Sobre La Lectura - Estanislao Zuleta

Sobre La Lectura

Estanislao Zuleta

Estanislao Zuleta a lo largo de su ensayo Sobre la lectura aborda una temática que ha generado grandes coyunturas: la teoría de la lectura.

Zuleta fue un pedagogo, escritor, filósofo muy reconocido especialmente en el campo universitario, por sus enriquecedoras conferencias. Cuando cursaba cuarto de bachillerato, abandonó los estudios y se dedicó a estudiar por su cuenta. A partir de ese momento, incursionó en los campos de la Literatura, Historia, Filosofía, Teoría del Arte, Ciencias Sociales; fue un estudioso del pensamiento de Sócrates y Platón, le apasionaba el teatro griego, la lírica de Homero y las tragedias de Sófocles y Eurípides; se interesó también por el estudio de los filósofos racionalistas de los siglos XVII XVIII y XIX: Hegel, Kant, Descartes, Spinoza, Nietzsche, Heidegger, Foucault, Deleuze, y otros. En el área de la literatura sus inclinaciones fueron hacia Cervantes, Marcel Proust, Kafka, Shakespeare, Dostoievski, Thomas Mann, Tolstoi, Edgar Alan Poe y Goethe. Su evolución intelectual fue armónica y veloz y sus resultados en la cátedra, la conferencia, el diálogo y los ocasionales escritos, evidenciaban a la vez la variedad y el rigor de sus recursos teóricos y la calidad de su talento.

Su ensayo es de tipo argumentativo pues intenta persuadir al lector de adaptar a su estilo de lectura el planteado por él en su teoría de la lectura. Este texto va dirigido a todo tipo de público lector, pues justamente lo que intenta es generar un cambio en los hábitos de lectura, o por lo menos concientizar una visión más integral de esta.

Siguiendo con esta línea, empieza por afirmar que al abordar un texto que implique una escritura en el sentido fuerte (creación), no existe un código común al cual el receptor y el emisor le asignen un mismo sentido. El mismo texto impone un código que hay que definir, cada término se define por las relaciones que establece con los otros términos dentro del discurso. Asimismo lo explica el autor al decir, “Cuando uno aborda el texto, cualquier que sea, desde que se trate de una escritura en el sentido propio del término, es decir, en el sentido de una creación […] entonces no hay un código común previo pues el texto produce su propio código, le asigna su valor”. Esto se evidencia en la estricta necesidad en cualquier proyecto de investigación, monografía o tesis, dejar explícito un marco conceptual y teórico, en el cual se construya un código propio del texto.

Siguiendo en esta misma línea, los dos argumentos que utiliza el autor para sustentar su postura sobre lo que es leer, parten de esta idea sobre la inexistencia de un código común previo entre el lector y el autor. El texto se encarga de producir su propio código, y justamente de ahí surge la complejidad de una buena lectura, por esto se requiere de una interpretación en el sentido fuerte: requiere un desmembramiento de las relaciones internas de un texto que permitan ir construyendo un código. Sin embargo, no es solamente la interpretación lo que define una buena lectura. Es necesario estar en disposición a la transformación, a la perturbación o afectación que pueda ocasionar un texto. Se requiere leer desde una perspectiva, una pregunta, una cuestión sin resolver que guíe la lectura. Se parte de la idea que el lector es un sujeto pasivo que se encuentra en diálogo con el discurso. En conclusión, sostiene que toda escritura posee un código propio y único por lo cual la lectura debe estar enmarcada desde una perspectiva o a la luz de un problema de tal forma que requiera de una interpretación en el sentido fuerte.

Él continúa con esta idea al plantear que todos los recursos necesarios para entender

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