EL POETA Y EL MUNDO

EL POETA Y EL MUNDO

Recuerdo haber leído hace ya algunos años, en el diario El Mercurio, un texto que me llamó mucho la atención. Bajo el título de “El poeta y el mundo” encontré un artículo que se refería a los dichos de una escritora polaca, cuyo nombre es Wislawa Szymborska, quien entregaba su visión sobre lo que significaba ser poeta en una sociedad como la nuestra: donde el capitalismo y sus valores son los que mandan.

Básicamente lo que planteaba el artículo era que el poeta es mirado en nuestra sociedad de manera peyorativa, por cuanto un poeta se aleja de manera radical de lo que la sociedad les exige a los individuos para considerarlos exitosos. Es indudable que la sociedad le pide al ser humano productividad, por lo cual, el poeta y su producto: la poesía, son algo inútil para ella. Esto obliga muchas veces a que el poeta se sienta incómodo a la hora de presentarse, ya que tiene clara conciencia de que en nuestro mundo ser “escritor” es sinónimo de nada.

Por otra parte, es evidente que entre el quehacer de todos los artistas, el oficio del poeta parece ser el menos atractivo o entretenido para el resto de las personas. Esto queda de manifiesto en el hecho de que en la industria del cine se han realizado innumerables películas sobre pintores, músicos, bailarines o actores, pero casi no existen filmes donde se retrate la vida de un poeta. Esto se debe a que el oficio del escritor es una actividad sin fotogenia. ¿A quién podría parecerle atractiva la actividad de la creatividad literaria?, ¿se imaginan a un tipo que escribe unas palabras en una página en blanco para luego quedarse inmóvil durante muchos minutos sin hacer nada más? Es una imagen demasiado aburrida.

No obstante lo anterior, todos los artistas comparten algo: LA INSPIRACIÓN. Pero ¿qué es la inspiración?, ¿cuándo uno está inspirado?. Desde mi perspectiva es algo casi indefinible, al menos así lo fue durante largo tiempo. Según Wislawa Szymborska, la inspiración no es algo exclusivo de escritores ni de artistas y es aquí justamente donde esta escritora llamó más mi atención. En el texto planteaba que “los inspirados son todos aquellos que han elegido concientemente su vocación” y así pueden hacer su trabajo con amor e imaginación. Entonces, la inspiración no es algo que se relacione exclusivamente con el quehacer artístico, sino que más bien es algo que tiene que ver con el desarrollar una labor que nos guste, ya que sólo así, cuando uno trabaja en algo que realmente lo motiva, podrá encontrar ese segundo en que se sienta realizado totalmente. Fue así como comprendí en qué consistía la inspiración, “es un momento en que casi como por arte de magia, uno siente que lo que está haciendo está resultando muy bien, encontrando que no podría ser mejor ... y uno se siente pleno, realizado...; eso es la inspiración, es como un rayo de luz que cae de pronto sobre nosotros permitiéndonos que hagamos las cosas bien. Y resulta que la inspiración va de la mano de la vocación”.

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