Identidad dual

Identidades duales: en los superhéroes, con el antifaz o traje y el nuevo nombre nace una nueva identidad. A veces es secreta y otras veces no, y algo similar se da en casos de la vida, como en el sargento, que al ponerse su uniforme se convierte en un tipo duro, agresivo, pero fuera de eso puede ser un padre dulce o un esposo cariñoso. El uniforme le da una identidad alternativa. Eso es porque en el mundo interpretamos diferentes papeles, y usamos diferentes vestimentas para diferentes situaciones por el efecto que estas causan. Por eso, un traje separa la identidad nuclear (familia) y la real o alternativa (trabajo) y define el rol, el lugar que ocupa el sujeto y el YO (psiquis). En el caso de los superhéroes, el disfraz no solo es por una cuestión de percepción pública y de preparación psicológica, sino que la identidad dual pretende ocultar y enmascarar, el traje guarda un secreto.

Guardar secretos: para el superhéroe, ocultar su identidad alternativa en secreto hace que corra menos peligro él y los suyos, aunque este secreto suponga un engaño, algo que mayoritariamente es considerado malo, pero ellos lo hacen en pos de defender el bien, la verdad y la justicia. Esto supone que el engaño no siempre es malo, lo mismo en el deporte o en el género literario de suspenso. En estos ámbitos, el engaño habilidoso, es admitido si se hace dentro del contexto de legitimidad creado por las propias reglas de la propia actividad, pero no fuera de estas reglas. En la vida real hay engaños que resultan permisibles desde un punto de vista ético, porque más allá de que la mentira sea considerada siempre como algo malo, en ciertas circunstancias extremas puede ser moralmente correcta y hasta obligatoria. En algunas circunstancias entonces mantener una identidad secreta puede ser lo correcto.

Pasar de una identidad a otra: tras muchos años de convivir con una identidad dual, se pueden adquirir las cualidades de la identidad alternativa a la identidad nuclear, la dualidad se vuelve entonces una singularidad porque las dos identidades se fusionan.

Toda mascara deja huella en la persona, y lo que uno llega a ser es fruto de las actividades en las que nos comprometemos a diario, si uno es consciente de esto puede ser capaz de controlar mucho mas aquello en lo que nos convertimos.

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