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Filosofía de América Latina: La búsqueda incesante de una identidad cuestionada


Enviado por   •  26 de Junio de 2021  •  Ensayo  •  1.598 Palabras (7 Páginas)  •  134 Visitas

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Una observación al debate entre Lastarria y Bello, en 1844

Filosofía de América Latina: La búsqueda incesante de una identidad cuestionada

Nombre: Iriel Vergara Yáñez

Profesor: Hugo Finola

         En el presente ensayo se tiene por objetivo realizar una análisis acerca de las diferentes visiones y perspectivas que tienen ciertos autores relevantes dentro de la filosofía e historia Chilena, respecto de la identidad de Latinoamérica, basada en las lecturas que hemos abordado a lo largo del curso, no obstante, en este trabajo se pretende hacer una observación al debate entre Lastarria y Bello en 1844, específicamente sobre el genocidio y el proyecto nacional que se llevaba acabo en esas épocas. Asimismo, en el ensayo se discutirá aquellos puntos de vista que generan conflictos entre los autores mencionados anteriormente, de modo que se intentará buscar los puntos de acuerdos y desacuerdo frente al fenómeno social y cultural que se vivió y que se sigue cuestionando hasta el día de hoy, ¿cuáles son los aspectos críticos a indagar en la experiencia colonial?  Esto es un tema que resulta interesante de observar e investigar, debido a que han sido grandes episodios relacionados con la formación de un complejo consenso político, histórico y cultural sobre el tema del genocidio indígena en el siglo XIX, y también porque dentro de las lecturas de este curso, ha sido una de las más atractivas que me ha parecido.

         Dicho lo anterior, es preciso señalar algunos conceptos que son necesarios para poder desarrollar las ideas centrales de cada autor, es por esto que primeramente, debemos comprender que el genocidio es comprendido como una reflexión ya clásica, fundacional. Además, según Raphael Lemkin en este fenómeno se distinguen dos fases en su implementación: la destrucción de los patrones de organización del grupo oprimido, nacional dice Lemkin, y su reemplazo con los del opresor  (Kaempfer, 2006). Igualmente, dentro de esta primera  concepción sobre el genocidio, es importante destacar que para los autores mencionados anteriormente, el genocidio indígena ha sido interpretado históricamente como concenso como fundamento y origen de toda la historia nacional, lo cual también nos hace preguntarnos, apartir de lo anterior, ¿qué patrón o tipo de sociedad se esperaba luego de los hechos sucedidos? ¿qué rol juega la filosofía en una discusión sobre esto?.

          Por otra parte, dentro del contexto que se encontraban los autores en esa época, es muy relevante considerar que los tres sostienen ideas centrales más o menos claras y bien establecidas, en la medida que, por ejemplo, para Lastarria no era posible confundir la  experiencia colonial con un rechazo al colonialismo sino, más bien, esta experiencia  daba respuesta, de algún modo, a la defensa de un proyecto occidental cuyas correcciones trazaban los desafíos nacionales (Kaempfer, 2006).  En otras palabras, para Lastarria este modelo de sociedad que se había impuesto y que había corregido, de alguna forma, a los mestizos era más que nada un hecho que reflejaba el conflicto central, el cual es justificar el genocidio indígena como parte de la historiografía de América Latina.

     Asimismo, para este autor,  la verdadera evolución y civilización, es única y exclusivamente posible a través del mestizo o también llamado “araucano”, el cual defiende y cataloga como el nuevo productor de la nueva civilización que nace en América Latina, en vista de que gracias a él es que la economía y todo lo que involucra una avance en la sociedad, es absolutamente mérito suyo.

      De igual importancia, hay que considerar la postura de Bello, en relación al mismo fenómeno en discusión, es decir, la perspectiva que tiene Bello del genocidio tomado desde un punto de vista historiográfico para América Latina. Esta perspectiva, a diferencia de Lastarria, se caracteriza por la idea de defender la colonización, puesto que esta nos habría ayudado a surgir y crecer como sociedad, empujándonos a salir adelante, de modo que para este autor, sin los Europeos, nos hubiésemos quedado atrás. Por consiguiente, la postura que adopta Bello frente a la colonización, y sus procesos secundarios, pero no menos importantes, son parte de la justificación por la civilización que se forjó a través del genocidio. Lo anterior quiere decir que, para Bello la historia y el contexto de Chile en esos tiempos, pudo haber sido de similar forma o prácticamente destinada a ser así, por el simple hecho de la fuerza que pueden oponer unos frente a otros, es decir, así como pudieron haber sido los Españoles, también pudieron haber sido Alemanas, Franceses, etc. Por ende, podríamos señalar que uno de los aspectos relevantes en la línea ideológica que sigue Bello,  es que para él la colonización tiene un valor práctico, el cual radica en el beneficio evolutivo y próspero que tuvo Chile, dándole más importancia a la civilización dentro del proyecto nacional, de modo que lo que se efectuó realmente, bajo su mirada, fue una reproducción de ideas europeas con el objetivo de generar un punto de partida en la nueva América.

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