Comentario de Ortega y Gasset.
Enviado por fernando herrero • 7 de Enero de 2017 • Tarea • 1.862 Palabras (8 Páginas) • 375 Visitas
Este texto trata sobre cómo la técnica se ha constituido en una parte fundamental de nuestra vida. Apoyándose en la técnica, el hombre construye su existencia en el mundo, formando ambos una unidad indivisible. Además, para Ortega “el hombre es insustancial, en ello estriba su grandeza”, por ello es libre y se ve obligado a ir buscando y creando su propia naturaleza. La vida natural no le es suficiente y por ello ha desarrollado la técnica. Con ella podrá formar una sobrenaturaleza basada en la historia y orientada hacia el futuro, creando un mundo artificial a su medida. La técnica es entonces “un esfuerzo que se realiza para ahorrar esfuerzo” y, así, lograr la liberación del hombre de sus necesidades biológicas, permitiéndole dedicarse a realizar su proyecto vital. Es entonces cuando el hombre empieza a ser hombre, cuando puede dedicarse a lo superfluo (el deseo y la pasión) y elegir entre la infinitud de posibilidades que sus circunstancias le ofrezcan y le permitan. Pero la vida no puede convertirse en pura contemplación y teoría, esto sería la vida vulgar del hombre-masa. La vida tiene que ser realizar nuestro proyecto de vida, lo que significa enfrentarnos a la “posibilidad” y salvar la “circunstancia” desplegándonos en un impulso por superarnos a nosotros mismos, en una aspiración hacia lo superfluo, hacia el bienestar. Para ello, debemos aprovechar las herramientas que el mundo nos presta.
Desde el punto de vista de la filosofía orteguiana la vida es lo primordial, la realidad radical. La vida para él no es identificable tan solo con el cuerpo, ni con el alma, ni con la mente ni como algo abstracto, sino que él se refiere a la vida como un conjunto de vivencias personales e intransferibles que cada cual experimenta. Ortega nos dice: “la vida es tener conciencia de estar en el mundo, es enterarse de que se coexiste en el mundo o circunstancia” y en otra cita añade: “la vida soy yo y mis circunstancias y si no las salvo a ellas no me salvo a mí”. Hemos de entender el concepto de circunstancia como el mundo vital en el que estamos inmersos, esto es, el mundo físico y todo el entorno que aparece ligado a él (la cultura, el momento histórico que nos ha tocado…) y las personas, pero también nuestro cuerpo y mente (con sus capacidades y limitaciones). Todo ello convierte a mi subjetividad y a la circunstancia en una unidad indisoluble de cuya interacción nace la realidad.
Ortega clasifica los atributos característicos de la vida de esta forma: la vida es saberse y comprenderse (posee un conocimiento espontáneo de sí misma); la vida es encontrarnos con nuestra subjetividad conviviendo con nuestras circunstancias y las cosas; la vida es fatalidad (no podemos elegir las circunstancias que nos han tocado, pero estas a su vez nos permiten ser y actuar) y libertad (la vida tenemos que diseñarla y asumir la responsabilidad de las consecuencias que conlleva el hecho de decidir y elaborar un proyecto); y la vida es temporalidad (condición biográfica de nuestra existencia y su consiguiente proyección hacia el futuro).
Nuestro autor está convencido de que cada época tiene una tarea y un destino fundamentales que realizar. Y la tarea del S. XX no podía ser otra que la de superar los principios básicos de la modernidad. Esto mismo es lo que pretende cuando formula su concepto de razón vital: enfrentarse a los principios fundamentales del idealismo y del racionalismo de la época moderna. Es en ese momento cuando reivindica la vida como realidad radical. El mundo en el que estamos inmersos es la realidad, y nuestro campo de acción y la razón deben estar al servicio de la vida. La razón vital es un instrumento que debe servir a nuestros quehaceres en función de lo que decidamos ser y hacer (nuestro proyecto de vida). Este es un intento de superar la filosofía idealista y realista y, en paralelo, armonizar razón y vida (sin olvidar del todo la espontaneidad o lo irracional). La forma de conocer del hombre de Ortega es desde el perspectivismo (la realidad es la suma de una pluralidad de perspectivas) que, asimismo, es un intento de superar la postura racionalista y el escepticismo.
José Ortega y Gasset (1883-1955) nace en Madrid, en una familia burguesa y liberal, propietaria del periódico “El Imparcial”, durante la época de la Restauración monárquica. Estudia en varias universidades alemanas y vuelve a Madrid para hacerse cargo de la cátedra de metafísica. Es allí donde comienza su aventura editorial con el diario “El Sol” y, unos años después, funda “La Revista de Occidente”. En 1914 inicia su carrera política. Desde su militancia se opone a la dictadura de Primo de Rivera y, posteriormente, a la “dictablanda” de Berenguer. Llega la Segunda República y es elegido diputado en varias ocasiones, pero en 1936, empujado por la Guerra Civil, se ve obligado a exiliarse de España, a donde retornará en el año 1945. En los últimos años de su vida viaja bastante al extranjero y mantiene contactos con Heidegger. Muere en Madrid en 1955.
Podemos dividir su pensamiento en tres etapas. La primera etapa es objetivista y se caracteriza por su preocupación por el atraso cultural y político de España respecto a Europa. La segunda etapa es perspectivista, es cuando publica “Meditaciones del Quijote” y “España invertebrada”. En esta época aparecen los conceptos de circunstancia y perspectiva. La etapa de madurez comienza con “El tema de nuestro tiempo” y continúa con “La rebelión de las masas” e “Ideas y creencias”. A esta época corresponde también la afirmación de que la vida es la realidad radical (la vida es encontrarse en el mundo, entre las cosas, ocupándose de ellas y dándoles finalidades prácticas. Es proyecto, es quehacer, es convivir).
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