Ética Utilitarista de Bentham
Enviado por Martin Massardo • 16 de Abril de 2019 • Ensayo • 1.654 Palabras (7 Páginas) • 156 Visitas
[pic 1][pic 2]
[pic 3][pic 4]
A lo largo del curso, hemos estudiado hasta ahora dos distintos filósofos con una mirada similar sobre la felicidad o, para clarificar, la eudaimonía. Eso hasta que nos encontramos con Jeremy Bentham, quien a diferencia de Aristóteles y Santo Tomás, presenta una felicidad distinta a la del bienestar o bienaventuranza, y de las cosas buenas o malas según la razón, para ahora complementar la razón con otras variantes.
El ser humano se ve gobernado como dice Bentham, por el placer y el dolor, ellos nos indican lo que se debe hacer y si las cosas son buenas o malas y por otro lado la cadena de causas y efectos para determinar lo que haremos. Este análisis sobre el actuar del ser humano, según Bentham se basa bajo el principio de la utilidad cuyo sentido es estructurar la felicidad mediante la razón y la ley. El principio de la utilidad consiste en buscar “la mayor felicidad y bienestar de todos aquellos cuyo interés está en juego, siendo el único fin de la acción humana como adecuado, correcto y universalmente deseable” (Bentham, 11), esto es lo que conoceremos como utilitarismo, donde el actuar del hombre privilegia el bien de la mayor cantidad posible de personas que se vean involucradas, dejando entrever que finalmente el bien común está incluso por sobre del bien personal.
Para adentrarnos en el análisis de Bentham sobre esta teoría y sus pilares fundamentales, existen tres conceptos en los cuales se respalda, la utilidad, y los antes mencionados placer y dolor como gobernadores de decisiones. La utilidad difiere a la felicidad y bienestar en cuanto a su relación con el placer y dolor, se atribuye el sentido de ganancia, beneficio o placer a la utilidad sin darle connotación al sentimiento que provoca la causa o efecto del acto en sí. Las acciones son buenas en cuánto generen mayor utilidad y, obviamente, malas mientras generen sufrimiento, por lo que para ver la dimensión del sufrimiento o placer se debe establecer una medición del valor de estas.
En cuanto al ser humano en sí, los principales objetos a medir son la intensidad, la duración, la certeza y proximidad, mientras que en un sistema compuesto por más personas se consideran más aspectos, como fecundidad, su pureza y su alcance. Por esta medición de valor se puede estimar conveniente decir que no existen actos buenos o malos si nos centramos en una persona en particular, pues cada factor es subjetivo a la valoración que entrega cada uno, mientras que si lo es para la comunidad poniendo en antecedente la balanza de placeres versus dolores. Existen distintos tipos de placeres y dolores según Bentham, los cuales clasificaremos a groso modo como placeres y dolores simples, tales como relacionados a la naturaleza humana, para no entrar en el extenso análisis de todos los tipos que se presentan.
Los placeres y dolores como mencionamos anteriormente pertenecen a la subjetividad que le otorgue el ser humano según las circunstancias o accidentes, y esta percepción tiene distintas perspectivas. La sensibilidad hace referencia a la disposición que cualquiera tiene a sentir tal o cual cantidad de placer o dolor por la aplicación de una causa de fuerza dada. Otro punto es la intencionalidad, que puede referirse al acto mismo o sus consecuencias, y al tipo de intencionalidad, viendo si son directos u oblicuamente; de ser directos dichos actos se debe luego ver si son finalmente (de ser el último acto) o solo mediatamente y además si son exclusivos (solo el motivo individual responde al fin) o no. De no ser exclusivamente intencionales pueden ser conjuntamente, disyuntivamente o indiscriminadamente. Por tanto, según Bentham, la intencionalidad de un acto “es considerado bueno o malo en cualquier sentido, debe ser, o bien porque se considera que produce buenas o malas consecuencias, o bien que se encuentra originado de un buen o mal motivo” (Bentham, 90), pero si bien las circunstancias son parte del contexto, ellas no son objetos de la intención, sea o no difícil de explicarlo en el momento.
Sobre la conciencia, el texto hace alusión al hombre prudente o imprudente donde explica dos puntos del porqué de la prudencia del hombre; la existencia de la circunstancia misma y la importancia de la acción. La relación intencionalidad y conciencia se puede ver como el entendimiento de las consecuencias que llevaría una acción intencional, comprendiendo las circunstancias que conllevan a realizarla, es decir, la racionalidad del ser humano prudente al entender el contexto y lo que puede ocurrir como consecuencias futuras, pues de ahí nace la intención de realizarla.
Por motivos se entiende como cualquier cosa, que al influir sobre la voluntad de un ser sensible, se supone que sirve de medio para determinarlo a actuar o abstenerse voluntariamente de actuar, así mismo ningún motivo es constantemente bueno o constantemente malo pues es ciertamente un placer o dolor actuando de distintas maneras, siendo este placer el más bueno y único bien mientras que contrariamente el dolor el único mal. Por lo tanto, los motivos son buenos o malos simplemente según sus efectos siendo una sola acción la que produzca efectos que nos generen bienestar, nos hagan daño o nos mantengan indiferentes. Además que por un mismo motivo el ser humano puede realizar un sin número de acciones, las cuales pueden ser catalogadas como abominables o, por el contrario, elogiables dándole una connotación de moral vulgar pues se ha perdido la objetividad sobre mirar un acto por lo que es y se ha tomado partido según los efectos que provoca en cada uno que este acto sea realizado. Por lo anteriormente dicho, sería mejor distribuir los motivos según la influencia que pueden tener sobre los intereses del resto de la comunidad dejando fuera a aquellos del grupo mismo, siendo la buena voluntad, el deseo de reputación, la religión y el deseo de amistad los motivos sociales; el disgusto en los no sociales y el deseo físico, el deseo de poder, el interés pecuniario y la autoconservación en los motivos autorreferentes (Bentham, 120), ya que esto da un análisis más claro y objetivo de los motivos por el cual se realizan las acciones.
...