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POETAS DEL MUNDO


Enviado por   •  15 de Octubre de 2011  •  3.938 Palabras (16 Páginas)  •  502 Visitas

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POETAS DEL MUNDO

WALT WHITMAN

DE “CANTO A MÍ MISMO”

1. Me celebro y me canto a mí mismo.

Y lo que yo diga ahora de mí, lo digo de ti,

porque lo que yo tengo lo tienes tú

y cada átomo de mi cuerpo es tuyo también.

Vago... e invito a vagar a mi alma.

Vago y me tumbo a mi antojo sobre la tierra

para ver cómo crece la hierba del estío.

Mi lengua y cada molécula de mi sangre nacieron aquí,

de esta tierra y de estos vientos.

Me engendraron padres que nacieron aquí,

de padres que engendraron otros padres que nacieron aquí,

de padres hijos de esta tierra y de estos vientos también. Tengo treinta y siete años. Mi salud es perfecta.

Y con mi aliento puro

comienzo a cantar hoy

y no terminaré mi canto hasta que muera.

Que se callen ahora las escuelas y los credos.

Atrás. A su sitio.

Sé cuál es su misión y no la olvidaré;

que nadie la olvide.

Pero ahora yo ofrezco mi pecho lo mismo al bien que al mal,

dejo hablar a todos sin restricción,

y abro de par en par las puertas a la energía original de la naturaleza

desenfrenada.

JOSÉ MARTÍ

BANQUETE DE TIRANOS

Hay una raza vil de hombres tenaces

de sí propio inflados, y hechos todos,

todos, del pelo al pie, de garra y diente:

y hay otros, como flor, que al viento exhalan

en el amor del hombre su perfume.

Como en el bosque hay tòrtolas y fieras

y plantas insectívoras y pura

sensitiva y clavel en los jardines.

De alma de hombres los unos se alimentan:

Los otros su alma dan a que se nutran

y perfumen su diente los glotones,

tal como el hierro frío en las entrañas

de la virgen que mata se calienta.

A un banquete se sientan los tiranos

donde se sirven hombres; y esos viles

Que a los tiranos aman, diligentes

Cerebro y corazòn de hombres devoran:

Pero cuando la mano ensangrentada

Hunden en el manjar, del mártir muerto

Surge una luz que les aterra, flores

Grandes como una cruz súbito surgen

Y huyen, rojo el hocico, y pavoridos

A sus negras entrañas los tiranos.

Los que se aman a sí: los que la augusta

Razòn a su avaricia y gula ponen:

Los que no ostentan en la frente honrada

Ese cinto de luz que el yugo funde

Como el inmenso sol en ascuas quiebra

Los astros que a su seno se abalanzan:

Los que no llevan del decoro humano

Ornado el sano pecho: los menores

Y segundones de la vida, sòlo

A su goce ruin y medro atentos

Y no al concierto universal.

Danzas, comidas, músicas, harenes,

Jamás la aprobaciòn de un hombre honrado.

Y si acaso sin sangre hacerse puede

Hágase... clávalos, clávalos

En el horcòn más alto del camino

Por la mitad de la villana frente,

A la grandiosa humanidad traidores.

Como implacable obrero

Que un féretro de bronce clavetea,

Los que contigo

Se parten la naciòn a dentelladas.

CONSTANTINO CAVAFIS

ÍTACA

Cuando empieces tu ida hacia Ítaca,

desea que el camino sea largo,

lleno de peripecias, lleno de conocimientos.

A los Lestrígones y a los Cíclopes,

al encolerizado Poseidón no temas,

tales cosas en tu camino nunca las encontrarás,

si tu mirada permanece alta, si una escogida

emoción a tu alma y a tu cuerpo les guía.

A los Lestrígones y a los Cíclopes,

al fiero Poseidón no los encontrarás,

si no los llevas dentro de tu alma,

si tu alma no los coloca delante de ti.

Desea que el camino sea largo.

Que muchas sean las mañanas estivales

en que con cuánta satisfacción, con qué alegría

entrarás en puertos por primera vez vistos.

Haz un alto en los mercados fenicios,

y adquiere hermosas cosas,

nácares y corales, ámbares y ébanos,

y sensuales perfumes de todas clases,

los más abundantes y sensuales perfumes que puedas.

Visita muchas ciudades egipcias,

aprende y aprende de los instruidos.

Siempre en tu mente ten a Itaca.

La llegada a allí es tu destino.

Pero no precipites el viaje en absoluto.

Es mejor que muchos años dure.

Y que, ya anciano, arribes a la isla,

rico con cuanto obtuviste en el camino,

sin esperar que riquezas te dé Itaca.

Itaca te dio el hermoso viaje.

Sin ella no hubieras emprendido el camino.

No puede darte nada más.

Aunque la encuentres pobre, Ítaca no te engañó.

Tan sabio como te has hecho, con tanta experiencia,

ahora ya habrás comprendido qué significan las Itacas.

RUBÉN DARÍO

LO FATAL

Dichoso el árbol que es apenas sensitivo,

y más la piedra dura, porque ésta ya no siente,

pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,

ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,

y el temor de haber sido y un futuro terror...

Y el espanto seguro de estar mañana muerto,

y sufrir por la vida y por la sombra y por

lo que no conocemos y apenas sospechamos,

y la carne que tienta con sus frescos racimos

y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,

¡y no saber adónde vamos, ni de dónde venimos...!

LEÓN FELIPE

COMO TÚ

Así es mi vida,

piedra,

como tú; como tú,

piedra pequeña;

como tú,

piedra ligera;

como tú,

canto que ruedas

por las calzadas

y por las veredas;

como tú,

guijarro humilde de las carreteras;

como tú,

que en días de tormenta

te hundes

en el cieno de la tierra

y luego

centellas

bajo los cascos

y bajo las ruedas;

como tú, que no has servido

para ser ni piedra

de una Lonja,

ni piedra de una Audiencia,

ni piedra de un Palacio,

ni piedra de una Iglesia;

como tú,

piedra aventurera;

como tú,

que, tal vez, estás hecha

sólo para una honda,

piedra pequeña

y

ligera ...

FERNANDO

...

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