La Republica De Ortega Y Gasset

LA SEGUNDA REPÚBLICA DE ORTEGA Y GASSET

Para comprender la evolución del pensamiento de ortega y Gasset durante la II República, hay que conocer la situación que la sociedad atravesó durante este período. A esta época la precede la dictadura de Primo de Rivera, durante la cual la población sufrió una fuerte represión de ideas y escasa libertad de actuación, también con anterioridad la situación no había sido muy diferente, con la instauración de la República la situación social cambia radicalmente. Al formarse un Estado con libertad de actuación, de pensamiento, etc. el caos pasa a formar parte habitual de esta sociedad poco estructurada y consolidada en democracia. Por otra parte la política de intereses partidistas, las actuaciones de los gobiernos y el poder que, como Gasset opinaba, residía en la prensa “hoy no existe en la vida pública más <poder espiritual> que la prensa”, corrompía el pensamiento individualista de la población, llevaron al filósofo a abandonar las ideas republicanas y la política para dedicarse de forma más contundente al estudio de la filosofía.

El 28 de enero de 1930, Primo de Rivera tras perder el apoyo de la mayoría de los sectores de la población, presenta su dimisión y deja el cargo de jefe de Estado. Ortega en abril de este mismo año, con la reapertura de la universidad imparte un breve curso “Sobre la Realidad Radical” en el que critica el realismo propio del pensamiento medieval y el idealismo. También dedica sus clases del curso 30/31 a este tema. Más tarde en octubre, es invitado por la FUE a pronunciar la conferencia “sobre la reforma universitaria” en la universidad central. Después publicará el texto, ampliado y en varias entregas, en el diario Sol. Más tarde lo publicaría en forma de libro como Misión de la Universidad. En noviembre publica en El Sol el artículo “El Error de Berenguer”.

Por otro lado se edita La rebelión de las masas, que había aparecido en los folletones del diario Sol. También se publica La redención de las provincias.

En enero de 1931 publica en El Sol la serie “¿Qué es conocimiento? Trozos de un curso” que ahora se editan en un volumen, tratando el tema del hacer filosófico desde la perspectiva de su teoría raciovital, desarrollando una crítica a la metafísica tradicional para explicar sus nuevos conceptos de Vida y Ser Ejecutivo.

En febrero se presenta en el Teatro Juan Bravo de Segovia la Agrupación al Servicio de la República en un acto organizado por Antonio machado y en el que participan Gregorio Marañón, Ramón Pérez de Ayala y Ortega. En este acto se publica el manifiesto de la Agrupación al Servicio de la República. Seguidamente aparece en el que había sido su diario desde 1917, un “adiós a los lectores de El Sol”

El 14 de abril de este mismo año se proclama la Segunda República Española en la que se establece un sistema democrático y parlamentario, con el que a la población española por fin en la historia se le concede libertad real. En junio se celebran las elecciones a cortes constituyentes, en las que Ortega es elegido diputado por la circunscripción de León.

Rectificación de la República es el título del discurso que el 6 de diciembre de 1931en el cine de la Ópera realizó el filósofo, certificando su distanciamiento con la trayectoria que veía en la Segunda República Española, durante los debates constitucionales.

Durante 1932, colabora en los diarios Crisol y Luz. En julio de este mismo año participa en el debate sobre el Estatuto Catalán.

Muy pronto mostró su desencanto respecto al nuevo régimen y el cariz demasiado extremista que tomaba. El "Manifiesto disolviendo la Agrupación al Servicio de la República" fue publicado en el periódico Luz el 29 de octubre de 1932. Explicaba que la República estaba ya "suficientemente consolidada", por lo cual el grupo había conseguido su objetivo y se disolvía "dejando en libertad a sus hombres para retirarse de la lucha política o para reagruparse bajo nuevas banderas y hacia nuevos combates".

Por otra parte se publica Obras, primera recopilación de escritos de Ortega. Para la ocasión, redacta un importante prólogo de carácter autobiográfico “mi vocación era el pensamiento, el afán de claridad sobre las cosas. Acaso este fervor congénito me hizo ver muy pronto que uno de los rasgos característicos de la circunstancia española era la deficiencia de eso mismo que yo tenía que ser por íntima necesidad. Y desde luego se fundieron en mi

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