La subjetividad de la belleza

SUBJETIVIDAD DE LA BELLEZA

¿Qué define la palabra “belleza”? ¿Realmente es bello lo que  creemos bello? Según la RAE, la belleza es “la cualidad de bello” o bien “Persona o cosa notable por su hermosura”, pero sabemos que la belleza es subjetiva, dado que no hay normas o reglas que me guíen o me enseñen qué es lo verdaderamente bello, cómo debe de ser, o qué cualidades tener para entrar a la categoría, y al no tener ese rango de descripción, cada uno juzgamos y valoramos si un objeto o persona posee esa cualidad de acuerdo a nuestro criterio, modas e incluso un época determinada o culturas.

Por estas razones considero que la belleza es subjetiva, pues lo que yo veo como bello, no lo será para otro y lo que yo vea como repugnante será hermoso a la vista de otro, porque la belleza no está en los objetos o las personas sino en la mente que los aprecia; porque hasta un objeto que normalmente no es lindo, tiene una belleza escondida, sólo es cuestión de saber apreciarla.

También lo confirmó la ciencia, según la doctora Laura Germine del Hospital General de Massachusetts, autora del estudio, dice que las personas están más propensas a desear y a ser atraídos por las personas que tienen las facciones similares a las propias, estas se empiezan a ver más atractivas y viceversa. Así que las personas que crean un ambiente positivo identifican los rasgos faciales de esa persona como más bellos.

La mayoría cree reconocer la belleza, que es sinónimo de lo bueno, con todo lo que nos atrae al verlo, con todo lo que produce placer y pasión a nuestros sentidos, pero siempre hay alguna cosa o detalle que nos hace olvidar que no todo lo que brilla es oro, no todo lo que produzca un deleite es tractivo; normalmente buscamos la belleza en las apariencias físicas de las personas o el objeto en cuestión, sin pensar que la belleza es una manta encima de un mueble viejo, sólo sirve para evitar el polvo, pero lo que vale está es adentro, o bien una fruta, que al pelarla sacas lo que realmente importa.

Estamos acostumbrados a relacionar la fealdad a lo indeseable, a todo lo malo, pero no siempre la belleza es visible ante nuestros ojos, pues hay muchas otras cualidades que pueden reflejar belleza, belleza interior, aquella que se encuentra oculta y que solo las personas inteligentes y sabias de corazón logran captar, pues la verdadera belleza empieza cuando acaba la superficialidad  y empieza la capacidad intelectual. Siguiendo con la analogía de las frutas, el intelecto sería el pelador, con el cual quitas y desenmascaras la fruta para conservar y comer lo valioso, lo bello, la pulpa.

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