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POEMAS Federico García Lorca


Enviado por   •  16 de Junio de 2013  •  4.054 Palabras (17 Páginas)  •  421 Visitas

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POEMAS

Federico García Lorca

**********************************************

Romance sonámbulo

Verde que te quiero verde.

Verde viento. Verdes ramas.

El barco sobre la mar

y el caballo en la montaña.

Con la sombra en la cintura

ella suena en su baranda,

verde carne, pelo verde,

con ojos de fría plata.

Verde que te quiero verde.

Bajo la luna gitana,

las cosas la están mirando

y ella no puede mirarlas.

Verde que te quiero verde.

Grandes estrellas de escarcha,

vienen con el pez de sombra

que abre camino del alba.

La higuera frota su viento

con la lija de sus ramas,

y el monte, gato garduño,

eriza sus pitas agrias.

Pero quien vendrá? y por donde...?

Ella sigue en su baranda,

verde carne, pelo verde,

sonando la mar amarga.

Compadre, quiero cambiar

mi caballo por su casa,

mi montura por su espejo,

mi cuchillo por su manta.

Compadre, vengo sangrando,

desde los puertos de Cabra.

Si yo pudiera, mocito,

este trato se cerraba.

Pero yo ya no soy yo.

Ni mi casa es ya mi casa.

Compadre, quiero morir

decentemente en mi cama.

De acero, si puede ser,

con las sabanas de holanda.

No veis la herida que tengo

desde el pecho a la garganta?

Trescientas rosas morenas

lleva tu pechera blanca.

Tu sangre resuma y huele

alrededor de tu faja.

Pero yo ya no soy yo.

Ni mi casa es ya mi casa.

Dejadme subir al menos

hasta las altas barandas,

dejadme subir!, dejadme

hasta las verdes barandas.

Barandales de la luna

por donde retumba el agua.

Ya suben los dos compadres

hacia las altas barandas.

Dejando un rastro de sangre.

Dejando un rastro de lagrimas.

Temblaban en los tejados

farolillos de hojalata.

Mil panaderos de cristal.

herían la madrugada.

Verde que te quiero verde,

verde viento, verdes ramas.

Los dos compadres subieron.

El largo viento, dejaba

en la boca un raro gusto

de hiel, de menta y de albahaca.

Compadre! Donde esta, dime?

Donde esta tu niña amarga?

Cuantas veces te espero!

Cuantas veces te esperara,

cara fresca, negro pelo,

en esta verde baranda!

Sobre el rostro del aljibe,

se mecía la gitana.

Verde carne, pelo verde,

con ojos de fría plata.

Un carámbano de luna

la sostiene sobre el agua.

La noche se puso intima

como una pequeña plaza.

Guardias civiles borrachos

en la puerta golpeaban.

Verde que te quiero verde.

Verde viento. Verdes ramas.

El barco sobre la mar.

Y el caballo en la montaña.

Dos muchachas - La Lola y Amparo

La Lola

Bajo el naranjo lava

panales de algodón.

Tiene verdes los ojos

y violeta la voz.

!Ay, amor,

bajo el naranjo en flor!

Luego, cuando la Lola

gaste todo el jabón,

vendrán los torerillos.

!Ay, amor,

bajo el naranjo en flor!

Amparo

Amparo,

!que sola estas en tu casa

vestida de blanco!

(Ecuador entre el jazmín

y el nardo.)

Oyes los maravillosos

surtidores de tu patio,

y el débil trino amarillo

del canario.

Por la tarde ves temblar

los cipreses con los pájaros,

mientras bordas lentamente

letras sobre el cañamazo.

Amparo,

!que sola estas en tu casa,

vestida de blanco!

Amparo,

!y que difícil decirte:

yo te amo!

Camino

Cien jinetes enlutados,

?donde Irán,

por el cielo yaciente

del naranjal?

Ni a Córdoba ni a Sevilla

llegaran.

Ni a Granada la que suspira

por el mar.

Esos caballos soñolientos

los llevaran,

al laberinto de las cruces

donde tiembla el cantar.

con siete ayes clavados,

?donde Irán

los cien jinetes andaluces

del naranjal?

Las seis cuerdas

La guitarra,

hace llorar a los sueños.

El sollozo del as almas

perdidas,

se escapa por su boca

redonda.

Y como la tarántula

teje una gran estrella

para cazar suspiros,

que flotan en su negro

aljibe de madera.

Preciosa y el aire

Su luna de pergamino

Preciosa tocando viene,

por un anfibio sendero

de cristales y laureles.

El silencio sin estrellas,

huyendo del sonsonete,

cae donde el mar bate y canta

Su noche llena de peces.

En los picos de la sierra

los carabineros duermen

guardando las blancas torres

donde viven los ingleses.

Y los gitanos del agua

levantan por distraerse,

glorietas de caracolas

y ramas de pino verde.

Su luna de pergamino

Preciosa tocando viene.

Al verla se ha levantado

el viento, que nunca duerme.

San Cristo balón desnudo,

lleno de lenguas celestes,

mira a la niña tocando

una dulce gaita ausente.

Nina, deja que levante

tu vestido para verte.

Abre en mis dedos antiguos

la rosa azul de tu vientre.

Preciosa tira el pandero

y corre sin detenerse.

El viento - hombron la persigue

con una espada caliente.

Frunce su rumor el mar.

Los olivos palidecen.

Cantan las flautas de umbría

y el liso gong de la nieve.

!Preciosa, corre, Preciosa,

que te coge el viento verde!

!Preciosa, corre, Preciosa!

!Míralo por donde viene!

Sátiro de estrellas bajas

con sus lenguas relucientes.

Preciosa, llena de miedo,

entre en la casa que tiene

mas arriba de los pinos,

el cónsul de los ingleses.

Asustados por los gritos

tres carabineros vienen,

sus negras capas ceñidas

y los gorros en las sienes.

El ingles da a la gitana

un vaso de tibia leche,

y una copa de ginebra

que Preciosa no se bebe.

Y mientras cuenta, llorando,

su aventura a aquella gente,

en las tejas de pizarra

el viento, furioso, muerde.

Jorge Luis Borges

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