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Enviado por   •  4 de Abril de 2014  •  876 Palabras (4 Páginas)  •  198 Visitas

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Introducción

La agresividad es cualquier acción o reacción, sin importar su grado o intensidad, que implica provocación y ataque. No se limita a actos físicos, sino que puede ser de tipo verbal como los insultos e incluso no verbal como gestos y ademanes.

La agresividad, al igual que la ansiedad, es una reacción más que se puede tener ante estímulos y situaciones que nos afectan y es un comportamiento normal y necesario para la supervivencia.

Lo importante es saber cómo manejarla y regularla. Cuando una persona no tiene la capacidad de controlar sus impulsos y permite que sus reacciones agresivas afloren de manera indiscriminada tiene efectos negativos.

Estrategias de intervención en la conducta violenta

La agresividad, entendida como una determinada reacción ante un estímulo que interpretamos como amenazante, puede ser un comportamiento adaptativo incluso necesario para la propia supervivencia. Aún así, la situación puede convertirse en problemática cuando la incapacidad para controlar los impulsos facilita la explosión indiscriminada de ira y de reacciones violentas con sus consecuentes efectos negativos. Estos comportamientos afectan tanto a la persona que actúa de forma agresiva, como a su entorno.

La conducta agresiva pretende proteger los derechos, pensamientos, opiniones o emociones de la persona que la lleva a cabo, pero de forma inapropiada, vulnerando los derechos de los demás y buscando la dominación a través de la degradación de otras personas.

La agresividad siempre es un comportamiento violento, pero la forma en que se expresa no es necesariamente mediante actos físicos, también el lenguaje verbal y corporal deben tenerse en cuenta como comportamientos agresivos. Es importante observar si, al comunicarnos, las palabras que utilizamos, el tono de las mismas y los gestos empleados, intimidan o generan en otras personas sentimientos de miedo, culpa o vergüenza.

Es necesario conocer los factores de riesgo de las conductas agresivas, así como los aspectos individuales, familiares y socioculturales predictores de la violencia, para poder así reconocer estos comportamientos en cualquiera de sus expresiones, con el propósito de prevenir e intervenir evitando daños personales, un mayor impacto social e implicaciones legales que tanta preocupación generan en nuestra sociedad.

¿Cómo es la intervención psicológica en el tratamiento de la impulsividad y la agresividad?

Teniendo en cuenta que, en función del marco teórico, se pueden observar diferencias en el abordaje y tratamiento psicológico de los trastornos del control del impulso, los comportamientos impulsivos disfuncionales y las conductas agresivas, los profesionales de la psicología podemos facilitar recursos que permitan mejorar la autoestima, la asertividad, las habilidades sociales o el autocontrol emocional, así como el entrenamiento en técnicas de relajación.

La intervención

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