Popol Vuh, Resumen Por Capitulos

PRIMERA PARTE

CAPÍTULO I

El capítulo uno, nos habla de cómo fue la creación del universo. Nos narra en las condiciones en las que se encontraba todo: “Solamente había inmovilidad y silencio en la oscuridad de la noche. Sólo el Creador, el Formador, Tepeu, Gucumatz, los Progenitores, estaban en el agua rodeados de claridad”.

Posteriormente nos dice que estos dioses, comenzaron a pensar en la necesidad de que existiera un hombre, los motivos y la forma de crearlo en esta parte aún no son claros. Entonces, con tal objeto se pusieron a crear las distintas cosas que hay en la tierra, como los árboles. Ahora los 3 dioses creadores (Caculhá-Huracán, Chipi-Calculhá y Raxa-Calculhá) empiezan a crear el entorno que lograra la vida, le piden a el agua que desocupe (el espacio) y que surja la tierra. Pidieron que “aclare”, es decir que exista la luz. Al instante que mencionaban las cosas, estas aparecían como por arte de magia, según lo explican.

CAPÍTULO II

Comienza explicándonos que las primeros animales que se crearon fueron los pequeños que habitan los montes y que estos fueron designados guardianes de todos los bosques. A la par fueron creados los venados, los pájaros, leones, tigres, serpientes, etc. Para ellos hubo una repartición del lugar en donde vivirían y de las funciones que tendrían. Se les encomendó que produjeran sonidos, es decir que no existiera el silencio y que cada uno lo hiciera según su especie “Hablad, gritad, gorjead, llamad, hablad cada uno según vuestra especie, según la variedad de cada uno”.

Se les pidió que hablaran y que los alabaran (a los dioses), pero no pudieron conseguir que hablaran y por lo tanto era imposible que los alabaran. Les dieron una segunda oportunidad, pero no pudieron entender su lenguaje y como modo de castigos les condenó a ser devorados “[…] Por tal razón fueron inmoladas sus carnes y fueron condenados a ser comidos y matados los animales que existen sobre la faz de la tierra”.

Los dioses estaban decididos a crear criaturas que fueran respetuosas, que los recordaran, que fueran obedientes a sus mandatos y que los alimentaran con ceremonias y alabanzas. Aquí es cuando se hace el primer intento para crear al hombre. Este fue hecho de lodo, pero al poco tiempo se dieron cuenta de que no estaba bien porque no tenía movimiento, no tenía fuerza, se caía y lo más importante; que no tenía entendimiento. Decidieron desbaratarlo y deshacer su obra y creación.

Huracán, Tepeu y Gucumatz piden en una consulta con Ixpiyacoc e Ixmucané, un consejo acerca de cómo debían crear a ese hombre, que pudiera alimentarlos. Ellos al parecer a través de la adivinación les dicen que lo hagan de madera. Les piden los dioses entonces a Ixpiyacoc e Ixmucané que les digan, si estos hombres realmente tendrán la capacidad de moverse, hablar y conversar (pues es lo que les hacía falta a la criaturas anteriores), a lo que les responden que estos hombres si podrán hacerlo: “–Buenos saldrán vuestros muñecos hechos de madera; hablarán y conversarán sobre la faz de la tierra”

Inmediatamente los dioses crearon los muñecos hechos de madera. Estos se parecían al hombre, hablaban como el hombre y poblaron la superficie de la tierra. Existieron y se multiplicaron, pudieron dejar descendencia; pero estos muñecos no tenían alma, no entendían y no se preocupaban, no se acordaban ni alababan a los dioses que los crearon, vivían por vivir y no se interesaban por nada. Éstos fueron los primeros hombres que en un momento habitaban en gran número la tierra.

CAPÍTULO III

Este capítulo comienza diciéndonos sobre el final que tuvieron los hombres hechos de madera, fueron deshechos, su destino fue la muerte. Para ello, se dejó caer un gran diluvio. Como castigo, los dioses les dejaron ver todas las faltas, las desatenciones y desinterés que tuvieron hacia todos los recursos que los dioses les habían otorgado para poder subsistir. Es así como en sentido figurado nos explica que todos estos recursos, tanto los animales como los objetos les dieron la espalda. Los animales y sus instrumentos los atacaron. Así fue la destrucción de los hombres de palo, esta es también la explicación que se le da al origen de los monos, pues se dice que estos (los monos) son descendencia de estos hombres de palo que fueron castigados. Hasta aquí se encuentra una similitud con el diluvio que se encuentra entre los pasajes de la biblia.

CAPÍTULO IV

Nos habla de Vucub-Caquix, la representación del mal que quedó después del diluvio que aniquilo a los hombres de palo. Vucub-Caquix que en su momento se vio entre la nada y se proclamó el todo. Es decir, que al haber sido destruidos los hombres de palo e innumerables criaturas después del diluvio el (en representación y origen del mal) se ve como la única entidad sobreviviente. Aunque se proclamaba como sobreviviente, no tenía una visión amplia pues estaba enfocado en la ambición del poder que había obtenido al ser el “único” y no veía por su futuro ni que sería de él. Se debe tener en cuenta que la representación de Vucub-Caquix se muestra como el origen también del diluvio, sin duda después de este se engrandeció. Representa la avaricia, la vanidad, la maldad y la ambición.

CAPÍTULO V

Comienza diciéndonos que Ixbalanqué y Hunahpú (dioses verdaderos) sabían del poder que tenía Vucub-Caquix y sus dos hijos Zipacná y Cabracán. También sabían que estos se disputaban y alardeaban de su grandeza. Consideraron que debían destruir este mal antes de la llegada del hombre, pues no creían que fuera adecuado que se desarrollaran en estas condiciones.

CAPÍTULO VI

Comienzan contando el cómo destruyeron (Ixbalanqué y Hunahpú) a Vucub-Caquix. Mientras Vucub-Caquix llega por su comida de nanches, Hunahpú con una cerbatana le pega en la quijada mientras Vucub-Caquix se encuentra comiendo arriba del árbol. Hunahpú corre hacía donde cae Vucub-Caquix y este le arranca un brazo a Hunahpú.

Vucub-Caquix llega a su casa con el brazo de Hunahpú esperando que “los demonios” (así considera a Ixbalanqué y Hunahpú) regresen por él. Mientras tanto Ixbalanqué e Hunahpú trazan también un plan en el que contemplan a dos ancianos que llevaran a cabo el plan de matar a Vucub-Caquix. El plan consistía en hacer creer a Vucub-Caquix que lo curarían del dolor en los dientes por el golpe de Hunahpú, así fue. Vucub-Caquix perdió los dientes que le otorgaban el poder y la grandeza, perdió todas sus riquezas y murió. Hunahpú recupero su brazo.

CAPÍTULO VII

Cuenta la historia de Zipacná y de cómo en su momento trataron de destruirlo por “400 jóvenes” (número que representa una gran cantidad de personas en sentido figurado), intentaron matarlo por envidia, pues consideraron

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