VIOLETA Y EL REINO DE LAS HADAS

TRABAJO DE TECNOLOGIA

ELABORADO POR:

JULIANA ESCOBAR MEJÍA

DOCENTE:

JOSÉ FERNANDO MUÑOZ

ASIGNATURA:

TECNOLOGIA

INSTITUCION EDUCATIVA PRESBITERO ANTONIO BAENA SALAZAR

SABANETA

2017

VIOLETA Y EL REINO DE LAS HADAS

Érase una vez una niña llamada Violeta, ella era una niña muy soñadora, con una actitud fascinante, vivía con su padre, su madre y su hermano mayor. Violeta era una niña muy extrovertida, la mayoría de su tiempo la pasaba en su habitación. Le gustaba mucho pensar en su futuro y que país deseaba visitar. A ella le gustaba el fútbol y lo practicaba con sus amigas, disfrutaba ir a cine, conocer lugares diferentes y conocer diferentes culturas.

Cuando Violeta cumplió 15 años, tuvo la oportunidad de conocer Francia. Tal fue su asombro cuando llegó a aquel lugar que parecía que estaba en un cuento de hadas; tuvo la oportunidad de conocer la Torre Eiffel, Montmartre y la Plaza de la Concordia.

A pesar de lo feliz que estaba en aquel lugar, esta chica quería conocer algo más, así que fue a un lugar muy extraño, en ese lugar había una casa abandonada la cual era muy oscura y tenebrosa. Ella muy decidida entró sin miedo alguno y encontró un mapa que le mostraba una ruta. Violeta fue siguiendo esas indicaciones, lo que la condujo hacia un lugar muy solitario en el cual había un gran agujero el cual la llevaba hacia un mundo muy extraño. Ella muy sorprendida decidió seguir hasta llegar al final.

Tras una larga caminata, se encontró un gran cofre, justo el que se veía en aquel mapa. Violeta abrió el cofre y se encontró un anillo muy grande y llamativo con una hermosa piedra de color púrpura; ella se lo colocó y de un momento a otro perdió la noción del tiempo y despertó en un bosque con un vestido rosado y alrededor de ella había muchas hadas, las cuales le dijeron: - Eres nuestra nueva reina, ¡encontraste el anillo de las hadas!  Ella muy sorprendida y emocionada decidió ser reina de las hadas.

En este mágico mundo ella podía hacer lo que deseaba, sin limitarse. Ella le transmitió de una manera fantástica su alegría a todos los que allí habitaban, llenando de felicidad cada espacio; realizaban juegos, cantaban canciones; Violeta le permitía a las hadas ser ellas mismas también, les enseño a que ellas pudieran vivir sus propios mundos, cumplir sus propios sueños, así fue que muchas de aquellas hadas se iban de ese reino por un espacio de tiempo al mundo exterior, a tener sus propias vivencias, pero luego llegaban nuevamente a contarlas a Violeta, quien las escuchaba fascinada.

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