POEMAS Federico García Lorca
Enviado por karmen.vida • 16 de Junio de 2013 • 4.054 Palabras (17 Páginas) • 419 Visitas
POEMAS
Federico García Lorca
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Romance sonámbulo
Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura
ella suena en su baranda,
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde.
Bajo la luna gitana,
las cosas la están mirando
y ella no puede mirarlas.
Verde que te quiero verde.
Grandes estrellas de escarcha,
vienen con el pez de sombra
que abre camino del alba.
La higuera frota su viento
con la lija de sus ramas,
y el monte, gato garduño,
eriza sus pitas agrias.
Pero quien vendrá? y por donde...?
Ella sigue en su baranda,
verde carne, pelo verde,
sonando la mar amarga.
Compadre, quiero cambiar
mi caballo por su casa,
mi montura por su espejo,
mi cuchillo por su manta.
Compadre, vengo sangrando,
desde los puertos de Cabra.
Si yo pudiera, mocito,
este trato se cerraba.
Pero yo ya no soy yo.
Ni mi casa es ya mi casa.
Compadre, quiero morir
decentemente en mi cama.
De acero, si puede ser,
con las sabanas de holanda.
No veis la herida que tengo
desde el pecho a la garganta?
Trescientas rosas morenas
lleva tu pechera blanca.
Tu sangre resuma y huele
alrededor de tu faja.
Pero yo ya no soy yo.
Ni mi casa es ya mi casa.
Dejadme subir al menos
hasta las altas barandas,
dejadme subir!, dejadme
hasta las verdes barandas.
Barandales de la luna
por donde retumba el agua.
Ya suben los dos compadres
hacia las altas barandas.
Dejando un rastro de sangre.
Dejando un rastro de lagrimas.
Temblaban en los tejados
farolillos de hojalata.
Mil panaderos de cristal.
herían la madrugada.
Verde que te quiero verde,
verde viento, verdes ramas.
Los dos compadres subieron.
El largo viento, dejaba
en la boca un raro gusto
de hiel, de menta y de albahaca.
Compadre! Donde esta, dime?
Donde esta tu niña amarga?
Cuantas veces te espero!
Cuantas veces te esperara,
cara fresca, negro pelo,
en esta verde baranda!
Sobre el rostro del aljibe,
se mecía la gitana.
Verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Un carámbano de luna
la sostiene sobre el agua.
La noche se puso intima
como una pequeña plaza.
Guardias civiles borrachos
en la puerta golpeaban.
Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar.
Y el caballo en la montaña.
Dos muchachas - La Lola y Amparo
La Lola
Bajo el naranjo lava
panales de algodón.
Tiene verdes los ojos
y violeta la voz.
!Ay, amor,
bajo el naranjo en flor!
Luego, cuando la Lola
gaste todo el jabón,
vendrán los torerillos.
!Ay, amor,
bajo el naranjo en flor!
Amparo
Amparo,
!que sola estas en tu casa
vestida de blanco!
(Ecuador entre el jazmín
y el nardo.)
Oyes los maravillosos
surtidores de tu patio,
y el débil trino amarillo
del canario.
Por la tarde ves temblar
los cipreses con los pájaros,
mientras bordas lentamente
letras sobre el cañamazo.
Amparo,
!que sola estas en tu casa,
vestida de blanco!
Amparo,
!y que difícil decirte:
yo te amo!
Camino
Cien jinetes enlutados,
?donde Irán,
por el cielo yaciente
del naranjal?
Ni a Córdoba ni a Sevilla
llegaran.
Ni a Granada la que suspira
por el mar.
Esos caballos soñolientos
los llevaran,
al laberinto de las cruces
donde tiembla el cantar.
con siete ayes clavados,
?donde Irán
los cien jinetes andaluces
del naranjal?
Las seis cuerdas
La guitarra,
hace llorar a los sueños.
El sollozo del as almas
perdidas,
se escapa por su boca
redonda.
Y como la tarántula
teje una gran estrella
para cazar suspiros,
que flotan en su negro
aljibe de madera.
Preciosa y el aire
Su luna de pergamino
Preciosa tocando viene,
por un anfibio sendero
de cristales y laureles.
El silencio sin estrellas,
huyendo del sonsonete,
cae donde el mar bate y canta
Su noche llena de peces.
En los picos de la sierra
los carabineros duermen
guardando las blancas torres
donde viven los ingleses.
Y los gitanos del agua
levantan por distraerse,
glorietas de caracolas
y ramas de pino verde.
Su luna de pergamino
Preciosa tocando viene.
Al verla se ha levantado
el viento, que nunca duerme.
San Cristo balón desnudo,
lleno de lenguas celestes,
mira a la niña tocando
una dulce gaita ausente.
Nina, deja que levante
tu vestido para verte.
Abre en mis dedos antiguos
la rosa azul de tu vientre.
Preciosa tira el pandero
y corre sin detenerse.
El viento - hombron la persigue
con una espada caliente.
Frunce su rumor el mar.
Los olivos palidecen.
Cantan las flautas de umbría
y el liso gong de la nieve.
!Preciosa, corre, Preciosa,
que te coge el viento verde!
!Preciosa, corre, Preciosa!
!Míralo por donde viene!
Sátiro de estrellas bajas
con sus lenguas relucientes.
Preciosa, llena de miedo,
entre en la casa que tiene
mas arriba de los pinos,
el cónsul de los ingleses.
Asustados por los gritos
tres carabineros vienen,
sus negras capas ceñidas
y los gorros en las sienes.
El ingles da a la gitana
un vaso de tibia leche,
y una copa de ginebra
que Preciosa no se bebe.
Y mientras cuenta, llorando,
su aventura a aquella gente,
en las tejas de pizarra
el viento, furioso, muerde.
Jorge Luis Borges
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