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Variedades o híbridos


Enviado por   •  2 de Noviembre de 2013  •  Tesis  •  1.490 Palabras (6 Páginas)  •  577 Visitas

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Introducción

El girasol (Helianthus annus L.) pertenece a la familia Asteraceae (antes Compositae), su centro de origen se ubica en América Central y el sur de Norteamérica. La semilla de girasol (aquenio) tiene en la almendra alto contenido de aceite comestible de excelente calidad; además, es fuente de proteínas, hidratos de carbono, vitaminas y minerales. La torta que queda como residuo después de la extracción de aceite, es rica en proteínas y es utilizada para elaborar alimentos concentrados para animales. Los rendimientos promedios para Venezuela han sido -si se quiere- bajos, 900-1.200 kg/ha, aunque hay zonas donde se han conseguido hasta 2.500 kg/ha.

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Variedades o híbridos

El cultivo del girasol se introdujo en Venezuela a partir de 1973. Los primeros cultivares probados provenían de Rumania, entre estos se destacaron la variedad ´Record` y los híbridos simples ´Romsum 90`, ´Felix y Romsum 53`. Posteriormente en la década de los ochenta se introdujeron nuevas generaciones de cultivares principalmente híbridos provenientes de Argentina y los Estados Unidos tanto simples (dos parentales) como triples (tres parentales). Muy pocos de los híbridos que se introdujeron quedan en el mercado a excepción de la serie Morgan, ´M-731`, ´M-734`, y ´Contiflor 7`. El mejoramiento genético en el mundo se ha centrado en el incremento del contenido de aceite y tolerancia a enfermedades, caracteres como tipo de ácidos grasos, volcamiento también son de importancia en la generación de nuevos cultivares. En la actualidad es imperativo realizar las pruebas regionales de rigor, y en la medida de lo posible, incentivar la incorporación de líneas tropicalizadas en los cruces y así establecer cultivares con mejor adaptación a nuestras condiciones.

LÍNEAS DEL BANCO DE GERMOPLASMA DE GIRASOL, INIA-CENIAP.

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Preparación de la tierra

Una buena preparación de tierra es de vital importancia para el cultivo del girasol, dado que al asegurarle uniformidad de germinación, esa uniformidad continúa reflejándose positivamente en la floración y maduración. En esas condiciones se logra una adecuada población de plantas por hectárea. Se aconseja efectuar un pase profundo de arado, de 25 a 30 cm. Esto beneficia la distribución de nutrientes. Después uno o dos pases de rastras para desmenuzar los terrones y mejorar la aireación del suelo, así como la incorporación efectiva de residuos de cosecha anterior o material vegetal. Si el drenaje es deficiente, es necesario subsolar, nivelar o surcar, con el objetivo de facilitar la eliminación del exceso de humedad. Experiencias en labranza mínima han demostrado que en los primeros estadios no favorece la implantación del girasol pero avanzado el ciclo del cultivo hay aprovechamiento de las ventajas respecto a la disponibilidad de humedad y nutrientes.

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Fertilización y enmiendas

Una buena fertilización en cantidad y en el momento oportuno es fundamental para conseguir altos rendimientos. La cantidad precisa de fertilizantes y/o enmiendas necesarias van a depender de los resultados de los análisis de suelos que deben realizarse antes de la siembra en cuanto a asesoría y servicio. El Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA) tiene a disposición de los productores una red de laboratorios para análisis de suelos, distribuidos en el territorio nacional.

Se debe considerar que el girasol es un cultivo con demanda creciente de nitrógeno y éste debe estar disponible durante todo su ciclo, en suelos con baja cantidad de materia orgánica hay que poner atención en el azufre. Los fertilizantes compuestos deben ser aplicados antes de la siembra, dando tiempo a que estén disponibles cuando el cultivo lo necesite. Por ejemplo, la aplicación de fósforo después de los 30 días de la siembra no será aprovechado eficientemente por el cultivo dado su lenta liberación.

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Época de siembra

La época de siembra va a depender de la ubicación de la zona agrícola y la capacidad de retención de humedad del suelo. En Venezuela los mejores resultados se han obtenido en zonas donde se utiliza el girasol como cultivo de salida de lluvias o después de un primer cultivo. Sin embargo, en algunos valles del oriente del país, se han logrado buenos resultados pero con una alta incidencia de enfermedades foliares.

El girasol requiere, durante su ciclo vegetativo, un mínimo de 350 mm de lluvia, bien distribuida. Lo ideal es que la mayor parte de las lluvias se correspondan con en el período siembra-floración (45–55 días después de la siembra). Un exceso de lluvia en este período afecta la fecundación, dando origen

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