Poema Vuelve A Su Quinta
Enviado por • 12 de Noviembre de 2012 • 559 Palabras (3 Páginas) • 551 Visitas
Vuelve a su quinta, anfriso, solo y viudo
Oh mal haya la muerte,
que así fatal me quita la vida,
sin matarme: y en una muerte
viva me deja en tan triste
calma para hacer más cruel su herida,
con una que solo es alma
de la muerte que siento con la vida.
ENDECHAS
Qué mustias, qué calladas
mis pobres ovejillas,
cansadas de tristeza,
yacen en su rebaño mal dormidas.
Ya no como otras veces,
cuando apenas sentían
de mi Tirse las huellas,
con que todo su campo florecía.
Que dejando el sosiego
de su majada se iban,
apostando entre todas
sobre cuál a verla antes llegaría.
Y con balidos dulces,
con suaves melodías
a coros le formaban
de su mismo destemple su armonía.
Componiendo en su modo,
en danzas desmedidas,
saraos de sus retozos,
con que todas salían a recibirla.
Cuál con saltos inquieta,
corriendo más aprisa,
mudamente le daba alegre
el parabién de su venida.
Cuál llegaba a besarle
los pies, se le quería
subir, loca de gusto,
a besarle halagüeña las mejillas.
Cuál con más mansedumbre,
urbanamente fina,
llegándose a ella tierna,
sus amorosas manos le lamía.
Cuál con varias carreras
llegaba y se volvía
otra vez, y otras muchas,
a darle enhorabuenas repetidas.
Cuál corriendo a las otras,
que aún quedaban dormidas,
les pedía de la nueva
de su alegre llegada las albricias.
A que mi Tirse entonces,
risueña y compasiva,
a todas halagando
a todas su cortejo agradecía.
A cuál cogía en los brazos,
y a cuál con mil caricias,
limpiándola de abrojos,
la ambarcalada lana le mullía.
A cuál agasajando
con agradable risa
daba a lamer la mano;
y a cuál se la pasaba enternecida.
Los corderillos tiernos,
que aún no la conocían,
olvidados del pecho,
tras sus madres partían a recibirla.
Y con alegres señas,
de su nueva alegría,
por el suelo postrados,
parece la adoraban de rodillas.
A que ella viendo entonces
una imagen tan viva
de su humilde inocencia,
a sus brazos del suelo los subía.
...