EVOLUCION HISTORICA DE LA MATERIA Y LA CONCIENCIA

Durante los siglos IX-II a. n. e. se desarrollan en la antigua India escuelas filosóficas que planteaban que el mundo estaba compuesto por tierra, agua, aire y fuego, y que todo aquello que llenaba el espacio era el éter. Entre esas escuelas, encontramos la Chárvaka, quien reconocía la materialidad del mundo y rechazaba la existencia de Dios. Chárvaka fue un filósofo materialista indio, quien veía el mundo como algo cambiante y fortuito. La doctrina chárvaka de materialismo ateo indio es la que probablemente representa mejor a una escuela pura de tal ateísmo entre toda las doctrinas hindúes.

Las concepciones materialistas de estas primeras escuelas tratan de demostrar la materialidad de la conciencia, su origen natural y su relación con el cuerpo. Tales concepciones identifican lo material con representaciones concreto-sensoriales. Las ideas sobre lo material también se desarrollaron partiendo de representaciones concreto-sensibles sobre el mundo como un todo único.

Los antiguos materialistas griegos, se caracterizaron también por la búsqueda del principio material concebido como algo concreto-sensible, como causa universal y principio más profundo de lo existente. Los atomistas griegos reflejaron el esfuerzo de formular una teoría sobre el mundo, en función de la vida y del trabajo. Consideraron la existencia del ser y del no ser. Llegaron a la idea dialéctica del mundo, a partir del criterio de que todo era el resultado de las diferentes combinaciones de los átomos. Los átomos eran la causa de todo.

Platón por su parte consideraba la existencia eterna del reino de las ideas. Él dividía el universo en dos partes, el mundo de las ideas y lo particular. Ambas independientes y la primera como causante de la segunda.

En contraparte, Aristóteles rechaza que las ideas, como esencia de las cosas, existan fuera de éstas. A su vez, él creía que debía existir un “motor” que diera forma a las formas ya que los elementos en sí mismos los consideraba inmóviles.

En la Edad Media, se considera a la Tierra como el centro inmóvil del universo, formado por los elementos materiales, cognoscibles a través de los órganos de los sentidos y el mundo celeste espiritual, suprasensible y sobrenatural. El materialismo, al lado de la ciencia y de la creación literaria, se planteaba la tarea de combatir tales concepciones.

Este período se caracterizó por tratar de demostrar la existencia de Dios con argumentos. A ésta filosofía se le llamó escolástica. Entre sus personajes seguidores, destacan: Anselmo de Canterbury, Pedro Abelardo y Tomás de Aquino.

La filosofía escolástica de fundamentar la eternidad del sistema feudal y el orden de las cosas, abría paso a las ciencias, las ideas materialistas y a la formación del capitalismo a finales del siglo XV.

Durante el Renacimiento, el pensamiento característico fue el enfrentamiento a la teología y a la escolástica debido a la estrecha relación que surgió entre la filosofía y las ciencias naturales en torno al problema de la materialidad del mundo. Regresa el atomismo antiguo y junto con él, la visión dialéctica (tesis, antítesis y síntesis) del mundo y coloca al hombre como centro de atención.

El capitalismo como consecuencia de las primeras revoluciones burguesas fecundó una nueva forma de materialismo, el mecanicista y metafísico. Este pensamiento llevaba consigo la postura de que el fin de la ciencia y el contenido fundamental de la filosofía radican en el conocimiento de la naturaleza aprehensible por nuestros sentidos. Su concepción materialista de las formas de la materia se contrapone con las ideas de la forma de Platón y Aristóteles. La materia posee una pluralidad infinita de cualidades sensibles.

Tomas Hobbes intenta definir filosóficamente la materia  ya que considera que no se crea ni se destruye. Identifica la materia y el cuerpo y a éste con determinado número de propiedades: inercia, extensión, magnitud y figura.

Descartes concibe la oposición entre cosa pensante y cosa externa pero sin lograr un concepto que sintetice ambas entidades, restablece los dominios de Dios como posible unidad de la realidad.

El materialismo posterior a Descartes se redujo a sustancialismo siendo la materia considerada como la sustancia. Al ser considerada de esa manera, se dejó de analizar a la materia desde su relación con la conciencia, sino que se analizaba desde la relación en cuanto a tal propiedad, o cosa concreta, forma, movimiento, espacio.

Newton y sus trabajos fueron la base para lograr un avance con las antiguas teorías atomistas de los griegos. El consideraba a la masa como la propiedad fundamental de la fuerza innata de la inercia, la que identificó con la materia.

Por su parte, el idealismo con J. Berkerley creó una concepción cuyo punto de partida era la experiencia sensible, expresada por ideas o representaciones, que constituían la realidad verdadera. Para él las cosas son ideas que no existen fuera del espíritu y por tanto su existencia consiste en ser percibidas.

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