Torero

Torero

Despierto con la salida del sol. Agradeciendo a Dios por un día mas de vida ya que no se si vuelva al atardecer.

Hoy es un gran día . Es uno de esos días que hago lo que realmente me gusta.

Las gradas estaban repletas a capacidad. Se escuchaba la algarabía de la multitud. Mientras yo me colocaba mi mejor vestido.

Siempre rezaba antes de salir a la plaza, eso me daba mucha seguridad.

Llego el gran momento de salir a la plaza. En ese momento no existe nada ni nadie, solo el toro y yo. A solo pasos de este animal, muchas emociones recorren mi mente y mi cuerpo. Es un animal muy fuerte y valiente.

El toro me mira y me examina. Al poco tiempo comienza la gran batalla entre la fuerza y la inteligencia. El toro se planta buscando pelea y espera lo mismo de mí. Tengo que imponer mi voluntad y lo guío en la dirección que deseo que el vaya. Muevo mi muleta despacio esperando el acercamiento del toro teniendo en mente que tengo el total control.

No se en que momento sucede. El ataque de mi adverso me atravesó el costado. Fue un episodio de segundos y todo el público esta perplejo. Siento como mi cuerpo se desmorona en unos segundos. Estoy tendido en el piso sin nada de fuerzas.

Allí, se me acabo la vida haciendo lo mejor que sabía hacer. En donde con mucha valentía y orgullo escuchaba la multitud aclamarme cada vez que salía a mis enfrentamientos. En el lugar que más feliz me sentía y que me vio triunfar tantas veces.

Adiós

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