Oro Caballo Y Hombre
Enviado por aeddy • 17 de Febrero de 2014 • 643 Palabras (3 Páginas) • 1.197 Visitas
"...Una coraza de oro, un blindaje de oro... ¡Kilos de oro!". Rafael F. Muñoz "Oro, caballo y hombre".
Éste es el camino para los hombres que sean hombres y que traigan caballos que sean caballos... ¡Adelante!". Con esa arenga, el general Rodolfo Fierro azuza a su caballo y a un grupo de jinetes de las fuerzas villistas, empeñados en huir después de la derrota sufrida en Celaya ante el ejército de Obregón. Son los tiempos en que la Revolución adquiere institucionalidad y, por lo tanto, finaliza. Se vuelve gobierno.
Rafael F. Muñoz (1899-1972), escritor revolucionario, narra la gesta iniciada en 1910 en obras como "Vámonos con Pacho Villa", "Jefe Máximo", "Carabina 30-30" y otras con la crudeza de la violencia de la Revolución, las ambiciones, odios y traiciones entre los hombres que al derrotar al Porfiriato, buscan establecer un país justo. Equivocaron el camino y transmutarlo en botín de políticos, militares y empresarios sigue en el siglo XXI.
El general Rodolfo Fierro (1880-1915) es, sin duda, uno de los personajes más oscuros de la Revolución, al grado de aplicarle el mote de "El Carnicero". Otro escritor y revolucionario, Martín Luis Guzmán (1887-1976), en "Memorias de Pancho Villa" logra una de las mejores descripciones del carácter violento y brutal de Fierro, al describir en "La fiesta de las balas" el asesinato de 300 soldados carrancistas a manos de Fierro con inusitada e individual frialdad. La otra es la reseña que sigue, según escribe Rafael F. Muños en "Oro, caballo y hombre". Rodolfo Fierro fallece por la audacia y la valentía, llevadas a niveles de enfermedad mental, pero también porque sacrifica al caballo, que se hunde atorado en el fango de la Laguna de Guzmán, frente a Casas Grandes, Chihuahua, porque el jinete lleva una gran cantidad de oro en las alforjas de la silla y en un cinturón (víbora) de doble forro y algunas talegas y en la ropa:
"A la cabeza del grupo iba un hombre alto, con el sombrero texano arriscado en punta sobre la frente, tal como lo usan los ferrocarrileros, 'los del riel'. Rostro oscuro completamente afeitado, cabellos que eran casi cerdas, lacios, rígidos, negros; boca de perro de presa, manos poderosas, torso erguido y piernas de músculos boludos que apretaban los flancos del caballo como si fueran garras de águila. Aquel hombre se llamaba Rodolfo Fierro; había sido ferrocarrilero y después fue bandido, dedo meñique del jefe de la División del Norte, asesino brutal e implacable, de pistola certera y dedo índice que no se cansó nunca de torrar el gatillo".
Después de tan breve y clara descripción, el escritor narra la muerte del general revolucionario empeñado en cruzar la laguna. "-Los caballos andan mejor en el agua que en la nieve- dijo y metió espuelas.
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