Una vez frente a su majestad le dijo que se trataba de una ofrenda de su amo, el marqués Carrabás.

EL LEOPARDO CON ZAPATOS

En un lugar muy lejano había una vieja que era jardinera que tenía tres hijos. Cuando la muerte ya le andaba cerca, decidió llamarlos para repartirles lo poco que tenía de herencia.  Al mayor de los hermanos le dejó el jardín, al mediano un kit de tijera y al más pequeño le dejó su leopardo. Al poco de repartir, la madre murió. El  pequeño hijo de la vieja se lamentaba de su suerte ya que al haberse quedado sin madre recibió su parte de la herencia que era un leopardo gris…Los dos hermanos mayores comenzaron a utilizar la herencia que les había dejado la madre, mientras que el pequeño cogió unos zapatos de la madre y se las puso al leopardo. Partieron a recorrer el mundo. Durante su camino pararon a descansar bajo una mata. Mientras el dueño descansaba, el leopardo  le quitó un costal que llevaba y la llenó de nueces, dejando la bolsa abierta. Una ardilla que andaba por la zona con el costal y las nueces. El leopardo puso una trampa y se metió en el costal y el leopardo tiró de la cuerda atrapándolo. Con la ardilla se dirigió hasta el palacio para ofrecérsela al rey. [pic 1]

Una vez frente a su majestad le dijo que se trataba de una ofrenda de su amo, el marqués Carrabás.

El rey aceptó la ofrenda, y conforme fueron transcurriendo los días, el leopardo le llevó más regalos. Un día el rey decidió hacer una fiesta en el castillo, y el leopardo se paró a pensar y le comentó a su dueño que tenía una idea para mejorar sus vidas. Aunque el dueño no entendía bien lo que el leopardo le pedía, hizo caso de sus consejos.

El leopardo le dijo que se quitase la ropa y se metiese en el río. En ese momento se acercaban carruajes reales, donde iban el rey y la princesa. Cuando pasaron a su altura, el leopardo pidió ayuda porque el marqués Carrabás se estaba ahogando.

El rey se acercó a ayudarlo, mientras que la princesa se quedó asombrada con lo guapo que era el marqués. Lo vistieron y subieron a la carroza.

Mientras tanto, el leopardo se acercó a las tierras del pueblo y pidió que dijeran al rey que esos terrenos eran del marqués. Pero como no había castillo, tuvo que acercarse al del ogro y lo retó a convertirse en algo tan diminutivo como una mosca o un ratón. El ogro se transformó en ratón y el gato se abalanzó sobre él y se lo comió.

Al llegar las carrozas, el rey quedó admirado de todas las tierras del marqués y le propuso casarse con su hija para compartir los reinos. Él aceptó y a partir de entonces todos estuvieron felices.

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