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Prueba De Tragedia Y Comedia


Enviado por   •  3 de Junio de 2014  •  1.992 Palabras (8 Páginas)  •  558 Visitas

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Colegio CENTILEN

Lenguaje y Comunicación

8vo Básico

Profesora: Alejandra Sánchez

Prueba de unidad textos dramáticos (tragedia – Comedia)

Nombre:……………………………………………………………………. Fecha:……………………..

• Lee los siguientes textos y luego responde las preguntas.

El enfermo imaginario

Moliére, dramaturgo francés.

En esta escena participan la empleada Tonina, disfrazada de médico, Argán y Beraldo. Tonina ha decidido burlarse de la hipocondría permanente de Argán y simula visitarlo como doctor.

Tonina. —Soy un médico itinerante; voy […] en busca de importantes temas acordes a mi capacidad, en busca de enfermos dignos de mi dedicación, capaces de dejarme practicar los grandes y bellos secretos que he descubierto en la medicina. Desecho la idea de entretenerme en simples enfermedades, en esas bagatelas como el reumatismo y la pulmonía […] Espero […] que todos los médicos lo hayan abandonado, que esté desesperado, agonizando, para mostrarle la excelencia de mis remedios y el interés que tengo en servirlo.

Argán. —Le estoy muy agradecido, señor, por sus delicadezas.

Tonina. —Déjeme sentir su pulso. Veamos, que lo haremos latir como corresponde. ¡Uf!, el pulso este se pone impertinente; veo que usted no me conoce todavía. ¿Quién es su médico?

Argán. —El señor Purgón.

Tonina. —Ese hombre no está en mis registros de médicos excelentes. ¿Qué enfermedad dice que padece usted?

Argán. —Dice que es el hígado, otros dicen que es el bazo.

Tonina. —Todos son unos ignorantes. Usted está enfermo del pulmón.

Argán. —¿Del pulmón?

Tonina. —Sí. ¿Qué siente?

Argán. —De vez en cuando, dolores de cabeza […].

Tonina. —El pulmón. ¿Le viene un poco de sueño después del almuerzo y se siente bien durmiendo? Argán. —Sí, señor.

Tonina. —El pulmón, el pulmón, le insisto. ¿Qué le ordena su médico para las comidas?

Argán. —Sopa.

Tonina. —Ignorante […].

Argán. —Y sobre todo que beba mi vino bien aguado.

Tonina. —Ignorantus, ignoranta, ignorantum. El vino lo tiene que tomar puro, y para espesar su sangre, que la tiene demasiado sutil, debe comer bastante carne de buey, de cerdo, queso holandés, sémola y arroz, castañas y obleas, para trabar y aglutinar. Su médico es una bestia. Le voy a enviar uno de los míos y yo lo vendré a ver de tiempo en tiempo, cuando esté en la ciudad.

Argán. —Es usted muy generoso.

Tonina. —¿Qué diablos hace este brazo aquí?

Argán. —¿Cómo?

Tonina. —Este brazo me lo haría amputar inmediatamente, si yo fuera usted.

Argán. —¿Y por qué?

Tonina. —¿No ve que este se queda con todo el alimento, impidiendo a este otro lado aprovechar algo?

Argán. —Sí, pero necesito mi brazo.

Tonina. —También me haría sacar el ojo derecho, si estuviera en su lugar.

Argán. —¿Sacarme un ojo?

Tonina. —¿No ve que incomoda al otro y le quita el alimento? Créame, hágaselo sacar cuanto antes: así verá más claro con el ojo izquierdo […].

Argán. —¡Amputarme un brazo y sacarme un ojo para que el otro esté mejor! Preferiría que el otro no anduviera tan bien. ¡Linda operación, dejarme tuerto y manco!

Molière. (2005). El enfermo imaginario. Santiago, Chile: Zig-Zag.

1.- Explica por qué el fragmento anterior corresponde a una comedia.

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2.- ¿Qué vicios o defectos humanos critica el fragmento?

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Antígona

Sóflocles, escritor griego.

Discusión entre hermanas

El difunto Edipo, rey de Tebas, tiene dos hijos varones: Polínices y Etéocles. El primero ha llevado a su ejército foráneo contra Tebas, defendida por Etéocles. Ambos han muerto, pero son los defensores de la ciudad los que vencen en el combate. Creonte, actual rey, impone la prohibición de hacer ritos fúnebres con el cuerpo de Polínices y, quien no respete esta medida, sufrirá una muerte terrible como castigo ejemplar. Sus dos hermanas, Antígona e Ismene, conversan, y Antígona pide a Ismene que le ayude a honrar el cadáver de su hermano dándole sepultura, pese a la prohibición de Creonte. Esta se niega, pero Antígona decide seguir con su plan:

Antígona. —No insistiré, pero si en el futuro cambias de idea y quieres ayudarme, tu colaboración no será de mi agrado. Haz lo que te parezca mejor. Por mi parte, yo enterraré a Polínices. Será un honor para mí encontrar la muerte en tan noble acción, y así reposaré junto a quien quiero y a quien me quiere; seré santa y rebelde por cumplir con mis deberes, porque me importa más agradar a los que están bajo la tierra que a los de aquí arriba, ya que es con ellos que descansaré para siempre. Tú continúa con tu decisión y desprecia las leyes más sagradas de los dioses.

Ismene. —Yo no quiero despreciar a nadie, pero mi naturaleza es incapaz de oponerse a las leyes de la ciudad.

Antígona. —Puedes excusarte cuanto quieras, que yo me voy a cubrir con tierra a mi amado hermano.

Ismene. —¡Ay, Antígona, qué atrevida eres! ¡Tengo miedo por ti!

Antígona. —No, no temas por mí; preocúpate de enderezar tu propia vida.

Ismene. —Por lo menos no le cuentes a nadie tus planes, mantenlo en secreto, que yo haré lo mismo, te lo prometo.

Antígona. —¡Ay, no, por los dioses! ¡Grítalo bien fuerte! Te despreciaré aún más si lo guardas en silencio. ¡Cuéntaselo a todo el mundo!

Ismene:. —Tienes un corazón ardiente para las cosas que hielan de espanto […].

Enfrentamiento entre Antígona y Creonte

Creonte anuncia ante el coro de ciudadanos su disposición sobre Polínices y el coro toma conciencia de la gravedad de la ley que contradice la norma sagrada de enterrar a los muertos. Cuando se anuncia que Polínices ha sido enterrado, creen que los dioses han intervenido para resolver el conflicto de leyes,

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