Sexo Y Cerebro

El libro expone, básicamente, las diferencias reales entre el hombre y la mujer, partiendo de la composición química del cerebro en ambos sexos.

Se limita a presentar una exposición de resultados de investigaciones que han realizado científicos de todo el mundo, en torno a un tema tan controvertido como es la igualdad entre los sexos.

Sin ser tendencioso, anula muchos de los postulados del movimiento de liberación femenina, demostrando que los rasgos característicos de hombres y mujeres responden no sólo a factores biológicos y culturales, sino a la forma en que las hormonas, presentes desde las primeras semanas de gestación, determinan las tendencias del ser humano a adoptar los roles que, de acuerdo a su género, le toca desempeñar en la sociedad.

Anne Moir, productora de televisión de la BBC de Londres, y David Jessel, reportero de la misma compañía, iniciaron el trabajo a partir de la idea de realizar un programa en el que se hablara de las diferencias entre hombres y mujeres. No fue sino hasta diez años después, que Jessel,

buscando un tema para realizar, recordó la propuesta de Moir. La buscó hasta dar con ella y descubrió que Anne había realizado ya una importante labor de recopilación de trabajos académicos, cuyos resultados eran asombrosos y contundentes. Durante un año, Anne entregó a Jessel una gran cantidad de artículos de su archivo, acompañados de notas sobre lo que ella consideraba que era lo más relevante del tema... cuando se dieron cuenta, no sólo tenían material para un programa de televisión, sino para editar todo un libro.

La introducción afirma, tajantemente, que hombres y mujeres jamás podremos ser iguales y que nuestras diferencias no responden sólo a condicionamientos sociales, sino a características bioquímicas que hacen que el juego entre las hormonas y el cerebro, femenino o masculino, nos predisponga a actuar de manera específica y estereotipada.

Plantea como absurda la idea de la igualdad y propone ver con buenos ojos las diferencias, a fin de explotarlas para entendernos mejor, organizar el mundo con mayor efectividad... ser más felices.

Inicia planteando las diferencias conductuales y las tendencias femeninas y masculinas determinadas por el cerebro, indicando que son las normas sociales las que califican de "ventajas" o desventajas" ciertas aptitudes propias de cada sexo, como son la facilidad para las matemáticas y las ciencias exactas, en general, para el

hombre, y la respuesta más sensible para todos los estímulos sensoriales que ofrece, en general, la mujer.

Entre otras cosas, se reconoce en los hombres una mejor capacidad espacial, de abstracción; una mejor coordinación mano-ojo (que les faculta para destacar en los deportes), mejor concentración en profundidad y, en general, una tendencia a estar más centrados en su yo. En la mujer, mayor capacidad

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