Todos sabemos que los buenos amigos están siempre en comunicación

Todos sabemos que los buenos amigos están siempre en comunicación

A todos nos gusta tener a alguien con quien compartir nuestros sentimientos, pensamientos e inquietudes. ¿verdad? Pues eso es lo que nos ofrece Jehová, y la manera de comunicarnos con él es la oración.                                                                                                            Orar a es como hablar con un amigo íntimo. Podemos ‘derramarle nuestro corazón’, es decir, expresarle con toda confianza lo que sentimos.

Tal como nos indica (Salmo 65:2.) ¿notamos?

“Jehová es el oidor de la oración”. Siempre oye nuestras oraciones de nosotros que con todo el corazón le servimos a él, y podemos estar seguros de que escucha cuando oramos por nuestros hermanos.

Pero ¿por qué orar por nuestros hermanos? Bueno

Las Escrituras animan al pueblo de Jehová a orar unos por otros. Porque Las oraciones a favor de otros siervos de Dios surten efecto. Un ejemplo del pasado lo encontramos en el apóstol pedro cuando él estuvo encarcelado a punto de morir, veamos directamente que hicieron nuestros hermanos en (Hechos 12:5)

 Como vemos, elevaron fervorosos ruegos a favor de su amado hermano. Al repasar lo que hicieron los compañeros de Pedro, ¿qué aprendemos? Que debemos orar, pero no solo por nosotros mismos, sino también por otros cristianos

La pregunta que surge es la siguiente, tome nota ¿Conoce usted a hermanos que estén atravesando dificultades? ¿Como problemas familiares, problemas en el trabajo o en la escuela o alguna enfermedad?

Pensemos por un momento, ¿verdad que se nos vino en mente a alguien que podamos mencionar en nuestras oraciones? por ejemplo al hermano pedro Gumeta, que se encuentra hospitalizado, ¿Qué podemos pedir por él?  Que Jehová le ayude a sobrellevar su enfermedad y recuperarse para que nuevamente este bien y podamos tenerlo aquí con nosotros.

Pidámosle a Jehová que les dé valor a nuestros 215 hermanos que están encarcelados y los ayude a no tener miedo

Y no nos olvidemos de los hermanos que llevan la delantera, como por ejemplo el cuerpo gobernante Ellos tienen muchas responsabilidades que atender, nos dan alimento espiritual, dirigen la predicación mundial y administran las donaciones que recibe nuestra organización. Sin duda, estos hermanos necesitan que siempre oremos por ellos.

En conclusión, hermanos es agradable saber que nuestros hermanos y hermanas espirituales oran por nosotros, al igual que nosotros oramos por ellos. Es muy bonito darse cuenta de que el “Oidor de la oración” escucha nuestras oraciones. Por eso, promovamos entre nosotros, el orar siempre por nuestros hermanos.

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