Un Mayordomo Fiel

Un mayordomo fiel

¿Cómo alguien sin ser familiar de otra persona puede llegar a un nivel de fidelidad que solo una madre tiene hacia sus críos?

Fidelidad: La fidelidad es una propiedad esencial del amor. Por su misma esencia el amor tiende a crear una comunidad entre personas, que sólo puede conservarse con la voluntad de ser fieles con la convicción de la fidelidad del amor recíproco. Lo que caracteriza a la fidelidad es el elemento de la perseverancia, de la duración en el tiempo.

En este ensayo se hablara de la increíble fidelidad de un mayordomo, José Palacios hacia el general Simón Bolívar, con quien estuvo hasta hasta en los momentos más difíciles, cuando el general ya no tenía a nadie que esté completamente de su lado, aun después de todas las batallas que lucho por conseguir el sueño de una nación unificada.

La historia nos relata como se viven los últimos días de Simón Bolívar, cuando ya ha pasado por todas las batallas y guerras que hicieron posible que América sea libre del dominio español. El ya se encuentra enfermo y su única compañía es su servidor más fiel; José Palacios, quien lo cuida desde muy joven por disposición de la mama del general que era la dueña de él.

José Palacios se mantuvo siempre a disposición de su nuevo dueño aun sin recibir nada a cambio ya que nunca le asignaron un sueldo, ni reconocimiento. Lo hacía por el simple hecho de que sentía un amor profundo hacia el general, este amor se dio ya que nadie lo conocía mejor que él, en el mundo, y esto lo hacía apreciar todas las cualidades y virtudes que el general poseía, pero que nadie más las podía encontrar en él, por la manera de ser y tratar a la gente propia de su carácter.

El libro empieza con la decisión que toma Simón Bolívar de hacer un viaje desde Santa Fe de Bogotá hacia Venezuela, su tierra natal, por el motivo de que no se sentía a gusto ahí, porque él decía que era tierra de infieles, que no hay nada que valga la pena en ese lugar y surge la decisión de abandonar Colombia para siempre. Se irían a un lugar donde lo quieran.

Continuaron su viaje aun cuando ya la tropa que los resguardaba se sentía cansada, pero el general seguía con mucho ánimo de Salir rápido de aquel lugar y bueno siguieron. Pasaron por muchos pueblos, en algunos lo reconocían y lo saludaban, y en otros simplemente lo ignoraban como si no fuera nadie. José Palacios en cada parada estaba presto a sus disposiciones y como siempre, le hacia un baño de aguas aromáticas en el que a veces lo encontraba meditando con el aspecto ya de un cadáver y que en algunas ocasiones habían hecho asustar a cualquiera que lo viera, pero él ya lo conocía y sabía que era su forma de ser, en estas aguas el general descansaba. También le preparaba un té de hiervas y por las noches velaba su sueño, ya que tenía un sueño muy pesado y tormentoso por las fiebres que le daban, propias del estado en que se encontraba. El mayordomo, José Palacios era el que más al pendiente estaba del general y a su vez el que más se preocupaba de lo que le hiciera falta.

Continuaron su viaje hacia Venezuela hasta llegar a Jamaica donde con mucha tristeza los acompañantes del General

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