Poemas(Gustavo Adolfo Bécquer Y Dolores Veintimilla De Galindo)
Enviado por Alexandrea1991 • 15 de Agosto de 2013 • 1.518 Palabras (7 Páginas) • 786 Visitas
Poemas de Gustavo Adolfo Bécquer
Rima 1 (XLVIII). Como se arranca el hierro de una herida
Como se arranca el hierro de una herida
Su amor de las entrañas me arranqué;
Aunque sentí al hacerlo que la vida
¡Me arrancaba con él!
Del altar que le alcé en el alma mía,
La voluntad su imagen arrojó;
Y la luz de la fe que en ella ardía
Ante el ara desierta se apagó.
Aún para combatir mi firme empeño
Viene a mi mente su visión tenaz...
¡Cuánto podré dormir con ese sueño
En que acaba el soñar!
Rima 4 (XXXVIII). Los suspiros son aire y van al aire
Los suspiros son aire y van al aire.
Las lágrimas son agua y van al mar.
Dime, mujer, cuando el amor se olvida,
¿Sabes tú adónde va?
Rima 10 (XLIV). Como en un libro abierto
Como en un libro abierto
Leo de tus pupilas en el fondo.
¿A qué fingir el labio
Risas que desmienten los ojos?
¡Llora! No te avergüences
De confesar que me quisiste un poco.
¡Llora! Nadie nos mira.
Ya ves, yo soy un hombre y también lloro.
Rima 14 (XLIX). Alguna vez la encuentro por el mundo
Alguna vez la encuentro por el mundo,
Y pasa junto a mí;
Y pasa sonriéndose, y yo digo:
—¿Cómo puede reír?
Luego asoma a mi labio otra sonrisa,
Máscara del dolor,
Y entonces pienso: —Acaso ella se ríe,
Como me río yo.
Rima 16 (XLII). Cuando me lo contaron sentí el frío
Cuando me lo contaron sentí el frío
De una hoja de acero en las entrañas,
Me apoyé contra el muro, y un instante
La conciencia perdí de dónde estaba.
Cayó sobre mi espíritu la noche,
En ira y en piedad se anegó el alma.
¡Y entonces comprendí por qué se llora!
¡Y entonces comprendí por qué se mata!
Pasó la nube de dolor, con pena
Logré balbucir breves palabras
¿Quién me dio la noticia? Un fiel amigo.
Me hacía un gran favor, le di las gracias.
Rima 21 (XXI). ¿Qué es poesía?, dices
—¿Qué es poesía?, dices, mientras clavas
En mi pupila tu pupila azul,
¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía... eres tú.
Rima 22 (XXIII). Por una mirada, un mundo
A ella. No sé.
Por una mirada, un mundo;
Por una sonrisa, un cielo;
Por un beso... ¡Yo no sé
Qué te diera por un beso!
Rima 31 (XXV). Cuando en la noche te envuelven
Cuando en la noche te envuelven
Las alas de tul del sueño
Y tus tendidas pestañas
Semejan arcos de ébano,
Por escuchar los latidos
De tu corazón inquieto
Y reclinar tu dormida
Cabeza sobre mi pecho,
Diera, alma mía,
Cuanto poseo:
¡La luz, el aire,
Y el pensamiento!
Cuando se clavan tus ojos
En un invisible objeto
Y tus labios ilumina
De una sonrisa el reflejo,
Por leer sobre tu frente
El callado pensamiento
Que pasa como la nube
Del mar sobre el ancho espejo,
Diera, alma mía,
Cuanto deseo:
¡La fama, el oro,
La gloria, el genio!
Cuando enmudece tu lengua
Y se apresura tu aliento
Y tus mejillas se encienden
Y entornas tus ojos negros,
Por ver entre sus pestañas
Brillar con húmedo fuego
La ardiente chispa que brota
Del volcán de los deseos,
Diera, alma mía,
Por cuanto espero,
¡La fe, el espíritu,
La tierra, el cielo!
Rima 38 (LIII). Volverán las oscuras golondrinas
Volverán las oscuras golondrinas
De tu balcón sus nidos a colgar
Y otra vez con el ala a sus cristales
Jugando llamarán.
Pero aquellas que el vuelo refrenaban
Tu hermosura y mi dicha a contemplar,
Aquellas que aprendieron nuestros nombres,
Esas, ¡no volverán!
Volverán las tupidas madreselvas
De tu jardín las tapias a escalar
Y otra vez a la tarde aún más hermosas
Sus flores se abrirán.
Pero aquellas cuajadas de rocío
Cuyas gotas mirábamos temblar
Y caer como lágrimas del día,
Esas, ¡no volverán!
Volverán del amor en tus oídos
Las palabras ardientes a sonar,
Tu corazón de su profundo sueño
Tal vez despertará.
Pero mudo y absorto y de rodillas,
Como se adora a Dios ante su altar,
Como yo te he querido, desengáñate,
¡Nadie así te amará!
Rima 44 (LXXVII). Dices que tienes corazón
Dices que tienes corazón, y sólo
Lo dices porque sientes sus latidos.
Eso no es corazón...; es una máquina,
Que, al compás que se mueve, hace ruido.
Rima 51 (XI). Yo soy ardiente, yo soy morena
Yo soy ardiente, yo soy morena,
Yo soy el símbolo de la pasión,
De ansia de goces mi alma está llena.
¿A mí me buscas?
No es a ti, no.
Mi frente es pálida, mis trenzas de oro,
Puedo brindarte dichas sin fin.
Yo de ternura guardo un tesoro.
¿A mí me llamas?
No, no es a ti.
Yo soy un sueño, un imposible,
Vano fantasma de niebla y luz;
Soy incorpórea, soy intangible.
No puedo amarte.
¡Oh ven, ven tú!
Rima 61 (LXVIII). No sé lo que he soñado
No sé lo que he soñado
En la noche pasada.
Triste, muy triste debió ser el sueño
Pues despierto la angustia me duraba.
Noté al incorporarme
Húmeda la almohada,
Y por primera vez sentí, al notarlo,
De un amargo placer henchirse el alma.
Triste cosa
...