Noam Chosmky
Enviado por C427 • 7 de Julio de 2011 • 2.085 Palabras (9 Páginas) • 532 Visitas
PARTE 1 ¿Cómo ocurre que seres humanos, cuyos contactos con el mundo son breves, personales y limitados, son capaces, sin embargo, de llegar a saber tanto como saben?»
Aristóteles: el mundo está estructurado de una manera determinada y que el entendimiento humano es capaz de percibir dicha estructura, elevándose de los particulares a la especie, de ésta al género, de éste a ulteriores generalizaciones hasta alcanzar así el conocimiento de los universales a partir de la percepción de los particulares. Una «base de conocimiento preexistente» es un requisito previo para la adquisición del saber. Debemos de poseer una facultad innata para alcanzar estados de conocimiento avanzados, pero tales estados no son «innatos de una forma determinada, ni se han desarrollado a partir de otros estados aún más elevados, sino a partir de la percepción sensorial». Aristóteles, Posterior Analytics 2. 19 (ed. McKeon, 1941), pp.184 l86.
Lo que podemos conocer está determinado por «los modos de concepción del entendimiento», (2) en consecuencia, lo que efectivamente conocemos o lo que llegamos a creer depende de las experiencias específicas que despiertan en nosotros alguna parte del sistema cognitivo latente en nuestra mente. (2) Cudworth (1838), p. 75. Salvo indicación contraria, las citas que siguen en este párrafo provienen del mismo lugar: respectivamente, pp.65,
Cudworth razonó extensamente que la mente tiene un «poder de cognición innato» que nos proporciona los principios y concepciones que constituyen nuestro conocimiento siempre que nuestros sentidos le incitan a ello.
Podemos llegar a saber tanto porque, en cierto sentido, ya lo sabíamos antes, aun si los datos de los sentidos fueron necesarios para despertar y dilucidar este saber, o, para decirlo menos paradójicamente, nuestros sistemas de creencias son aquellos para cuya construcción está proyectada nuestra mente, en tanto que estructura biológica. Nosotros interpretamos la experiencia tal como la interpretamos a causa de nuestro proyecto mental especifico. Alcanzamos el conocimiento cuando las “ideas internas de la mente misma” y las estructuras que ésta crea se conforman en la naturaleza de las cosas.
Los sistemas cognitivos humanos demuestran no ser menos maravillosos y complejos que las estructuras físicas que se desarrollan en la vida del organismo. ¿Por qué, entonces, no deberíamos estudiar la adquisición de una estructura cognitiva como el lenguaje más o menos de la misma manera como estudiamos un órgano corporal complejo?
PARTE 2 El organismo no “aprende” a hacer crecer los brazos o a alcanzar la pubertad, sino que el curso corriente de la maduración está determinado genéticamente; en tanto que la puesta en práctica del plan genético depende, en parte, de factores externos. El resultado es un sistema de órganos que interaccionan – el corazón, el sistema visual, etc. – cada uno con sus estructuras y sus funciones, interactuando de una manera que está en gran parte predeterminada.
La facultad de hablar mediante un lenguaje humano no resultará en nada que no sea uno de los posibles lenguajes humanos, un conjunto estrechamente restringido.
Resumiendo, nuestra dotación genética establece la posibilidad del crecimiento y la maduración de órganos especiales, siendo uno de ellos la facultad de expresarnos mediante un lenguaje. El desarrollo de estos sistemas es esencialmente uniforme entre los individuos. Dos personas pertenecientes a una misma comunidad parlante pueden conversar fácilmente sobre algún tema nuevo entre ellas, a pesar de tener una experiencia sustancialmente distinta, a pesar del hecho de que las frases que construyen y comprenden no guardan ninguna analogía directa con nada que han oído. Sus mentes contienen sistemas de reglas, más o menos comparables, con una estructura muy específica, determinada con carácter general por algunas propiedades de la especie humana.
Estos factores innatos proporcionan la base para una vida social en común con otros individuos, cuyas capacidades no son distintas de las nuestras, a pesar de los accidentes de cada historia individual. Vivimos en un mundo de comprensión compartida que se extiende más allá de la limitada experiencia que evoca estructuras cognitivas en la mente
De manera similar, el hecho de que haya muchos lenguajes imaginables que no podríamos desarrollar por medio del ejercicio de la facultad del lenguaje, es una consecuencia de la dotación innata que hizo posible lograr el conocimiento del inglés o de cualquier otro idioma humano.
Parece ser que el conocimiento de un lenguaje se representa mentalmente como una “gramática”, es decir, un sistema finito de reglas y principios que interaccionan para determinar (“generar”) una clase infinita de expresiones, cada uno con una forma fonética, con un significado, y asociadas a propiedades estructurales. Parece que muchas de las propiedades fundamentales de estas gramáticas son parte de una dotación innata, de modo que el niño en realidad conoce de antemano qué tipo de gramática debe construir, y entonces debe determinar a cuál de los posibles lenguajes es al que está expuesto.
Los hechos se conocen sin que medie la experiencia, por no decir un entrenamiento. Parece razonable suponer que los principios que determinan la selección de un antecedente pertenecen a una “gramática universal”; es decir, a la dotación biológica que determina la estructura genética de la facultad de expresarnos por medio del lenguaje. Desde otro
PARTE 3 Aun conociendo muy poca cosa sustancial acerca de los universales lingüísticos, podemos estar bastantes seguros de que la posible variedad de lenguas está bien delimitada.
Los individuos de una comunidad lingüística han desarrollado esencialmente la misma lengua. Este hecho sólo se puede explicar sobre el supuesto de que estos individuos emplean principios altamente restrictivos que guían la construcción de la gramática. Además, los seres humanos no están proyectados, obviamente, para aprender una lengua humana específica más que otra, por lo que el sistema de principios debe ser una propiedad de la especie, y han de existir potentes restricciones que limitan la variedad de lenguas.
La ciencia no ofrece razón alguna para “aceptar la máxima común según la cual nada existe en la mente que no haya estado antes en los sentidos”, ni para poner en cuestión su negación en la filosofía racionalista. (Antoine Arnauld (1964), p. 36. Sobre la importancia de considerar «el lenguaje como un fenómeno biológico [comparable] a otros fenómenos biológicos)
Ha habido mucha discusión en torno a la denominada «hipótesis del innatismo», que sostiene que una de las facultades mentales común a toda la especie es la facultad del lenguaje que viene
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