Novela San Manuel Bueno
Enviado por anakarenguajardo • 19 de Abril de 2013 • 592 Palabras (3 Páginas) • 624 Visitas
Ángela empieza contando la historia desde que era una niña. Recuerda que su madre la hablaba más de Don Manuel Bueno que de su padre, quien había muerto cuando ella era muy niña. Su hermano, Lázaro, estaba trabajando en América y mandaba dinero, lo que les permitía vivir acomodadamente, y le permitió también a Ángela poder ir a estudiar a un colegio de monjas a la ciudad, a pesar de que a su hermano no le gustaban demasiado. En la ciudad se hablaba mucho de Don Manuel, y sus compañeras del colegio la preguntaban cosas sobre él.
Don Manuel estaba siempre preocupado por todos, para que todos fueran felices y disfrutasen de la vida.
Había en el pueblo un tonto, Blasillo, al que Don Manuel prestaba especial atención y consiguió enseñarle cosas que parecían imposibles que las hubiera aprendido. Otra maravilla de Don Manuel era su voz, todo el pueblo temblaba cuando en el sermón del Viernes Santo conseguía, que todo el mundo se quedara sin habla. Cuando durante la misa se rezaba el Credo, lo hacia todo el pueblo no cómo si fuese un
coro, sino como una sola voz Esto llamaba mucho la atención de Ángela, pero luego supo por qué lo hacía.
A Don Manuel no le gustaba estar sólo y tampoco estar sin nada que hacer, siempre estaba ayudando a los demás, sustituyendo en el trabajo cuando alguien estaba enfermo, visitaba a los enfermos con el médico e iba al colegio no sólo a enseñar sobre religión. Cuando se secó el nogal bajo el cual había estado jugando San Manuel de niño, pidió el tronco e hizo para él seis tablas, que guardaba al pie de su lecho. Hacía también pelotas para los jóvenes y juguetes para los niños.
Hasta aquí relata Ángela cómo recordaba ella a Don Manuel hasta que volvió del colegio. Cuando regresó y con el paso del tiempo, fue ayudando a Don Manuel en todo lo que la era posible, hasta el punto que éste la nombró su ayudanta.
En el año en que cumplió Ángela los 24, llegó Lázaro de América y estuvo insistiendo en llevarse a la ciudad a su madre y a u hermana, pero ni la una ni la otra quisieron, así que a Lázaro no le quedó otro remedio que quedarse él también en el pueblo. Lázaro sentía una rara admiración
por Don Manuel, del que decía que no era como los otros curas. Por aquel entonces, enfermó la madre de Ángela y murió, mas tarde Lázaro le prometió que rezaría por ella todos los días. Este hecho hizo que Lázaro y Don Manuel se pusieran más en contacto. Terminó Lázaro por ir a misa siempre, y daban juntos largos paseos por el lago.
Llegó el día de la comunión de Lázaro, y al llegar a casa, Ángela le dijo a Lázaro lo contenta que estaba, a lo que Lázaro contestó que lo había hecho para que estuvieran contentos todos los del pueblo. Lázaro tuvo que confesarle a su hermana que habia fingido como se lo había pedido el cura. Se dieron cuenta de la realidad
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