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PASION POR EMPRENDER 5


Enviado por   •  4 de Marzo de 2012  •  2.837 Palabras (12 Páginas)  •  1.075 Visitas

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Cuando estaba por terminar mis estudios en la Universidad de SanAndrés, en Buenos Aires, decidí visitar a todos los empresarios que aceptaranrecibirme. Cursaba el último semestre de la licenciatura en Economía y sentíaque mi “contador de vueltas” se ponía en cero: la vida profesional era algo muydistinto de la universidad y el éxito alcanzado en la formación académica nogarantizaba en absoluto el éxito en el mundo de los negocios...Con esas entrevistas buscaba orientarme al estar cerca de iniciar miactividad profesional. Desde ya, este es un ejercicio que le sugiero hacer, comodisciplina continua, a toda persona que llega a su último año de estudios.Muchos jóvenes en esa situación piensan “¿Para qué voy a contactar a esteempresario, si no me va a atender ni a prestar atención?”. Pero quienes seaniman (¡y esto es algo esencial para el emprendedor en acción!) se puedenllevar una sorpresa. Eso fue lo que me pasó a mí. Realmente me sorprendí conla respuesta recibida. Unos por genuina voluntad de ayudar, otros quizá porqueles divierte, o acaso por una mezcla de ambas cosas, el hecho es que muchosempresarios están dispuestos a recibir a estudiantes que vienen a preguntarles“cómo hicieron” y pedirles consejo u orientación.En mi caso, empecé visitando amigos de mis padres; después seguí conamigos de amigos de mis padres, luego con padres de amigos y hasta llegué alos padres de amigas de ex novias... No dejé contacto sin explorar. Estabaávido por aprender qué era “ser empresario”. En una de esas visitas conocí auno de los empresarios argentinos a quienes más respeto, Guillermo Schettini,cuyas actividades abarcan desde las finanzas hasta la gastronomía.Recuerdo que me había dado una entrevista de quince minutos, de 3 a3.15 de la tarde, en el moderno edificio Chacofi, en el centro de Buenos Aires.Muy ansioso, llegué a las 2.50 y subí al piso 23. Al hacerme pasar a su oficiname preguntó:—¿En qué te puedo ayudar?—Estoy terminando la universidad y no sé muy bien para dóndeencaminarme. Conozco poco del mundo empresario porque no tengo familiaresque se muevan en ese ámbito y estoy buscando aprender.—¿Cuál es tu dilema concreto?

—Si hacer carrera corporativa o ser empresario —le contesté. Por entonces, la palabra emprendedor, que después se puso tan de moda, casi nila conocía.En ese momento Guillermo formuló la pregunta crucial:—¿Qué quieres ser: el presidente del Citibank o el dueño de “PochochosFreire”?—¡El dueño de “Pochochos Freire”, sin ninguna duda!—Bueno, está muy claro qué quieres. Ahora vamos a ver cómo te puedoayudar para llegar a eso.Algunos años después de nuestra primera entrevista, Guillermo Schettinilideró la inversión de siete millones de dólares con la que Santiago Bilinkis —miamigo desde que éramos estudiantes— y yo iniciamos Officenet.

La pregunta crucial

¿Qué es un emprendedor? ¿En qué consiste el entrepreneurship?

Labibliografía internacional sobre estos temas muestra distintos modos deabordar una respuesta. Pero en definitiva, hay dos definiciones que me gustanmucho y siempre uso:• UN EMPRENDEDOR ES UNA PERSONA QUE DETECTA UNAOPORTUNIDAD Y CREA UNA ORGANIZACIÓN (O LA ADQUIERE O ESPARTE DE UN GRUPO QUE LO HACE) PARA ENCARARLA.• EL PROCESO EMPRENDEDOR COMPRENDE TODAS LASACTIVIDADES RELACIONADAS CON DETECTAR OPORTUNIDADES YCREAR ORGANIZACIONES PARA CONCRETARLAS.

¿RICOS, JÓVENES, UNIVERSITARIOS?

Mucha gente asocia la palabra EMPRENDEDOR a imágenes que nosiempre coinciden con la realidad y, lo que es más importante, no ayudan acomprender qué es el proceso emprendedor. Si sumásemos esos rasgos,tendríamos una especie de estereotipo del entrepreneur como un joven defamilia rica, que luego de obtener su título universitario recibe de sus contentospadres un monto de capital para emprender, en general en el sector en el quela familia opera, aprovechando todas las ventajas de “pertenecer” a esaindustria. No es que no los haya así (¡y muy buenos!), pero es equivocadocreer que se trata del modelo típico o una regla esencial.

Está muy difundido el mito de que, en general, los emprendedoresprovienen de familias pudientes. Por ejemplo, cuando empezamos conOfficenet, mucha gente nos decía: “¡Ah, claro, ustedes son de los suertudos dela Universidad de San Andrés! Seguramente sus padres les dieron la plata parael negocio”.Debo aclarar que la Universidad de San Andrés, por la excelencia de laformación que brinda y el consiguiente costo que significa estudiar en ella, paramucha gente tiene fama de ser una institución a la que sólo acceden personasmuy ricas. Nada más lejos de la realidad en nuestro caso.Santiago y yo habíamos terminado nuestros estudios secundarios enescuelas públicas y pudimos realizar nuestros estudios académicos gracias auna beca, que mantuvimos a lo largo de la carrera permaneciendo siempreentre los cuatro mejores promedios, todos los años. No teníamos padres ricosque pudieran financiar nuestro proyecto de Officenet. Por cierto, tampocoempezamos en la época del furor de Internet, cuando casi cualquieraconseguía fondos (¡qué increíbles resultan hoy esos días!).Otro mito frecuente es sobre la edad para emprender. Hace poco, como jurado en un panel de entrepreneurship, conocí a Félix Brunato, que inició unaempresa de chocolates exóticos en un pueblito de Chile. Hace chocolatesrellenos con roquefort, otros al curry y toda una variedad de delicatessen así deimaginativa. Felix empezó el proyecto... ¡a los 83 años! Actualmente emplea al40 por ciento de la masa laboral de la localidad donde está instalado suemprendimiento y la ciudad es una gran atracción turística.Gracias a mi tarea como miembro del Consejo Global de Endeavor, unafundación norteamericana que promueve el surgimiento de entrepreneurs enpaíses emergentes, participé de muchos paneles internacionales de selecciónde emprendedores. ¡Y conocí de todo! Desde alguien como Félix Brunato hastalos artistas de De La Guarda, que comenzaron como un grupo teatral delcircuito no comercial o underground de Buenos Aires y hoy, desde los EstadosUnidos, Europa y Asia, conforman varios elencos que realizan giras mundiales.Es decir,

NO HACE FALTA SER RICO NI JOVEN NI NECESARIAMENTE HABER PASADO POR LA UNIVERSIDAD PARAEMPRENDER. LO QUE SE NECESITA —Y ESTO SÍ ES IRREMPLAZABLE—ES TENER CORAJE Y CONVICCIÓN EN LO QUE UNO QUIERE EMPRENDER.

Incluso cuando existe la fortuna familiar, el éxito del emprendimiento nodepende de ella. Es el caso, por ejemplo, de Daniela Klabin, la hija del magnatede una de las mayores empresas papeleras del Brasil. Cuando la conocí,Daniela comenzaba una empresa distribuidora de comidas a domicilio y llegó aadministrar cientos de deliveries para otros tantos restaurantes en San Pablo yRio de Janeiro.Sin importarle su origen y seguridad

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