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Ética para Amador.


Enviado por   •  9 de Febrero de 2012  •  Informe  •  2.934 Palabras (12 Páginas)  •  408 Visitas

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Ética para Amador

El autor de este libro es Fernando Savater; filósofo y escritor, nacido en San Sebastián en 1947. Desde muy joven ha manifestado su inquietud por el ámbito de las letras y el pensamiento. Savater manifiesta su empeño por innovar la forma en que discurre la reflexión en España.

Savater ha sido siempre una persona de ideas antiautoritarias, rozando el anarquismo. Esto le llevó a un periodo de exilio voluntario en Francia durante los últimos años del régimen de Franco.

En la actualidad, Savater, continúa ejerciendo esa actividad literaria que comenzó en su juventud además de impartir clases en la facultad de filosofía de las universidades de Madrid y de Euskadi. También lleva a cabo una labor periodística como articulista en “El País” y como director de la revista “Claves”.

Es premio Nacional de Ensayo (1982) X premio de Anagrama de Ensayo, premio de Ensayo “Mundo”, premio Francisco Ceredero (1997) de la Asociación de Periodistas Europeos entre otros.

Algunas de sus obras más importantes son “Apología del sofista” (1973), “Apóstatas razonables” (1976), “Conocer Nietzsche y su obra” (1977), “La tarea del héroe” (obra con la que conseguiría el Premio Novel de Literatura de 1981). Ha escrito novelas como “Caronte aguarda” (1981), “Diario de Job” (1983) y “El dialecto de la vida” (1985). También ha escrito algunos textos dramáticos como “Último desembarco” (1987) y varios ensayos de intención divulgadora como “Política para Amador” y “Ética para Amador” este último libro su primera edición fue publicada en abril de 1991 y su 42 edición y actualmente la última en septiembre de 2002.

Ética para Amador es un ensayo en el que el propio autor es el que le habla a su hijo fundamentalmente del tema de la ética, de cómo se puede llevar una vida más o menos aconsejable, de saber cómo responder ante los diversos obstáculos o problemas que se presentan en las vidas de los seres humanos. Yo diría que el libro tiene dos temas fundamentales que son la libertad de la que se dedica a reflexionar durante la mayor parte del libro y La buena vida, todo va encaminado a conseguir darse la buena vida, es decir conseguir vivir lo mejor posible. Otros temas se encaminan hacia estos dos temas fundamentales.

En un principio comienza hablado de que la ética es el saber mas necesario del hombre y muestra las dificultad que plantea. Hace referencia sobre los bueno y lo malo que tiene relación con la ética y con el vivir bien. También se nos plantea la diferencia entre el hombre y el resto de seres vivos. La principal diferencia, a parte de que los hombres podemos razonar y el resto no, es que el hombre posee libertad, tiene capacidad para elegir qué hacer, qué comer, con quién estar, cómo comportarse, etc, mientras que los animales no tienen elección, pues sus actos están dictados por la Naturaleza, es decir, los animales actúan haciendo caso y siguiendo a sus instintos.

Por ello, ya que el hombre tiene el privilegio de poder elegir qué hacer en su vida, es recomendable que desde pequeño, sepa ciertos conocimientos que le serán imprescindibles para llevar una “buena vida”. Debe saber que hay cosas que le convienen y otras que no, que hay cosas buenas y cosas malas. De todo esto se le debe hablar y se le debe enseñar para que aprenda a diferenciarlo.

Pero claro, a medida que el hombre va creciendo y desarrollándose habrá ocasiones en las que aún sabiendo que algo no le conviene, lo hace. Es decir, comete errores conscientemente.

Un ejemplo en nuestra sociedad actual es el tema de las drogas. Aunque desde el principio cuando una persona consume drogas sabe que no son convenientes, que en realidad les perjudica en su salud, en su comportamiento etc y acaba consumiéndolas, es porque le ha vencido otro pensamiento, el de que son convenientes porque dan satisfacciones, hacen pasar buenos ratos, hacen que se olviden los problemas, etcétera.

En estas situaciones es cuando al hombre se le plantea el “problema” de la libertad, de elegir entre tomar o no tomar drogas sabiendo que son perjudiciales o tomarlas o no tomarlas por el simple hecho de tener un momento de “felicidad”.

Para que sepamos diferenciar entre lo bueno y lo malo, entre lo que nos conviene y lo que no nos conviene y para que no nos equivoquemos demasiadas veces en las elecciones que tengamos que hacer en nuestra vida, está la ética.

En nuestra vida cotidiana, habitualmente tenemos que elegir, porque continuamente estamos moviéndonos, hablando, haciendo, es decir, nos vemos obligados a tomar decisiones. Cada uno de nuestros actos los hacemos por diferentes motivos. A diario, normalmente hacemos casi las mismas cosas, se dice que las hacemos por rutina o costumbre. También hacemos cosas porque nos las mandan, por obligación, bien nuestros padres, profesores, superiores, etc; o bien hacemos cosas porque nos apetece, por capricho.

Cada vez que tengamos que tomar una decisión, ya sea para hacer o decir algo, por costumbre, obligación o capricho, debemos pensar dos veces lo que vamos a decir o hacer, porque además, no siempre cada uno de estos motivos tiene el mismo peso en la decisión que tomamos. No es lo mismo tomar una decisión porque te obligan, a tomar una decisión porque te da la gana. En estas situaciones, debemos plantearnos si estamos de acuerdo con lo que nos mandan, si nosotros lo consideramos bueno o conveniente o si nos obligan a hacer algo con lo que no estamos de acuerdo y nos parece malo. Aquí se nos vuelve a presentar la libertad: elegir entre lo que me mandan aunque me parezca poco conveniente o elegir lo que verdaderamente yo pienso y me parece bueno. Y cuando actuamos porque nos apetece, debemos reflexionar y valorar el perjuicio que puede ocasionar mi acción con mi propio beneficio.

Hay veces en que nos volvemos demasiado egoístas y no vemos más allá de nuestras narices. Nos encabezamos o encaprichamos en conseguir nuestro propio beneficio y la mayor satisfacción personal para nosotros, sin pararnos a pensar en las demás personas. Sin plantearnos si los métodos que he utilizado para beneficiarme a mí, han podido perjudicar a las demás personas de mí alrededor. Por eso debemos ser conscientes de que nuestras acciones también pueden repercutir a las personas que nos rodean y que queriendo o sin querer les pueden afectar positiva o negativamente. De ahí el refrán “No quieras para los demás lo que no quieras para ti”. Por ello, debemos ser responsables de nuestros actos y saber cuando hemos obrado bien o mal, para que en el caso de haber obrado mal, ser maduro y hacerse responsable de las consecuencias o perjuicios

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