Mito De Prometeo
Enviado por buhoo_27 • 7 de Abril de 2014 • 1.263 Palabras (6 Páginas) • 220 Visitas
El mito de Prometeo
Según la mitología griega, la primera generación mística (las divinidades primordiales) creó la raza de los Titanes. Estos, en la persona de Cronos, el dios del tiempo, destronaron al Cielo (Caelus, Urano). Después, Zeus, hijo de Cronos, sucede a su padre, venciendo a la antigua estirpe después de una guerra sangrienta que lleva a los olímpicos al poder.
El nombre “Prometeo” tiene su origen griego y significa el “Pre-Vidente” o que se anticipa a los hechos. Prometeo no es un dios olímpico; es un titán (hijo de Japeto y Climene).
Prometeo sabía que en el suelo de la tierra reposaba la simiente de los cielos, por eso recogió arcilla, la mojó con sus lagrimas y la amasó, formando con ella varias imágenes semejantes a los dioses, los Señores del Mundo. “Los Hombres”.
Atenea, diosa de la sabiduría, que era su amiga, admiró la obra del hijo de los titanes e insufló en las imágenes el espíritu o soplo divino. Enseguida, les dio a ellos para beber de un néctar mágico para que pudiesen recuperar su pureza, regenerarse, en el caso de que un día la perdiesen.
Fue así que surgieron, según la leyenda, los primeros seres humanos, que poblaron la tierra. Aunque por mucho tiempo ellos no supieron hacer uso de la centella divina que habían recibido, no teniendo siquiera conocimiento de cómo trabajar con los materiales de la naturaleza que estaban a su disposición por todas partes.
Prometeo entonces se aproximó a sus criaturas y les enseño a controlar el fuego, a subyugar a los animales y usarlos como auxiliares en el trabajo; les mostró como construir barcos y velas para la navegación, les enseño a observar las estrellas a dominar el arte de contar y escribir, a que descubriesen los metales debajo de la tierra y hasta como preparar los alimentos nutritivos, ungüento para los dolores y remedios para curar las dolencias.
En cierta ocasión, estalló una disputa sobre que partes de un animal sacrificado debían ser ofrecidas a los dioses y con que partes debían quedarse los hombres. Prometeo fue designado juez en la disputa. El titán sacrificó un animal e hizo dos bolsas con su pellejo, en una depositó la carne del animal tapado por las vísceras y en la otra puso los huesos cubiertos con la grasa atractivamente colocada. Una vez hecho esto, le pidió a Zeus que eligiese una bolsa. Zeus eligió la que contenía los huesos con la grasa, que resultaba más agradable a la vista. A partir de aquel momento se le ofrecieron a los dioses los huesos y la grasa del animal, mientras que los hombres se quedaban con la carne.
Zeus tuvo que conformarse con el veredicto, pero enfurecido por la artimaña en la que había caído exclamó "Que coman la carne cruda", quitó el fuego a los hombres y se negó a proporcionárselos. Prometeo decidido a favorecer a los hombres, entró a hurtadillas en el Olimpo, robó el fuego sagrado y se lo entregó a sus protegidos. Esto lo hizo con el palo de una rama seca, se dirigió al carro de Helios (el Sol) donde a escondidas tomó un poco de fuego sagrado, trayéndolo para los seres humanos.
Solo cuando por toda la tierra se encendieron las fogatas es que Zeus tomó conocimiento del robo de Prometeo, pero ya era tarde. Puesto que ya no podía confiscar el fuego a los hombres, decidió castigar a los hombres que habían aceptado el regalo de su benefactor, inventa la forma más rápida de destruir el paraíso de los hombres: la mujer.
Zeus llama a Hefestos, el habilidoso dios artesano, y le pide confeccione una imagen de bronce. Deberá parecerse al hombre, pero, en alguna cosa deberá diferenciarse, de forma que lo encante y lo conmueva, atrasándole el trabajo y trastornándolo.
Atenea (Minerva) que ya no se considera
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