Karl Marx

Introducción:

Karl Marx vivió entre 1818 y 1883 en una época rica en sucesos de diversa índole, periodo denominado Modernidad -la revolución industrial, los movimientos coloniales, los hechos de la "Comuna de Paris"- que imprimieron en él un marcado interés por las cuestiones sociales y que tuvo como resultado una extensa obra filosófica, político-económica y sociológica.

Marx sintetizó todo el conocimiento de la época en una formidable teoría basada en una concepción materialista y dialéctica de la realidad, que nos permite conocerla en su conjunto, en toda su riqueza de contenido, formas y relaciones -es decir, la realidad material, sus formas y sus nexos y riquezas de movimiento. Este conocimiento de la realidad, en manos del progreso, permite a los protagonistas de la historia influir sobre ella, actuar de acuerdo a ella y orientar su mejor desarrollo. Éste es el carácter creador del marxismo, “ya no basta comprender al mundo.....es necesario transformarlo”, es decir, el Marxismo es un instrumento para el conocimiento desde un punto de vista práctico, una herramienta creadora para la transformación de la realidad.

Su contenido, abarca la filosofía, tanto desde el punto de vista del estudio de las formaciones socio-económicas, como desde el reconocimiento de las relaciones que se establecen en ellas, entre los distintos grupos humanos que las constituyen, de acuerdo a la diversa relación que mantienen con los medios de producción, el trabajo y con el producto de este trabajo materializado a lo largo de la historia como riqueza social.

También, el aspecto sociológico de la teoría marxista incluye el análisis histórico de las transformaciones sociales, sus causas, sus formas, sus fuerzas motrices, etc.; al igual que plantea el rumbo del desarrollo histórico-natural de la sociedad actual, y prevée las formas generales de la transformación social.

Cómo y cuando surge el Marxismo

El marxismo surge alrededor de 1840, como resultado del desarrollo del conocimiento de la época y de la necesidad histórica que planteaban los acontecimientos de la sociedad.

Desde el punto de vista histórico el Siglo XIX se caracteriza, fundamentalmente por dos acontecimientos de distinto orden, que marcaran la especulación filosófica de este siglo. Por un lado, en el orden económico, la Revolución Industrial, por otro, en el orden social, las transformaciones políticas.

Con la Revolución Industrial se pasa de unas estructuras económicas, basadas principalmente en la agricultura y el comercio, a otras en las que la industria manufacturera ocupa un lugar predominante. El maquinismo sustituye al sistema de producción artesanal; la fábrica al taller artesano. Fue un proceso prolongado en el tiempo. Se inicia en la segunda mitad del S.XVIII y recorre un largo camino en su primera etapa hasta mediados del S.XIX.

La sociedad industrial estaba estructurada en grupos –Marx introducirá el concepto de clase social-. En la cumbre seguía estando la aristocracia, una parte dedicada a explotar sus tierras y otra a los negocios financieros. Luego estaba la burguesía, fruto del desarrollo del comercio y de la división del trabajo en la industria. Su auge se produjo a costa del proletariado, la clase caracterizada por su carencia de casi todo para llevar una vida humana, razón por la cual Marx la consideraba la clase revolucionaria por excelencia

A finales del siglo XVIII se derrumba en Europa el sistema feudal, donde la nobleza como estamento principal del Estado, es sustituida por la burguesía, que encontró en el proletariado su principal oposición, es así que, se asienta un nuevo tipo de formación económica-social, el Capitalismo, primero en Inglaterra y Francia, luego en Alemania y en otros países avanza en la medida que el desarrollo de sus fuerzas productivas lo permitían.

Esta visión idealista del mundo era predominante en la época, pues era la ideología de la clase dominante; sin embargo en este terreno filosófico también hubo aportes principalmente del alemán Hegel y su dialéctica.

Para Hegel nada hay fijo ni definitivo, sino que todo está en continuo proceso, en constante movimiento. Tal dinamismo de pensamiento y realidad tiene su explicación en la negatividad, en la escisión y lucha de contrarios, que son el motor que impulsa el cambio. Es decir, el proceso es dialectico, (y tiene tres fases: tesis, antítesis, síntesis; afirmación, negación, superación). El proceso dialéctico avanza incesantemente de acuerdo con la concepción típica de la Ilustración del continuo progreso y perfeccionamiento. Un progreso que no es rectilíneo; hay momentos de alienación, de hundimiento o pérdida del propio ser. Mas la alienación es paso necesario para un progreso ulterior hacia la reconciliación de las diferencias. Hegel influirá mucho en Marx con esa concepción dialéctica, en la estructura dinámica, contradictoria, y procesual de la realidad. En lo que no coincidirá Marx será en su idealismo. El agente del proceso dialéctico es la Idea. Para Hegel la realidad es Idea, Razón, Espíritu; "Todo lo real es racional, todo lo racional es real". Cualquier tipo de realidad no es más que el desarrollo de la Idea.

Marx, y su teoría

Marx se encargo de estudiar los distintos aspectos del desarrollo del conocimiento hasta ese momento histórico, dando un vuelco total y definitivo a la concepción del mundo. Si bien parte y considera que la filosofía de Hegel era la expresión más acabada de su época, la filosofía perfecta, difiere en muchos aspectos del mismo. Crea una nueva teoría en la que sostiene que ya no deberíamos ocuparnos solo de la filosofía sino en todo caso de realizarla, de llevarla a la práctica.

Para Karl la realidad (histórica social, el mundo del hombre), tiene una estructura dialéctica, que es interpretada de forma abierta y “revolucionaria”. Sostiene que las contradicciones están lejos de haber quedado conciliadas. La verdad, los principios de la razón no coinciden con el orden político-social existente. Marx señala que hay en el mundo humano un elemento irracional, inadecuado respecto de la idea, desajustado o inarmónico respecto de la totalidad y que es señal de que la verdad no se ha realizado cabalmente, de que la plena racionalidad aun falta. Este elemento de carencia es la existencia del Proletariado, testimonio de que la razón no está plenamente realizada.

El fin, para Marx, era la emancipación espiritual del hombre, su liberación de las cadenas del determinismo económico, su restitución a su totalidad humana, el encuentro de una unidad y armonía con sus semejantes y con la naturaleza. Es decir, habla

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