Cuento Filosofía El color de las estrellas

El color de las estrellas

Por: Alejandro Félix Nájera

Era un día como cualquier otro, el sol brillaba, las aves cantaban, las flores crecían con una sonrisa en su rostro como todas las mañanas. Yo era un niño normal, una vida tranquila con unos padres que siempre estaban a mi disposición., siempre me habían fascinado las estrellas, era un gran fanático del espacio exterior, soñaba con ir un día a la luna y poner mi propia bandera en el cráter más grande., pero eso solo eran sueños bobos como me lo decían mis padres. Ellos siempre se la pasaban en el trabajo, y casi nunca los veía en el día, cuando llegaban a la casa, siempre estaban cansados y no tenían tiempo para jugar conmigo. Mis mejores amigos eran el señor T-rex y mi perro de felpa doggy., han estado conmigo desde que nací, mi cuarto estaba repleto de figuras de acción y posters de carros, mi cama era como una montaña de nieve, o eso es lo que me decía T-rex, que él siempre ha sido muy observador con las cosas., por otro lado , doggy era más tímido y callado pero igual de divertido que T-rex, entre los tres pasábamos grandes aventuras, derrotando dragones para salvar princesas en apuros, rescatando el tesoro perdido de los malvados piratas de agua negra, entre muchas otras aventuras., pero esta vez tenía algo planeado que nunca se había visto en la historia de la humanidad y que este momento iba a ser el más importante en la historia del ser humano. Con la ayuda de los constructores, T-rex y doggy, estábamos armando una nave que nos permitiera viajar al espacio, nunca se había visto algo similar, y solo los tres seriamos lo bastante valientes para conducir esa nave y navegar por el vasto espacio exterior.

Despegaríamos en 1 día, la nave tenía que sufrir todavía algunas reparaciones en el propulsor, ya que T-rex por accidente se cayó en él y rompió los circuitos., ya teníamos toda nuestra aventura, yo sería el capitán de la nave, mientras que doggy seria el sub capitán y T-rex seria el ayudante del capitán, wow!, era como un sueño hecho realidad, por fin lo cumpliría sin importar lo que las demás personas me hubieran dicho. Fui a conseguir los materiales que faltaban a la cocina, unas tijeras, un cuchillo de plástico y por supuesto un sándwich de jamón, pero todavía faltaba el elemento más importante y que sin él no podría funcionar la nave, la CINTA ADHESIVA., el único problema con eso, es que se encontraba en el lugar prohibido de la casa, la habitación de mis padres……, en ese lugar se encontraba un monstruo que atormentaba a mis padres todas las noches, siempre están gritando del terror y aunque quiera ayudarlos, no puedo , porque mi cobardía me lo impide. Pero esta vez será diferente, tengo los pantalones bien amarrados con el lazo de los zapatos, hoy será el día en el que ahuyente al monstruo de una vez por todas., subí las escaleras con los pensamientos más extraños de los que podría pensar un niño de 6 años, pero eso no me importó en lo más mínimo., al final del pasillo estaba la puerta más grande obscura que había visto, así que mientras caminaba a lo desconocido, cada pisada mía me recordaba cuando spiderman se enfrentaba al duende verde., y por fin estaba frente a frente de la puerta, con mis pálidas manos gire la manecilla y la puerta se abrió por si sola con un chillido algo molesto. Cuando entre al cuarto se sentía muy frio el aire, como si alguien me estuviera observando, no me iba a quedar demasiado tiempo ahí así que actué lo más rápido que pude, empecé a buscar en los cajones que tenían un león como grabado, pero no encontré nada, solo encontré unos globos que mis padres de seguro compraron para mi cumpleaños, busqué, cajón tras cajón y nada, supuse que debería de estar debajo de la cama pero solo estaba unas sandalias viejas y apestosas de mi padre.

Me subí a la cama  para observar arriba del ropero, pero aun así no alcanzaba a ver, así que hice una montaña, con las almohadas que mis padres pusieron atrás de la cabecera de la cama, pude observar que tampoco estaba, así que solo quedaba un último lugar, y el que deseaba que no existiera, el armario.,………., ese lugar es el escondite del monstruo, pero no había nada más que temer , ya estábamos ahí, ahora debíamos de terminar lo que empezamos, me volví  a armar de valor y abrí el armario como si fuera la caja de pandora, cuando lo abrí mis manos taparon mis ojos por miedo a que el monstruo saliera y me arrancara mi cara, pero no fue así, lo único que salió de ese armario era el saco feo que mi padre usaba para ir a trabajar, así que puse una larga carcajada y busque en las herramientas de mi padre que estaban hasta el fondo del armario, y efectivamente mi perseverancia, dio frutos, tenía la cinta en mis manos y mi nave espacial por fin estaría lista. Ordene el cuarto de mis padres, para que no sospecharan de lo ocurrido, Salí corriendo del cuarto y me dirigí al mío, me puse mi casco de Bob el constructor y trabaje en la nave lo que me restaba del día., el reloj marcaba las 9pm, ¡Dios Mío!, era demasiado tarde, mis padres volverían en cualquier momento, y me castigarían por estar tan tarde en la cama, así que tome a mis mejores amigos y los coloque en sus respectivas camas, les di el beso de las buenas noches y me fui a recostar como el explorador nato que soy.

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