Karl Marx: la educación como ideología

Karl Marx: la educación como ideología

Para hablar de este tema, antes tenemos que situarnos en la época y mencionar algunos aspectos de la doctrina marxista.

Karl Marx nacio el 5 de mayo de 1818, de ascendencia judía, estudia en la Universidad de Berlin entre los años 1836 y 1841, donde fue alumno de Hegel e hizo suya la dialéctica, en 1843 se traslada a Paris, ciudad de la que es expulsado dos años mas tarde por considerarlo revolucionario para dirigirse a Bruselas, donde formuló su concepción materialista de la Historia. Su pensamiento deriva de cuatro fuentes principales: La Ilustracion del siglo XVIII, la filosofía idealista de Hegel, la economía política inglesa y el socialismo histórico francés.

Su obra transcurre en plena Revolución Industrial, el espíritu de la Revolucion Francesa es derrocado por las monarquías europeas. Se producen alianzas entre las principales potencias europeas y se le da poder político a la burguesía. Por otro lado, se empiezan a producir los diferentes movimientos independentistas en el Nuevo Mundo.

Marx centra su estudio en el mundo del trabajo y la producción entre 1840 y 1848 polarizó entre “lo real” y “lo ideal”.  Se desembarazaba del legado hegeliano y apuntaba a un empirismo. Transcurre desde los primeros trabajos sobre La filosofía del Derecho de Hegel hasta la publicación del Manifiesto Comunista. Desde 1845 Marx profesó verdadera devoción al materialismo histórico; culto personal que no terminaría hasta el día de su muerte.

En el plano cientifco, el siglo XIX se caracteriza por el surgimiento de ciencias como la sociología y la psicología y la idea de la evolución de las especies de Darwin; en este sentido podemos afirmar que Darwin es a la evolución del ser humano lo que Marx es a la evolución de la historia humana.

En el terreno cultural podemos, a lo largo del siglo se desarrolla el Romanticismo. Un movimiento cultural que hace frente a la verdad de la ciencia y busca la verdad en el arte. La Universidad se vuelve a convertir en el centro del pensamiento y la ciencia.

Podemos dividir al marxismo en dos periodos: e l primer marxismo histórico se elaboro desconociendo las obras de juventud de Marx.  Por ello no debe extrañar que se vean en Marx un científico pero jamás a un filosofo. Althusser distingue dos estadios en el pensamiento de Marx: el primero ideológico, y el segundo científico. La ideología alemana constituiría la crítica de la conciencia filosófica del primer Marx; e n el segundo periodo no realiza los análisis partiendo del ser humano, sino de una realidad social económicamente dada. Se abandona el concepto de naturaleza humana enfrentado al de individuo humano, por un nuevo par de conceptos: “fuerzas de producción” y “relaciones de producción”.

Geopoliticamente también podemos hablar de “Marxismo soviéticamente ortodoxo” y de “Marxismo soviéticamente no ortodoxo”. El primero es el bueno según Moscú y, en líneas generales se trata del Karl Marx elaborado por Engels y Lenin. Se trata de un materialismo que a su vez es realista en la medida en que sostiene el primado del ser sobre el pensar. Consideran que su concepción en científica. Gnoseológicamente son realistas ya que “conocemos las cosas tal como son”, pues la conciencia es simple reflejo del objeto. El curso de la historia se explica por sus infraestructuras de producción y, desde esta perspectiva, se habla de materialismo histórico: la cultura, las ideologías, las organizaciones son el reflejo de un substrato material que abarca tanto los “modos de producir” como las “relaciones”, establecidas entre los hombres, debidas a la producción.

Agrupamos los “marxismos heterodoxos” por áreas geopolíticas. El grupo italiano tuvo como progenitor a Gramsci, que consideraba al marxismo como una filosofía de la praxis humana y no una disecación de la dialéctica.

El grupo francés presenta tres importantes nombres: Henri Lefebvre, Lucien Goldman y Louis Althusser. Goldman defiende la tesis de la correlación entre las tensiones socioeconómicas de cada fase histórica y la civilización correspondiente. Lefebvre y Althuser se oponen entre sí en la concepción estructuralista de “lo que hay”. El segundo ha puesto de relieve el condicionamiento que padece el hombre por las estructuras. Lefebvre, está convencido de que el método estructural no alcanza la realidad.

El grupo polaco goza de un conjunto de pensadores: Kolakowski, Hochfeld, Weselowski, Lange, Schaff. Estos dos últimos son más ortodoxos. En líneas generales este grupo ha subrayado los valores humanistas del pensamiento de Marx manifestándose a favor de la liberalización.

Marcuse, Fromm, Thier, Rubel, Larshut, Axelos, se inscriben en otras tantas modalidades, al igual que el marxismo de Mao.

MARX Y LA EDUCACION

        Si bien la mayoría de los autores coinciden en que Marx nunca abordó directamente el tema de la educación, aunque, entre sus aportaciones, se aprecian ciertas referencias a las funciones sociales de la escuela, y al papel que ésta jugaba en la reproducción de las desigualdades sociales. Para Marx la educación era un proceso por el cual, el ser social va formando su mente como individuo a través de la interiorización del sistema cultural. El Sistema Educativo que impone la clase dominante configura el carácter de la educación destinada a los hijos de las clases populares. La escuela se transformo en un lugar para  formar “buenos ciudadanos”, educar buenos consumidores y adiestrar trabajadores dóciles. La escuela tradicional defiende la idealización de la autonomía de cada individualidad. Según Marx tiene poca relación con el contexto histórico.

La educación marxista supone la formación coherente y sistemática de individuos integralmente desarrollados, constructores del comunismo (fase final del marxismo) en la que se conjuga el alto nivel ideológico, la laboriosidad, el sentido de organización, la riqueza espiritual, la pureza normal y la perfección física, Estas bases científicas en la formación educativa sobre sólidos principios marxistas fueron formuladas por Marx, Engels y Lenín así como Mao, quienes vinculaban el desarrollo integral del hombre con la reestructuración de las relaciones sociales y con el activo papel que corresponde en este proceso a la gente.

Los rasgos de los ciudadanos se forman por todo el régimen de vida socialista, pero en primer lugar gracias a la labor educativa del partido (quien es la unidad encargada de llevar al pueblo hacia el comunismo).

La labor de educación en el régimen marxista supone una actividad revolucionaria y transformadora con sólidos cimientos marxistas basado fundamentalmente en la situación económica y social que es uno de los criterios básicos del marxismo le relación entre la producción y la superstructura en nuestro caso particular, la educación supone la construcción socialista y comunista de una nación.

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