Pauto & El Avaro
Enviado por vaquitamtz • 28 de Marzo de 2014 • 570 Palabras (3 Páginas) • 366 Visitas
Presentación del tema:
En el presente ensayo se analizarán las consecuencias de la avaricia en la familia comprando las obras “La Olla” de Plauto y “El Avaro” de Moliere.
Tesis:
Las consecuencias de la avaricia en la familia se pueden observar tanto en la obra “La Olla” de Plauto como en “El Avaro” de Moliere a través de los comportamientos que tienen tanto Euclión como Harpagón, comportamientos avaros y egoístas que terminan por dejarlos sin nada.
Variables:
Primero podemos ver en las actitudes de Euclión y de Harpagón, cómo las personas avaras no son felices porque siempre quieren más y nunca se sacian con lo que tienen.
Luego podemos ver el trato de los personajes principales con sus hijos y cómo como cuando las cosas materiales son lo más importante en la vida de una persona, puede incluso, dejar en segundo plano a sus propios familiares.
Finalmente podemos ver, al analizar los comportamientos de Euclión y de Harpagón, cómo la avaricia genera una gran desconfianza en las personas.
La avaricia nunca sacia, los avaros nunca van a estar contentos con lo que tienen, como nos lo dice Stróbilo en La Olla: “No
hay riquezas bastantes para ellos, ni las de Midas o de Creso. Ni todo el tesoro de los persas es suficiente a colmar el abismo tartáreo de su codicia.” (Plauto, pág. 159) ó como dice Harpagón en El Avaro: “Yo no voy a firmar un recibo por algo que no he percibido, tienen que aportarme algo.” (Moliere, pág. 365) Podemos ver cómo los avaros sólo están interesados en las cosas que les puedan aportar algo material.
Las personas que rodean a los avaros son infelices, en especial sus familiares y sus hijos más específicamente, como le dice Cleanto a su padre en El Avaro: “¿No te sonroja deshonrar tu apellido con este tipo de asuntos, sacrificar tu buen nombre y tu reputación al deseo insaciable de amontonar escudo sobre escudo?” (Moliere, pág. 349) Cuando las cosas materiales toman el primer lugar en la jerarquía de valores personal, incluso los seres más cercanos pueden pasar a segundo plano cómo podemos ver en La Olla: “¿Qué no podía el viejo este comprar viandas de lo suyo en las nupcias de su hija?” (Plauto, pág. 138)
La avaricia genera desconfianza en las personas, ya no pueden fiarse en nadie y desconfían de todos, conocidos y desconocidos. Podemos ver como Euclión desconfía de las buenas intenciones de Megadoro: “Cuando un rico se dirige afablemente a un pobre, no es sin fundamento. Este hombre sabe ya que yo tengo oro; por eso me saluda con deferencia.” (Plauto, pág. 134) O también podemos ver como Harpagón desconfía de sus propios sirvientes: “Estos calzones tan anchos están hechos para esconder objetos robados. ¡Cuánto me gustaría que hubieran ahorcado a alguien por hacerlo!” (Moliere, pág. 353)
“Donde está tu tesoro, ahí está tu corazón.” (Mt.
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