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El Sufrimiento Humano desde la Perspectiva Cristiana


Enviado por   •  10 de Noviembre de 2015  •  Ensayo  •  1.412 Palabras (6 Páginas)  •  142 Visitas

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El Sufrimiento Humano desde la Perspectiva Cristiana

Introducción

A la cuestión del “Sufrimiento humano” también se le ha llamado el “Problema del dolor” y a dicho asunto se ha tratado de encontrar respuesta desde las distintas corrientes filosóficas, líneas de pensamiento, religiones, etc.; entre ellas se encuentra el sentido que el humanismo cristiano ofrece al abordar este tema.

La perspectiva cristiana es totalmente opuesta a la que ofrece el paganismo, por ello vale la pena mencionarle desde un inicio para la mejor compresión y profundización del tema. Para el pagano el sufrimiento es la peor de las desgracias, debido a que carece de sentido; en un sentido opuesto para el cristiano el dolor tiene sentido ya que con ello está labrando su porvenir en la eternidad, se hace en relación a un orden infinito y superior, se sufre por Dios, se ofrece a Él.

Debido a la complejidad, profundidad y extensión del tema, ahondaremos en algunos conceptos que son necesarios conocer y comprender para poder entender las conclusiones y pautas ofrecidas por la visión cristiana sobre el sufrimiento.

Dislocaciones en la vida

El dolor o sufrimiento se presenta a lo largo de la vida de todos los individuos desde su inicio hasta su fin, sin hacer distinción alguna de sexo, idioma, posición social, ideología, etc., estas dislocaciones no deseadas por los individuos se presentan principalmente en los siguientes seis momentos:

  1. El trauma de nacimiento: La experiencia del nacimiento encierra tal concatenación de sentimientos dolorosos, de descargas y excitación, y de sensaciones corporales, que se ha convertido en un prototipo para todas las ocasiones en que la vida está en peligro, y siempre volverá a reproducirse en nosotros frente a condiciones de ansiedad.
  2. La patología de la enfermedad
  3. La morbosidad de la decrepitud: Miedo al fracaso, a la dependencia financiera, al desprecio, a la enfermedad, etc.
  4. Fobia a la muerte: Temor más grande de la mayoría de personas mayores a cuarenta años, lo que les impide llevar una vida sana.
  5. Sujeción a algo que disgusta: Existen martirios a los que las personas están encadenadas para toda la vida.
  6. Separación de aquéllos que amamos.

El pecado

El Catecismo de la Iglesia Católica define al pecado como “Falta contra la razón, la verdad, la conciencia recta; es faltar al amor verdadero para con Dios y para con el prójimo, a causa de un apego perverso a ciertos bienes. Hiere la naturaleza del hombre y atenta contra la solidaridad humana”

El pecado a grandes rasgos es “Una ofensa libre y consciente que se hace contra Dios”, es una falta a alguno de los mandamientos contenidos en el Decálogo, y su gravedad va de acuerdo a la materia, conocimiento y consentimiento del mismo.

El hombre a lo largo de la historia ha pecado, esto es latente en la “Historia de la Salvación”, las ofensas del pueblo de Israel hacia Dios, las dudas, indiferencias, etc., y en la vida de todo individuo se encuentra presente; así lo menciona la Biblia en el Antiguo Testamento “El justo aunque peca siete veces al día se levanta mientras que los pecadores se hunden en su maldad”

Es por ello que el Evangelio nos menciona “Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Unigénito para que todo el que crea en Él no se pierdan, mas tenga vida eterna”. Viendo Dios los abismos en los que se encontraba sumido su creatura más amada envía a su propio Hijo para redimir a la Humanidad del pecado con una muerte de cruz.

El pecado entendido como ofensa a Dios, tiene dos consecuencias: la culpa y la pena. Cristo como ya se mencionó anteriormente redime al hombre del pecado; paga las penas que el hombre habría de sufrir anticipadamente, con el precio de su sangre. Es por ello que al instaurar su Iglesia y otorgarle la plenitud de los medios de salvación, así como el poder de atar y desatar en Cielo y Tierra; ésta a través del sacramento de la Penitencia puede librar al hombre de la culpa y la pena eterna, pero quedándose en el penitente arrepentido una pena temporal que deberá satisfacer con distintos medios, uno de los más importantes: el sufrimiento.

La trascendencia de la gracia

La gracia santificante es un don sobrenatural, interior y permanente, que Dios nos otorga por medio de Jesucristo para nuestra salvación. Es una cualidad que hace “subir” de categoría al hombre dándole una segunda naturaleza superior.

Se dice que es “el mayor de los bienes del hombre” ya que nos convierte en un “Alter Christus”, al ser templo y morada de la Santísima Trinidad en nuestra alma.

La gracia santificante se pierde con el pecado mortal, ya que no puede cohabitar Dios con el pecado, y al ser el pecado una elección del hombre, por consecuencia es un rechazo a Dios que deja de habitar en la propia alma; se recupera con el sacramento de la confesión.

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