TLALOC Y EL AGUA EN LA NATURALEZA

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Centro De Estudios Científicos Y Tecnológicos No.3

“Estanislao Ramírez Ruíz”

Grupo:    1IM1.

Turno: Matutino.

Nombre: Dante Sebastian Serrano Salazar.

Profesor: Lorenzo Alejandro García Reyes.

He de admitir principio me pereció una idea absurda el hecho de que en clase de historia nos dieran a leer un libro llamado “LEYENDAS Y QUIMICA”, para ser honesto, mi primera impresión de este libro fue vana y absurda y en mi mente pensaba: ¿Pero que le está pasando al profesor por la mente como para dejarnos un libro así? Pero orgullosamente digo que me equivoque y que juzgue mal a un libro que sin querer, se ha convertido en uno de mis favoritos.

Sé que talvez esto suena exagerado, pero no lo es, al inicio lo empecé a leer con flojera y sin ánimos pero conforme iban avanzando las paginas, me llegue a ver como un niño en juguetería al descubrir la manera tan interesante y propia en la que te explican cada uno de los temas.

En lo personal, la historia nunca ha sido mi favorita pero la forma en que nos habla de las culturas prehispánicas y las diferentes creencias y mitos que se tenían.

Esta lectura la hice con gusto, en un lugar y  en un entorno que propicia leer, asombrosamente acabe el  libro en 3 horas, cuando me di cuenta ya lo había terminado. Sinceramente, creo que este libro me ha dejado más en pocas horas que miles de videos y películas en un año.

Al leer el libro me enorgullecí de la cultura mexicana y de cómo la cultura prehispánica tuvo mucho que ver con el desarrollo tanto económico como científico del continente Europeo.

El solo imaginar que la herbolaria prehispánica ayudo a miles de personas al otro lado del mundo, me llena de alegría.

Me gusta que trata una serie de relatos científicos desde una perspectiva química y un contexto de la vida cotidiana, da un panorama sencillo y general de las formas de interpretar la realidad. Si es que los Mayas creían que el hombre era hecho de masa o si los dioses eran seres divinos encargados de cuidarnos y también de castigarnos; el libro lo lleva de una manera muy clara y divertida con muchos puntos de información complementaria extra que sin duda enriquece mas al texto de una manera cultural y dejando al final de cada uno de esos textos complementarios la fuente de donde se extrajo.

PRIMERA PARTE

Hace cientos de años el hombre no poseía algún tipo de conocimientos científicos para dar respuesta a cuestionamientos que se planteaban en su alrededor y fenómenos que ocurrían. Para esto sus únicos medios que tenían a su alcance eran la imaginación y la capacidad de observación, comenzó a inventar infinidad de historias sobre su origen y el de su entorno lo que ocurría en su vida cotidiana.

La mayor parte de las civilizaciones, incluyendo las de México prehispánico, se desarrollaron en este contexto (fantástico). Por esta razón rendían culto a dioses de la naturaleza a los cuales les daban una categoría divina. Así a través de los ritos además de agradecer a los dioses por su generosidad esperaban establecer una comunicación mas intima con ellos para conseguir, por medio de los halagos y la comunicación hacerlos o volverlos a su favor.

TLALOC Y EL AGUA EN LA NATURALEZA

Desde épocas pasadas el hombre se di cuenta de que el agua era desplazada a través de la naturaleza. Poco a poco se fue percatando de variadas cosas tomando como referencia sus observaciones, advirtió que parte del agua de la lluvia que caía sobre la superficie terrestre regresaba a la atmosfera y después retornaba de nuevo ya sea como nieve, granizo o lluvia.

Por lo mismo de que no tenía conocimiento científico ignoraba que ese recorrido cíclico del agua se debía a los cambios de estado de agregación que se prestaban a consecuencia de factores físicos ambientales.

Para los mexica uno de los dioses por los cuales vivía el hombre era Tláloc. Este dios era considerado el proveedor de la lluvia, el granizo, los truenos y los rayos. También era el dios supremo de los campesinos y que era llamado el señor de las verduras, las mieses, los frutos y de todas las cosas de los mantenimientos.

El dios Tláloc no estaba solo para hacer llover pues era auxiliado por los “tlaloque” o “duendes del agua” que eran una especie de pequeños dioses que también habitaban en el espacio.

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