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Perpetuos


Enviado por   •  5 de Abril de 2012  •  1.528 Palabras (7 Páginas)  •  320 Visitas

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Quién se ha llevado mi queso? Es la pregunta que todo mundo nos hemos hecho al menos una vez en nuestra vida, es la pregunta que nos ha hecho levantarnos y seguir adelante o estancarnos en nuestra mediocridad esperando que nuestros problemas se resuelvan por si solos.

Haw, Hem, Fisgón y Escurridizo. Estos 4 personajes son parte de una narración extraordinaria, que nos hace ver como gira el mundo mientras nosotros seguimos viviendo en nuestro pequeño mundo (este puede ser nuestro trabajo, la escuela, nuestras relaciones, etc.) Creyendo que todo sigue igual y que seguirá así por siempre. Creemos vivir en un mundo de hadas “Donde, después de unas cuantas dificultades vivimos felices para siempre”. MENTIRA, eso no existe, nunca ha existido ni existirá jamás, porque el mundo gira, se mueve constantemente, y para poder seguir creciendo, desarrollarnos y avanzar, debemos de movernos con él, de lo contrario nos quedaremos varados, estancados, llenos de rencor y culpando a los demás por nuestros errores.

Los 4 personajes mostrados en el libro ¿Quién se ha llevado mi queso?, representan 4 de nuestras facetas, diferentes formas de actuar en distintas circunstancias.

En nuestra juventud predomina la actitud y las acciones de Fisgón y Escurridizo, siempre alertas, listos para cualquier cambio, nos dejábamos guiar por nuestro instinto, estábamos más que listos para iniciar cualquier aventura, sin importar que tan imposible o difícil pareciera.

Más adelante, conforme paso el tiempo en algún momento entre nuestra etapa adolescente y la etapa madura, perdimos la garra, el entusiasmo, las ganas, dejamos de creer en ese sentimiento que nos guía a cosas nuevas, alcanzar nuevas metas. Creímos que con alcanzar algunos objetivos habíamos satisfecho nuestra existencia y nos quedamos estancados, creyendo que eso fue todo, que no hay más. En ese momento nos convertimos en Hem y Haw.

Desgraciadamente o agraciadamente, la vida no es así, el mundo en el que vivimos no se rige por esa regla, está en un constante y rápido movimiento en cual nosotros debemos saber desempeñarnos actuando de la manera más adecuada para no quedar sorprendidos y estancados en nuestro pequeño mundo, del cual no nos queremos mover.

EL CUENTO

Erase una vez un país muy lejano en el que vivían cuatro personajes. Todos corrían por un laberinto en busca del queso con que se alimentaban y los hacía felices.

Dos de ellos eran ratones, y se llamaban Oliendo y Corriendo (Oli y Corri para sus amigos); los otros dos eran personitas, seres del tamaño de los ratones, pero que tenían un aspecto y una manera de actuar muy parecida a los de los humanos actuales. Sus nombres eran Kif y Kof.

Debido a su pequeño tamaño, resultaba difícil ver qué estaban haciendo, pero si mirabas de cerca descubrías cosas asombrosas.

Tanto los ratones como las personitas se pasaban el día en el laberinto buscando su queso favorito.

Oli y Corri, los ratones, aunque solo poseían cerebro de roedores, tenían muy buen instinto y buscaban el queso seco y curado que tanto gusta a estos animalitos.

Kif y Kof, las personitas, utilizaban un cerebro repleto de creencias para buscar un tipo muy distinto de Queso –con mayúscula-, que ellos creían que los haría ser felices y triunfar.

Por distintos que fueran los ratones y las personitas, tenían algo en común: todas las mañanas se ponían su chándal y sus zapatillas deportivas, salían de su casita y se precipitaban corriendo hacia el laberinto en busca de su queso favorito.

El laberinto era un dédalo de pasillos y salas, y algunas de ellas contenían delicioso queso. Pero también había rincones oscuros y callejones sin salida que no llevaban a ningún sitio. Era un lugar en el que resultaba muy fácil perderse.

Sin embargo, para los que daban con el camino, el laberinto albergaba secretos que les permitían disfrutar de una vida mejor.

Para buscar queso, Oli y Corri, los ratones, utilizaban el sencillo pero ineficaz método del tanteo. Recorrían un pasillo, y si estaba vacío, daban media vuelta y recorrían el siguiente.

Oli olfateaba el aire con su gran hocico a fin de averiguar en qué dirección había que ir para encontrar queso, y Corri se abalanzaba hacia allí. Como imaginaréis, se perdían, daban muchas vueltas inútiles y a menudo chocaban contra las paredes.

Sin embargo, Kif y Kof, las dos personitas, utilizaban un método distinto que se basaba en su capacidad de pensar y aprender de las experiencias pasadas, aunque a veces sus creencias y emociones los confundían.

Con el tiempo, siguiendo cada uno su propio método, todos encontraron ,lo que habían estado buscando: un día, al final de uno de los pasillos, en la Gran central Quesera Q, dieron con el tipo de queso que

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