LA TELEVISIÓN: SOCIEDAD CON Y SIN OPINIÓN Y LIBERTAD, show de truman

Corporación Universitaria Minuto De Dios[pic 1]

Antropología Filosófica

Prof. Diego Silva    

Rafael Mendoza Llorente

ID 000367801

LA TELEVISIÓN: SOCIEDAD CON Y SIN OPINIÓN Y LIBERTAD

En el presente escrito quiero reflexionar respecto a varias preguntas que me surge al ver la película El show de Truman y leer el primer capítulo del libro Homo Videns de Giovanni Sartori, ¿la televisión que vemos nos está educando o nos desinforma? ¿Será que la televisión es un negocio y no un medio educativo: la sociedad es consciente de esto?

En la actualidad se podría pensar que la felicidad se mide según el televisor que tengas, es decir, entre más pulgadas, entre más plasma, con el mejor sonido, con la última tecnología para tener un sin número de canales y acceso a internet con el Smart TV, creemos que lo hemos alcanzado todo y que la información que tenemos es la ideal, sin darnos cuenta lo hipnótico que puede llegar hacer. Es increíble como el televisor se ha convertido en el arrullador de muchos niños, y tanto así, que estos se pasan horas mirando programas como los Simpson, Dora la exploradora, Peppa Pig, en vez de aprender cosas interesantes sobre la vida, compartiendo con niños de la misma edad o con sus familiares o amigos.

En sociedades como la nuestra podremos relacionar el ocio, el sedentarismo, la drogadicción, las pandillas y otras malas costumbres con el uso de la televisión y las nuevas tecnologías. En investigaciones realizadas en Estados Unidos los niños y adolescentes emplean más tiempo en ver la televisión que en hacer cualquier otra cosa. Las películas de acción e incluso los dibujos animados, pueden ofrecer contenidos sanguinarios, volverse inmunes al horror de la violencia, gradualmente aceptarla como un modo de resolver problemas, imitar lo que observan en la televisión, identificarse con ciertas acciones y personajes, ya sean víctimas o agresores. Un ejemplo es la película destino final V, en donde un grupo de jóvenes y sus compañeros de trabajo, se dirigen a un retiro empresarial. En el camino, al cruzar por el puente de North Bay, Sam tiene una premonición. Pero al convertirse la visión en realidad, Sam logra salvarse de la tragedia junto con otras personas, pero días después del accidente, Sam y su novia Molly descubren que la muerte los persigue a ellos y a los que sobrevivieron al horrible accidente. Ahora queda matar o morir en los hilos del destino para salvarse por encima de los demás.^[1] Esta información la podemos leer en un artículo publicado por la Academia Americana de Psiquiatría de la Niñez y Adolescencia titulado “Los niños y  la violencia en la televisión”^[2]. En él se afirma que muchos niños norteamericanos pasan un promedio de tres a cuatro horas diarias viendo televisión.

Se podría decir que la televisión no tiene por qué ser negativa, al contrario podemos decir que nos ayuda a crear posturas que nos sirven para expresar lo que sentimos y vivimos, pero la realidad es que este medio nos desconecta del entorno ya que nos muestra imágenes que nos conducen al actuar según su voluntad sin darnos cuenta. Cuando la televisión es el único medio de información que tenemos acceso y lo utilizamos para tranquilizar a nuestros niños, tiene mucho poder, ya que el niño elabora la concepción del mundo sólo a partir de esas imágenes, lo que nos lleva a pensar que aceptamos pasivamente la información y no tenemos derecho a refutar o a interactuar al respecto.

Ahora bien, podría preguntar, ¿será que entendemos que la televisión es un negocio más que un medio educativo?, la pregunta surge debido a que en casa por más que tengamos acceso a 120 canales, siempre elegimos las que nos adormecen y privan del conocimiento, esto no solo pasa en casa, también pasa en nuestra sociedad donde tenemos acceso a infinidad de canales que tienen información científica, política y de iteres que nos sirven para incrementar nuestros conocimientos, pero decidimos ver noveles, series de tv con temáticas del contexto que no llevan a ningún saber. Al contrario buscamos programas diverso llenos de morbo pues no nos interesa educarnos, no nos interesa saber qué pasa con el mundo real, ni siquiera nos interesa ya nuestro prójimo, incluso nos molesta que nos interrumpan para decirnos algo importante, porque hay un partido de fútbol, porque están las noticias, porque estamos tan ocupados con lo irreal que no podemos ocuparnos de lo que pasa a nuestro alrededor, como si viviéramos en una farsa constante, en donde la vida real esta manejada sin  darnos cuenta en una rutina  que la televisión cada día nos muestra y que imitamos inconscientemente, manipulados por las imágenes ficticias que nos conducen a ser iguales a ellas, imitando personajes o actores, llevándonos a un consumismo, el cual nos puede conducir a vivir de apariencias, porque así nos manipula la sociedad, imitando a los famosos, para así vivir una vida cómoda e imaginaria; pero a la vez ignorante. Antes de la tv podíamos decir que teníamos nuestra propia razón, ahora manejamos un sistema informativo que sólo es un conjunto de creencias que nos hace cada vez seres más “felices” y cada día más ignorantes, algunos nos damos cuenta, pero nos reusamos a abrir los ojos y ver la vida que hay fuera de la televisión, fuera del plasma, en una realidad que está en nuestras narices y no la conocemos.

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