Los Misterios de Eleusis: La Felicidad en el más allá
Enviado por pierosh3 • 9 de Noviembre de 2022 • Ensayo • 2.986 Palabras (12 Páginas) • 76 Visitas
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Los Misterios de Eleusis: La Felicidad en el más allá
Grecia ocupa un lugar importante en la fase inicial de la Historia de la religión en Europa, y porque no decirlo en el mundo entero. Si nos remontamos a tiempos pre – histórico, veremos que la religión griega tenía como característica fundamental la individualidad, así por ejemplo, además de la religión israelita, que profesaba en un solo Dios, Yahvé; también, lo era la religión griega. Algunos rasgos primitivos de la religión griega lo encontramos, en la Iliada y la Odisea de Homero. Para Homero, el comportamiento religioso[1] es lo más natural , es decir, entre los griegos su comportamiento no era especial, sino todo lo contrario, estaba exclusivamente orientado por su dirección : ¿Hacia quién? Y eso suponía ¿Hacia donde? . De esta manera, un comportamiento superior y digno del ser humano, según la concepción de Homero, dependía del saber y del ver. El propio poeta es quien posee el saber supremo y la visión clara; así, un fenómeno característico de la religión, es que un poeta como Homero pudiera saber más y se aleccionara a los otros en su estilo poético sin exponer su doctrina.[2]
Sin embargo, no debemos dejar de lado, el rasgo mitológico[3]de la religión griega , pues se asocia con un antropomorfismo, con una preferencia por la figura humana. El auténtico mito es verdadero como es verdadera una auténtica palabra épico - lírica . La verdad humana corresponde siempre y cuando no se trate de un mito producido con cierta intencionalidad, es decir un mito falsificado . Si Homero, poeta, desempeñó un papel determinado para la religión griega, tal cosa se debía al papel determinante del mito. El hombre común y corriente, por el grado de sus saber, sólo decía Theos o Zeus, y asimismo pronunciaba el nombre de un dios concreto cuando, aleccionado por un culto conocido , podía conocer el ámbito de acción de este dios. Los dioses en plural, Zeus y los nombres propios de los dioses permitían la invocación , la oración, a apelación. Sólo el poeta ve a los dioses, sabe cuál actuaba o actúa y puede contar con ellos, o sea, “decir mito”.
Un punto importante dentro de la mitología era la familia olímpica de los dioses: una imagen poética de la residencia de la convivencia de los dioses en la montaña más alta de Grecia que, con independencia de la variedad de verdaderos lugares de culto, poseía validez como expresión precisamente de esta complejidad. Esta imagen de familia olímpica pudo valer durante toda la historia griega por su carácter humano, como imagen de una familia.[4]Así observamos que la familia es la más próxima al ser humano que el estado[5], y en Grecia no llegó a evolucionar hasta convertirse en una estructura uniforme e idéntica en todos los estados . ....De esta manera, se reunía a los dioses de manera apropiada no como deidades de alguna tribu o estado, sino como dioses y diosas de los hombres y mujeres en las diversas edades y formas de la vida, en sus ocupaciones, en todos los ámbitos de la existencia y con todos las pretensiones, incluidas las de origen matriarcal. Sin embargo, todas las pretensiones de dioses y seres humanos se adaptaban al dominio de Zeus.
El Misterio: Una puerta a lo numinoso
Un concepto ligero de misterio no significa otra cosa que lo oculto y secreto, lo que no es público, lo que no se concibe, lo que ni se entiende, lo que no es cotidiano y familiar.[6] Rudolf Otto, destaca como característica de misterio lo tremendo; ésta palabra viene de tremor, que no significa otra cosa que temor; un “sentimiento natural” muy conocido, con la palabra temor no debemos entender miedo ha alguna cosa determinada: fantasmas, monstruos, marcianos, o cualquier espectro , poco conocido por nuestros ojos; sino todo lo contrario de trata de un temor íntimo experimentado por las personas que han visto algo “GRANDIOSO”.El concepto de Misterio está ligado con tal fuerza a su predicado sintético de tremendo, que apenas puede nombrarse a uno sin que el otro resuene sintónicamente.
Ahora bien, “Misterio” y “Tremendo” en su esencia son dos aspectos y dos sentimientos del Noumen, claramente diferenciados; y, en efecto, a veces el misterio prepondera y se manifiesta con tal semejanza en el primer plano, que el otro retrocede y casi se extingue.
El Misterio por sí sólo, separado de lo tremendo, puede ser designado con mayor exactitud por la palabra mirum o mirabile. Ahora, mirum no equivale a admirar, sino tan solo a asombrarse, sorprenderse. Asombrarse en su verdadero sentido; porque éste, al principio, es un estado de ánimo que se manifiesta exclusivamente en la esfera de lo numinoso, y sólo en la forma más desvaída y generalizada, que llamamos asombro, se transfiere y pasa a otras esferas. Pues bien, creo que la palabra exacta o aproximada para que se designe la reacción específica que provoca el misterio, en el ánimo del hombre es : el estupor[7].
El estupor es diferente de temor. Significa el asombro intenso, el pasmo, el quedarse con la boca abierta. Así, el Misterio, en su acepción general, como lo mencionamos al inicio de este apartado, significa solamente , lo que no se comprende y no se explica. Pero, el Misterio religioso, el auténtico Mirum es lo heterogéneo en absoluto, lo extraño, lo chocante, lo que sale resueltamente del círculo de los consuetudinario , comprendido, lo familiar, íntimo, oponiéndose a ello, y, por tanto coloca el ánimo de intenso asombro.[8]
Los Misterios en Grecia[9]:
En el santuario de Eleusis se realizaba la representación de un drama sagrado en que tanto los iniciados como los oficiantes tenían un papel que desempeñar, hasta que acababan por experimentar como actores lo inefable; la totalidad de sus sentidos y emociones se veía sacudida por lo que de allí en adelante sería por siempre lo inexpresable.
En el relato del mito se concilian muchos temas. En una lectura superficial, se aluden etimológicamente diversos elementos del rito, esto es, se presentan en el mito, como ocurridos por primera vez, una serie de gestos que se repiten en el ritual, actualizándolo, año tras año. Así la búsqueda con antorchas de Deméter es como la que hacen los iniciados en una parte del ritual. El silencio de la diosa, el ayuno, el asiento en un lugar cubierto de un vellón, la bebida del ciceó son también correlatos de acciones llevadas a cabo por los iniciados.
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