Sociologia

Por otro lado, este miedo que sienten los ciudadanos de EE.UU que les conduce a la posesión de armas para sentirse más tranquilos, se puede relacionar por ejemplo con la violencia de género. Este tipo de violencia (normalmente sufrida por mujeres por parte de sus parejas) lo podemos vivir de cerca en muchas ocasiones, ya sea en nuestra misma casa o por ejemplo en la calle. Lo que sí que es seguro es que casi cada semana el número de víctimas de este tipo de violencia aumenta en nuestro país. Los maltratadores (normalmente hombres) tienen una característica siempre, una autoestima a ras del suelo, que le ocasiona frustación y la frustración trae violencia. Este es el "típico macho". Y el machismo lo que está tapando es un complejo de inferioridad, la baja autoestima. Por eso trata de aparentar lo que no es. Tienen un perfil determinado de inmadurez, dependencia afectiva, inseguridad, emocionalmente inestables, impaciente e impulsivos. Muchos de ellos lo que esconden es el miedo al abandono de la pareja o a la perdida del poder, es decir, el miedo a sentir que la mujer está por encima de el, por ejemplo en el trabajo, cuando la mujer es la que trae el dinero o más dinero a casa.

A veces la violencia del abusador oculta el miedo o la inseguridad, el terror que sintió de niño ante un padre abusivo que lo golpeaba. Al llegar a ser un adulto prefiere adoptar la personalidad del padre abusador a sentirse débil y asustado. En otros casos, estos comportamientos violentos con los demás son la consecuencia de una niñez demasiado permisiva durante la cual los padres complacieron al niño en todo. Esto lleva al niño a creerse superior al llegar a ser un adulto y a pensar que él está por encima de todo. Es decir, que puede hacer lo que quiera y abusar de quien quiera. Piensa que se merece un trato especial.

De la misma manera que los ciudadanos estadounidenses necesitan adquirir armas para sentirse seguros en sus propias casas (recurrir a la violencia si es necesario), los maltratadores también necesitan recurrir a ella para sentirse más seguros con ellos mismos, o para

sentirse superiores. El miedo que en el fondo sienten les puede hacer pensar, por ejemplo, en la posesión de armas para "defenderse" o en la agresión.

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