Educación Ambiental Portafolios de Evidencias de Aprendizaje
Enviado por Acal • 25 de Febrero de 2016 • Tarea • 1.623 Palabras (7 Páginas) • 393 Visitas
Educación Ambiental
Portafolios de Evidencias de Aprendizaje
Actividad No. 1: El Mensaje del jefe Seattle – Un Escenario de reflexión sobre la conciencia ambiental.
Valor: Una tarea.
Forma de Entrega: únicamente se recibe en documento impreso.
Fecha de Entrega: el día y hora correspondiente a la aplicación del primer examen parcial
Instrucciones para la reflexión:
Pon por escrito tus respuestas a cada uno de los siguientes puntos de reflexión y entrégalas en tu próxima clase.
- Lee detenidamente la carta y subraya las tres o cuatro ideas que te parezcan más importantes o que sean las más te hayan impactado.
- Ahora trata de explicar cuáles son las razones que tuviste para seleccionar esas ideas en el punto anterior.
- Si la respuesta con las ideas de la carta hubiese sido dada hoy, responde:
- ¿En qué aspectos crees que tendría vigencia?
- ¿A qué aspectos de la forma de vida del hombre de nuestro tiempo parece desafiar?
- ¿Cuáles de tus prácticas cotidianas quedan minimizadas ante las ideas del Jefe Seattle?
- Propón tres o cuatro compromisos posibles de realizar para poder dar sentido a las ideas del Jefe Seattle.
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MENSAJE ECOLÓGICO DEL JEFE INDIO SEATTLE
AL SEÑOR FRANKLIN PIERCE, PRESIDENTE DE
LOS ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMÉRICA.
En 1854, el Gran Jefe Blanco de Washington hizo una oferta por una gran extensión de tierras indias prometiendo crear una “reservación” para el pueblo indígena. La respuesta del Jefe Seattle, aquí publicada en su totalidad, ha sido descrita como la declaración más bella y más profunda jamás hecha sobre el medio ambiente.
¿Cómo se puede comprar o vender el firmamento, ni aún el calor de la tierra? Dicha idea nos es desconocida. Si no somos dueños de la frescura del aire ni del fulgor de las aguas, ¿cómo podrán ustedes comprarlos?
Cada parcela de esta tierra es sagrada para mi pueblo, cada brillante mata de pino, cada grano de arena en las playas, cada gota de rocío en los bosques, cada altozano y hasta el sonido de cada insecto es sagrado a la memoria y al pasado de mi pueblo. La savia que circula por las venas de los árboles lleva consigo la memoria de los pieles rojas.
Los muertos del hombre blanco olvidan su país de origen cuando emprenden sus paseos entre las estrellas; en cambio, nuestros muertos nunca pueden olvidar esta bondadosa tierra, puesto que es la madre de los pieles rojas. Somos parte de la tierra y asimismo, ellas es parte de nosotros. Las flores perfumadas son nuestras hermanas: el venado, el caballo, la gran águila; éstos son nuestros hermanos. Las escarpadas peñas, los húmedos prados, el calor del cuerpo del caballo y el hombre, todos pertenecen a la misma familia.
Por todo ello, cuando el Gran Jefe de Washington nos envía el mensaje de que quiere comprar nuestras tierras, nos está pidiendo demasiado. También el Gran Jefe nos dice que nos reservará un lugar en el que podamos vivir confortablemente entre nosotros, él se convertirá en nuestro padre y nosotros en sus hijos. Por ello consideramos su oferta de comprar nuestras tierras. Lo que no es fácil ya que esta tierra es sagrada para nosotros.
El agua cristalina que corre por ríos y arroyuelos no es solamente el agua sino también representa la sangre de nuestros antepasados. Si les vendemos nuestra tierra deben recordar que es sagrada y que cada reflejo fantasmagórico en las claras aguas de los lagos cuenta los sucesos y memorias de las vidas de nuestras gentes. El murmullo del agua es la voz del padre de mi padre.
Los ríos son nuestros hermanos y sacian nuestra sed; son portadores de nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos. Si les vendemos nuestras tierras ustedes deben recordar y enseñarles a sus hijos que los ríos son nuestros hermanos y también lo son suyos y por lo tanto, deben tratarlos con la misma dulzura con que se trata a un hermano.
Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestro modo de vida. Él no sabe distinguir entre un pedazo de tierra y otro, ya que es un extraño que llega de noche y toma de la tierra lo que necesite. La tierra no es su hermana sino su enemiga y una vez conquistada, sigue su camino, dejando atrás la tumba de sus padres sin importarle. Le secuestra la tierra a sus hijos, y a su hermano, el firmamento, como objetos que se compran, se explotan y se venden como ovejas o cuentas de colores. Su apetito devorará la tierra dejando atrás sólo un desierto.
No sé, pero nuestro modo de vida es diferente al de ustedes, la sola vista de sus ciudades apena los ojos del piel roja, pero quizás sea porque el piel roja es un salvaje y no comprende nada.
No existe un lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco, no hay sitio donde escuchar como se abren las hojas de los árboles en primavera o como aletean los insectos. Pero quizás también esto debe ser porque soy un salvaje que no comprende nada. El ruido parece insultar a nuestros oídos. Y después de todo, ¿para qué sirve la vida si el hombre no puede escuchar el grito solitario del chotacabras (aguaitacaminos) ni las discusiones nocturnas de las ranas al borde de un estanque? Soy un piel roja y nada entiendo. Nosotros preferimos el suave susurro del viento sobre la superficie de un estanque, así como el olor de ese mismo viento purificado por la lluvia del mediodía o perfumado con aromas de pinos.
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