La justicia y el bien en el proceso de paz en Colombia.

Colegio Santa Francisca Romana

Presentado por: Sofia Benavides Vesga

Curso: 10b

Presentado a: Noel Rodriguez

Fecha: Enero de 2017

Tema: Ensayo foro de filosofía

        La paz es posible, ahora, ¿Qué tan justa será?        

“Seguramente el acuerdo logrado, no es el acuerdo perfecto, pero es el mejor acuerdo posible”

Humberto de la Calle

La Violencia ha sido un tema que se ha perpetuado a lo largo de los años en Colombia. Han sido décadas en las que por una inconformidad política se han visto enfrentamientos tanto de los grupos armados ilegales, como del estado colombiano.  Después de 50 años, se firma el proceso de paz (2016) en el cual su objetivo es fin del conflicto armado con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y la construcción de una paz estable y duradera. En este contexto la justicia y el bien son conceptos claves para que se cumplan los objetivos propuestos.

Desde que se empezaron a consolidar los partidos políticos, las minorías excluidas por el estado empezaron a manifestarse, creando el inicio de un periodo de inestabilidad en país, en el que han muerto más de doscientas veinte mil personas por el conflicto armado (S.A., 2016). Así mismo se reportan más de trece mil secuestrados durante esas décadas. Ambas son cifras alarmantes, sobre todo para ser un país en el cual no hay guerra oficialmente declarada, sin embargo, muchos ciudadanos viven su cotidianidad con miedo.

Las FARC, con el tiempo, pasaron de ser solamente campesinos buscando una mejor oportunidad de vida junto con un grupo de oposición política a manifestarse violentamente contra el gobierno y el pueblo, financiándose principalmente mediante la extorsión de los secuestrados Así mismo estos acuden a los negocios ilegales como los son el consumo y contrabando de droga, volviendo todo el tema de la guerrilla una mafia de incontrolable crecimiento debido al comercio con el exterior. Con el proceso de paz, llegamos a un acuerdo en el que tanto los negociantes (el estado y el grupo guerrillero) como el pueblo colombiano estén satisfechos con unos parámetros para acabar la violencia y que se beneficien ambas posiciones, pues somos una sola Colombia. Para solucionar un conflicto que lleva latente tantos años, se deben tener claros los puntos de negociación, en los cuales no importa tanto su cantidad, sino la transparencia con la que se lleven a cabo, y sobre todo la justicia que haya en cada uno de ellos para llegar al sueño de todo colombiano, una paz estable y duradera.

Si el ideal de una sociedad es que todos convivan en armonía, cuando unos van a la cárcel justa o injustamente, otros están muertos por razones adversas a la naturaleza humana, otros se desentienden de la sociedad viviendo egoístamente, otros fingen que todo está bien resolviendo los problemas con sus recursos ¿Cómo es esa una sociedad buena? O más bien: ¿Cómo son todos aquellos sucesos justos? Antes de resolver esa pregunta habrá que preguntarse, ¿Qué es lo justo? ¿Qué significa la justicia? Según Leibniz, la justicia es desear el bien ajeno como propio siendo prudentes con nuestras acciones, saber que lo que se hace está bien pensando en el bien común, y así no caer en la falsa ilusión de justicia por el poder, es decir, confundir el derecho con la ley, pues el derecho es naturalmente justo, pero la ley está abierta a la libre disposición de quien tenga el poder, por lo tano, no siempre es justa. Así mismo se debe pensar con cabeza fría con el tema de la paz, pues que los miembros de las FARC no harían mayor bien en la cárcel del que si estuvieran libres.

Cuando algo es justo, de por sí ya es bueno, pues no se puede concebir algo que sea justo y malo, porque estaría predominando el bien individual, lo que pasaría por ejemplo en una monarquía, y como se sabe, no es una estructura gubernamental sustancialmente justa, pues el poder recae sobre una persona normalmente, y es ahí donde gracias a la justicia entendida en el marco de la teoría de Charles Darwin de la Selección natural aplicada al poder, se confunden el derecho con las leyes. Por ésta razón está la mesa de negociadores, en la que hay varias personas decidiendo el futuro de la paz de un país, con diferentes argumentos y formas de analizar la situación, procurando que todos los puntos de vista sean tomados en cuenta para un mejor acuerdo.

Bajo los parámetros a continuación establecidos por el acuerdo de paz en Colombia, estableceremos tres puntos de vista frente a una misma justicia.

Las FARC dejarán sus armas a la ONU y ante un tribunal especial de paz, repararán a las víctimas y garantizaran su derecho a la verdad, a la justicia y a que nunca se repita lo que les pasó. Los responsables recibirán una sentencia de cinco a ocho años de restricción efectiva de la libertad, siempre y cuando aporten verdad y construyan infraestructura, hagan desminado humanitario y contribuyan a la búsqueda de los desaparecidos. En su tránsito hacia la vida civil, los excombatientes recibirán apoyo para su reincorporación tendrán atención psicosocial, ayuda económica, y podrán participar en política. Por los próximos dos periodos legislativos de 2018 y 2022, se les garantizará (si no alcanza los votos suficientes) cinco curules en el senado y cinco en la cámara de representantes, serán diez de los doscientos sesenta y ocho congresistas actuales. Habrá garantías y seguridad para la oposición y la protesta social. Una Colombia en la que todos puedan expresarse sin temor a ser amenazados o asesinados. El acuerdo de paz es para todos los colombianos. Sobre todo los que más han sufrido por la guerra, por eso se hará un fondo de tierras para distribuirlas entre campesinos sin tierras o con tierras insuficientes, también, programas de vías, electrificación distritos de riego, salud y titulación de tierras ayudaran a erradicar la pobreza del campo. Habrá un plan de sustitución para cambiar los cultivos de coca por proyectos ilícitos, que den al campesino buenas alternativas de vida (Acuerdo de Paz en Colombia, 2016).

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