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POETAS Y OBRAS


Enviado por   •  1 de Abril de 2014  •  2.244 Palabras (9 Páginas)  •  218 Visitas

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Percy Bysshe Shelley

(04/08/1792 - 08/07/1822)

Poeta inglés

ALONDRA

Yo te saludo, espíritu ligero.

Tú nunca fuiste pájaro,

Pues desde el alto cielo o sus contornos,

Tu alma ardiente derramas

En trinos melodiosos

De un arte fuerte, libre y espontáneo.

Cada vez más arriba

De tierra, te remontas

Cual flamígera nube,

Y el éter rasgas con tus prestas alas

Lanzando siempre tu canción magnífica.

Entre los rayos de oro

Del sol poniente que se adorna altivo

Para morir, con matizadas nubes.

Tú flotas y te meces

Como incorpóreo júbilo, que acaba

De nacer para el mundo,

La moribunda luz del sol poniente

Te acompaña en tu vuelo;

Como errabunda estrella

Invisible recorres el espacio,

Mas yo oigo siempre tu canción divina.

ENDIMIÓN (FRAGMENTO)

Endymion; John Keats (1795-1821)

Una cosa bella es un goce eterno:

Su hermosura va creciendo

Y jamás caerá en la nada;

Antes conservará para nosotros

Un plácido retiro,

Un sueño lleno de dulces sueños,

La salud, un relajado alentar.

Así, cada mañana trenzamos una

Guirnalda de flores que nos ata a la tierra,

A pesar del desaliento, a la inhumana

Falta de naturalezas nobles,

A los días nublados,

A todos los caminos insanos y lóbregos

Abiertos a nuestra búsqueda:

Si, pese a todo, alguna bella forma

Alza el paño mortuorio

De nuestro espíritu ensombrecido.

Como el sol, la luna, los árboles ancianos y los nuevos

Tendiendo su sombra cálida sobre los rebaños;

Como también los narcisos

Y el universo verde en el que moran,

Y los claros arroyos que fluyendo

Frescos hacia el estío,

Y el claro en medio del bosque

Manchado de rosas silvestres;

Y así el sublime destino

Que imaginamos para los grandes muertos;

Todos los deliciosos cuentos que oímos o leímos:

Fuente eterna de una linfa inmortal

Que cae sobre nosotros desde la orilla del cielo.

ALFRED DE MUSSE

Escritor francés, nacido en París (1810-1857)

CON EL AMOR NO SE JUEGA

Acto 1

Escena primera — Una plaza ante el castillo. MAESTRO BLAZIUS, SEÑORA PLUCHE, EL CORO.

EL CORO

Mecido con suavidad sobre su mula fogosa, el señor Blazius avanza sobre los acianos floridos, con vestido nuevo, con el estuche de lápices a su lado. Como un bebé sobre la almohada, se balancea sobre su vientre rollizo, y con los ojos semicerrados, masculla un Pater noster en su triple mentón. (Al maestro.) Salud, maestro Blazius; usted llega a tiempo para la vendimia, parecido a una ánfora antigua.

MAESTRO BLAZIUS

Que los que quieran aprender algo importante me traigan aquí primero un vaso de vino fresco.

EL CORO

Esta es nuestra mejor escudilla; beba, maestro Blazius; el vino es bueno;... [continua]

ROMANCERO

-1-

El triste

A compasión mueve a todos

triste y pálido mancebo,

que en el rostro lleva escritos

sus callados sufrimientos.

Sus sienes calenturientas

refresca piadoso el viento;

doncellas bien desdeñosas

le ven con ojos benévolos.

Huyendo de todos, corre

al bosque, donde risueños

los pájaros y las hojas

forman alegre concierto.

Pero enmudecen las aves

y ruge el bosque siniestro

apenas ven que se acerca

el afligido mancebo

- 2 -

En la quietud de la noche

mi mal a solas lamento,

de la vana muchedumbre

los regocijos huyendo.

A solas corren mis lágrimas,

corren sin tregua ni término;

enjugarlas no consigo

con mis suspiros de fuego.

Un día, niño inocente,

cifré mi dicha en los juegos;

gozaba el don de la vida

sin saber lo que son duelos.

Jardín alegre era el mundo

de lozanas flores lleno;

rosas, lirios y violetas

mis únicos pasatiempos.

Soñando en verde floresta

vi juguetón arroyuelo;

miréme en sus claras linfas;

estaba pálido y tétrico.

Estaba tétrico y pálido

desque mis ojos la vieron:

trocóse en pena mi júbilo

sin sentirlo ni saberlo.

De los cielos descendida,

dulce paz llenó mi pecho;

de los cielos descendida,

huyó otra vez a los cielos.

Tinieblas llenan mis ojos,

sombras me van persiguiendo;

escucho sobresaltado

dentro de mí extraño acento.

Acométenme furiosos

ignotos padecimientos,

y mis entrañas quemando,

me consume extraño incendio.

Y esta hoguera que me abrasa,

y este dolor, del que muero,

amor, amor soberano,

míralo bien, ¡tú lo has hecho!

BALADAS LIRICAS-WILLIAM WORDSWORTH SAMUEL TAYLOR COLERIDGE

ANÉCDOTA PARA PADRES mostrando cómo el arte de mentir, puede ser enseñado. (1798)

(ANECDOTE FOR FATHERS SHEWING HOW THE ART OF LYING MAY BE TAUGHT.)

Tengo un niño de cinco años de edad,

Su cara es bella y fresca de ver;

Sus miembros son piezas fundidas en el molde del primor,

Y me quiere profundamente.

Una mañana paseábamos por nuestro muro,

Nuestra casa sosegada, llenaba por completo la vista,

Y sosteníamos una conversación intermitente

Como solemos hacer.

Mis pensamientos pasaron sobre lejanos placeres;

Pensé en la encantadora costa de Kilve,

Mi hogar agradable, cuando se inició la primavera,

Un largo, largo año pasado.

Fue un día, cuando pude sobrellevar

Pensar, pensar y pensar de nuevo;

Con tanta felicidad de sobra,

No podía sentir un dolor.

Mi hijo estaba a mi lado, tan delgado

Y ¡elegante en su vestido rústico!

Y muchas veces he hablado con él,

Con bastante ociosidad.

Las crías de los corderos corrieron agraciadamente;

El sol de la mañana brillaba luminoso y cálido;

"Kilve," dije, "era un lugar agradable,

"Y así es la granja Liswyn.

"Mi hijito, que te gusta más"

...

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