RESUMEN LA TIGRESA DE BRUNO TRAVEN

Este cuento trata de una joven que era muy hermosa y que además había recibido una herencia de sus papás cuando murieron. Vivía con su abuela y una tía. Al ser tan guapa los hombres del lugar la buscaban mucho, pero ella solo estaba dedicada a los caballos que le gustaban mucho, montaba a caballo y hacia apuestas pero no le gustaba perder.

Sus papás preocupados por que estuviera muy bien educada la mandaron a estudiar a un colegio a Estados Unidos en donde trataba de ser mejor que todas sus compañeras y tenía que obedecer. Cuando llegaba de vacaciones a su casa volvía a hacer todo lo que ella quería. Los jóvenes aprendices y las mujeres indígenas se escondían cuando Luisa tenía esos enojos. También sus papás se metían a sus habitaciones cuando ella estaba molesta hasta que dejara de estarlo.

A pesar de su mal carácter Luisa  tenía buenos sentimientos y siempre trataba de ayudar a las personas ya sea con comida  o con ropa que estuviera buena para ayudarlos. Le gustaba jugar ajedrez y lo jugaba muy bien pero cuando perdía no aceptaba que le hubieran ganado y se enojaba tanto que aventaba las piezas del ajedrez y el tablero.

Por su carácter ella no había encontrado a ningún hombre que quisiera casarse con ella pero a ella no le importaba porque le gustaba la libertad.

Cerca de donde vivía Luisa había un hombre de unos 35 años que vivía bien y un día necesitaba una silla para montar entonces llegó a la tienda que tenía Luisa, preguntó por una silla que le había gustado y preguntó el precio y así empezaron a hablar de otras cosas. Después de un rato volvieron ha hablar de la silla de montar y Juventino decide que va a buscar la silla en otras talabarterías. Luisa sabía que era un pretexto porque lo que Juvencio quería era regresar.

Al día siguiente regresó a la tienda pero no estaba Luisa estaba su tía pero ella le dice a él que no va a tardar. Llegó Luisa y empiezan a hablar de muchos temas, el le paga la silla y le dice que regresará por más cosas que necesita. Entonces ella le dice que si quiere quedarse a comer en su casa y el acepta.

Al siguiente día Juevencio regresa a la tienda a comprar unos cinchos y así lo hace muchos días más y siempre se quedaba a almorzar en casa de Luisa. Una ocasión llovía mucho y era tarde y le ofrecen quedarse a pasar la noche y el acepta para estar cerca de Luisa.

Pasadas dos semanas Juvencio va a pedir la mano de Luisa a su tía y a su abuelita y ellas aceptan y Luisa le dice que si quiere ser su esposa.

Un día empiezan a hablar y ella que no le gustaba que le dijeran algo porque creía que siempre tenía la razón, se enoja con Juvencio. Después de 4 días él regresa a la tienda y se queda a almorzar pero estando en la mesa el comenta que ninguna vaca da leche sin haber tenido becerros y que las mujeres son iguales que necesitan de un macho y como Luisa era muy especial se enoja al grado de que le lanzó un jarro que estaba en la mesa y le abrió la cabeza. Toda la gente que lo vio con la venda en la cabeza pensó que no se casarían pero tiempo después lo hacen.

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