las personas cuando encaran la vida de manera espontánea y natural son más propensas a romper definitivamente la barrera del miedo a lo desconocido, el miedo resulta ser sinónimo de inseguridad, de desconfianza. Los seres humanos por lo general dejamos que la espontaneidad se aleje de nuestro accionar cotidiano, las normas sociales marcan a la espontaneidad y naturalidad como actos sin preparación, organización o planificación. Acciones que son desarrolladas de esa forma se vuelven poco confiables, nos despiertan la falta de seguridad y confianza, nos hacen dudar de nosotros mismos, nos da miedo ser naturales.

Para resumir nuestro trajinar por la vida despertará obsesiones, pasiones, miedos por mencionar algunos sentimientos, pero está en cada uno de nosotros mirarlos a la cara, romper esa barrera de la inseguridad, esa desconfianza que nos provoca ponerlos en un papel protagónico de nuestro destino, aprender de las experiencias pasadas, saber reconocer nuestras debilidades y enfocarnos en las fortalezas que potencializarán el descubrimiento del real valor que llevamos dentro.

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