Paulo Freire

Este primer día de clases difícilmente es libre de inseguridades, de timidez principalmente; si nosotros como maestras nos encontremos realmente inseguras, y no nos sentirnos capaces de conducir los trabajos y de manejar las dificultades. En el fondo, de repente, la situación concreta que nosotras las educadoras enfrentamos en el salón de clases no tiene casi nada que ver con las clases teóricas que nosotros acostumbramos a ver anteriormente. De hecho el miedo es un derecho más al que corresponde el deber de educar, de asumirlo para superarlo. Asumir el miedo es no esconderlo, solamente así podremos vencerlo.

El primer día de clases para un educador es la prueba de si sinceramente esta preparado para afrontar un grupo de alumnos en cual son todos diferentes en su forma de ser y de sentir es allí donde después de este día debemos estudiar a cada niño en cuanto su comportamiento e intelecto en cual será importante para darnos cuenta de cómo vamos a manejar a dichos niños que desde ese día en adelante tendremos a cargo un futuro que dependerá de nosotros en cuanto a su educación que es lo más importante que debe tener un ser humano para que pueda defenderse en la vida.

Aquí veremos la diferencia entre enseñar y aprender ya que nosotros como educadores tenemos solo la teoría y una pequeña parte de la práctica en donde desarrollamos de verdad lo que es ser un buen educador y para ver si nuestros alumnos nos aceptaran como sus futuras maestras que los ayudaran empezar su camino en la educación, que podamos brindarles un futuro bueno y digno de ellos, que siempre quieran ir por el camino del bien y no escojan ser unas malas personas.

Ya que seguro nos vamos a conseguir con niños muy difíciles de manejar y que nosotras como sus maestras debemos tratar de hacerlo cambiar de ideas y que así sea una persona recta y con muchas ganas de ser mejor cada día.

En el primer día de clases que nos imaginamos los docentes es que la relación de nosotros para con los alumnos sea buena y que al dar un paso hacia adelante seamos aceptados por ellos pero debemos tener conciencia de que a lo mejor no será así y que debamos trabajar mucho en eso para que al final de ese primer día de clases seamos muy bien y con gran gusto aceptados por nuestro grupo de alumnos asignados.

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