Sopa De Manzana
Enviado por luisdanielito99 • 13 de Abril de 2014 • 2.689 Palabras (11 Páginas) • 6.052 Visitas
Las manzanas se pelan, se parten en cuadritos y se ponen a remojar en agua con una cucharada de sal para que se conserven blancas. Desde que yo recuerdo, esta sopa se preparaba en casa con motivo de la visita que mi tío realizaba a la capital cada año. Mientras yo ayudaba a mi madre a prepararla, escuchaba lo sencillo, lo bueno, lo inteligente, lo guapo, lo simpático y lo maravilloso que era mi tío. Las palabras de mi madre actuaban en mi interior como gas vanidoso, que inflaba mi pecho cual si fuera un globo y lo enderezaba con orgullo. ¡Qué importante me sentía de pertenecer a la familia Romero! En todo México no podía existir una de mejor casta, linaje y alcurnia. Era inevitable que mientras se doraba la harina y se ponía a freír en el aceite hasta que dorara, se hablara de la última empresa del portentoso tío, y mientras se molían el jitomate y la cebolla y se ponían a hervir hasta que sazonaran, se comentaran sus más recientes adquisiciones. Fue una de esas tardes, mientras movía continuamente el caldillo para que no se le formaran grumos, cuando escuché que mi tío había sido llamado por el gobernador a ocupar un puesto político en el estado de Tabasco. Yo no tenía idea de qué clase de trabajo realizaba un político, pero por la reacción jactanciosa de mi madre, me imaginaba que uno muy importante y bien pagado. Al poco tiempo, lo corroboré al ver el incremento del costo de los regalos que nos traía en sus visitas, y el tipo de vida que llevaba. Cada vez eran más frecuentes sus viajes a la capital y al extranjero. Podía darse el lujo de visitar Europa, China, Japón y demás países exóticos. Mi casa se llenó de objetos extraños que podíamos presumir con los vecinos. Cuando mi tío anunciaba su visita, de inmediato nos poníamos a prepararle la sopa de manzana, su preferida a pesar de haber comido en los mejores restaurantes del mundo. ¡Con qué esmero cuidábamos todos los detalles de su preparación! Nuestro deseo por agradarlo nos hizo convertirnos en unas expertas. Sabíamos perfectamente cuál era el tamaño indicado para partir los trozos de fruta, en qué momento era necesario dejar de dorar la harina e incorporarle el jitomate, en qué momento éste estaba sazonado y listo para agregarle el caldo, la sal y la pimienta y cuál era el instante perfecto para incorporar las manzanas bien escurridas y el perejil. Las dejábamos hervir hasta que estuvieran cocidas como a mi tío le gustaban y retirábamos la olla de la lumbre. No recuerdo una sola vez en que nos haya quedado mal. Sin embargo, desde que mi tío murió asesinado el año pasado no nos ha vuelto a quedar bien. No sé por qué. No sé si es porque el fantasma de mi tío impregna de un sabor desilusionante la sopa, no sé si es porque al ir a su entierro a Tabasco nos enteramos de que todos lo odiaban. O porque supimos que había robado y matado a muchos hombres, o porque descubrimos que siempre nos mintió y que su verdadero trabajo era el del tráfico de drogas y no el de la política. O porque dejó una gran cantidad de hijos regados, de los que nos sentimos responsables, o porque nos quitó para siempre el orgullo de tener un pariente prominente. No sé. Pero el caso es que la sopa de manzanas ya no nos sabe igual.
Esquivel, Laura (1998). Íntimas suculencias.
1(a) El fragmento propuesto ha sido tomado de la obra Íntimas suculencias (1998) de la autora mexicana Laura Esquivel y en él se desarrolla la narración basada en lo que sería una receta de cocina.
En primer lugar y con respecto al análisis del contenido, se puede apreciar que la idea principal que la autora desea expresar es la ambivalencia de identidad(tema). En efecto, por una parte se tiene la imagen pulcra del “tío” mientras que su imagen real era totalmente contraria.
De ahí se derivan varias ideas que además de sustentar el tema, expresan la visión de la autora frente a episodios sociales que son frecuentes en la actualidad.
Así, se trata el problema de la degradación de un individuo por alcanzar un estatus socio-económico alto(subtema salvaje…), aunque eso implique refugiarse en el engaño y la mentira.
Cabe destacar entonces que ese engaño o “máscara” de honradez es expuesta al círculo familiar pues es importante decir que, en las comunidades centro y sur-americanas, los miembros de la familia son considerados muy importantes y guardan estrechas relaciones entre sí. Por tanto, resulta absolutamente indispensable mostrarse como una persona distinguida y pura frente a los familiares. Es esto lo que sucede en el fragmento con el tío y la persona que está narrando.
Por otro lado, se tiene la apariencia real del tío y ésta es completamente opuesta al concepto que tenía su familia. De hecho, es un sujeto que ha llegado al fondo mismo de los principios sociales y éticos pues está involucrado en situaciones de riesgo con la ley convirtiéndose en un delincuente “de cuello blanco”. Pero hay que mencionar que además de ser un infractor de la ley, es una persona carente de principios éticos y morales. Como diría Freud, su “súper-yo” es totalmente ineficaz y cede solamente a sus impulsos primitivos liderados por la ambición. Prueba de esto son todos los actos cometidos dentro de su “oficio”. Se demuestra la irresponsabilidad de dejar abandonados a niños inocentes e indefensos y de maltratar a sus “colaboradores”.
Otro aspecto que se trata es el de la división de la sociedad en clases o rangos. En el caso de la familia Romero, corresponde a una clase alta pues en la línea 8 se lo expresa de esa manera. Sin embargo, vemos que uno de los miembros de esa ostentosa familia ha tomado un rumbo equivocado y desilusionante frente a las perspectivas familiares.
Muchas veces se tiende a catalogar a la gente de escasos recursos-económicos como la más propensa a inmiscuirse en actos delictivos y penados por la ley, pero en este caso, el tío pertenece a un estatus económico alto y más bien habrán influido otros factores para que tomara ese rumbo.
Dejando a un lado al personaje del tío y centrándose en la narración propiamente dicha, la autora hace continua referencia al arte culinario y específicamente a la laboriosa preparación de la sopa. Es entonces necesario mencionar que este plato ha ido desapareciendo de los hogares en el transcurso del tiempo. Sin embargo, en las familias centro y sur americanas aún se conserva la tradición de preparar sopa. Además de constituir un plato rico en contenido vitamínico y proteico, simboliza la unión familiar y el calor de hogar. En resumen, simboliza a la familia en sí pues en su preparación no solo intervienen los miembros de la misma sino que al momento se servírsela, se reúnen a todos los miembros de la familia y los allegados.
Así, mediante este símbolo, la escritora pretende recalcar la importancia de la
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