Poema A Ajuarez
Enviado por CHARLIEMAESTRO • 6 de Septiembre de 2012 • 720 Palabras (3 Páginas) • 1.622 Visitas
Dadle a mi voz del huracán rugiente
El poder no domado y estruendoso,
Que así quiero cantar de gente en gente
Las inmortales glorias de un coloso
Si la muerte, que a todos nos aterra,
Un trono sobre el ancho firmamento
Guarda a los semidioses de la tierra
Juárez el inmortal tiene ese asiento
Nacido en el peñón de una montaña
Bajo el dosel del azulado espacio,
Sun alcázar infantil fue una cabaña,
Y el abierto horizonte su palacio
Por su indígena raza, firme, austero;
Por su oscuro nacer, del pueblo hermano;
La tez de bronce, el corazón de acero
Griego el pensar y el alma romano
Los más brillantes lauros de la gloria
Estaban a su frente destinados
Los grandes caracteres de la historia
Estaban en el suyo condensados
El alma de Catón, el gran civismo
De Leonidas y el Agis, la justicia
De Temísticles, todo el patriotismo
De Licurgo, el saber y la pericia
Todo en aquel humilde pequeñuelo
Que en la tierra de Ixtlán pobre crecía,
Como en un arca lo guardaba el cielo,
¡sólo el Dios de los libres lo sabía!
Águila audaz que sobre abrupta peña
Y en muda soledad cuelga su nido, cuando más tarde la extensión domeña,
El valle ante sus pies queda vencido.
Así Juárez, así; sin esas garras falsas
Con que la corte irradia bella,
Águila de Anáhuac, abrió sus alas,
Miró a su patria y combatió por ella
La lucha era terrible; usos y leyes
Ibáñez a derrocar; el antro oscuro,
Nido de encomenderos y virreyes,
Iba a crujir con su imponente muro
Aún vagaba en la atmósfera el aliento
De otras edades a la luz lejanas;
Íbase a desatar el pensamiento,
A dejar el derecho sin cadenas.
Al mirar aquel hombre que surgía
De las revueltas mansas populares,
Grande cual surge el luminar del día
De las revueltas ondas de los mares.
Rugió la envidia en su furor tremenda,
Y el fanatismo del rencor eterno,
Sintió, como el Satán de la leyenda
Odió al Jehová que lo lanzó al infierno.
Juárez, sereno en su saber profundo
Fija en el porvenir su audaz mirada y ve cómo Colón, un nuevo mundo,
Entre las sombras de la edad pasada
A describir sus luchas no me atrevo;
ante tanta grandeza yo me inclino
aquel reformador, gigante y nuevo
tuvo un Gólgota horrible por camino.
A sus guerreros bravos y
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