La Felicidad
Enviado por Ecam • 13 de Febrero de 2012 • 301 Palabras (2 Páginas) • 323 Visitas
Se han encontrado muchos enterramientos neandertalenses, pero en ninguno de ellos había rastro de abalorios ni de objetos de adorno corporal. Los primeros adornos personales debieron aparecer un poco más tarde, hace sólo unos cuarenta mil años. Durante muchísimos siglos aquellos primigenios esbozos de humanidad, "nuestros primos lejanos" como diría Lord Dunsany, no sintieron necesidad de embellecerse ni emperifollarse en modo alguno... a menos que se adornasen con joyas más frágiles, como hojas o flores, de cuyas guirnaldas no nos han llegado testimonio. Yo me atrevería a suponer que fue precisamente así, pues no imagino a seres propiamente humanos y los antropólogos me dicen que esos neandertalenses lo eran carentes de exuberante coquetería, de vanidad autoafirmativa, de cierto pavoneo en el filo mismo de una naturaleza no demasiado amable y de los agobios cotidianos por retrasar la inevitable muerte.
De eso sí que podemos estar al menos seguros, de que sabían con toda certeza que iban a morir: serían admisibles en último extremo hombres sin adornos ni cosmética, pero no desde luego sin conciencia de su destino mortal. Convencidos de su muerte, más o menos próxima, y luchando contra ella y contra todo lo demás privaciones, desastres, pánicos ante lo desconocido tengo por razonablemente seguro que los neandertalenses se decoraban como podían, se pavoneaban y también se gastaban unos a otros pequeñas bromas. Ciertos antropoides ya casi hacen todas estas cosas, sin barruntar la certeza de la muerte: aquellos primeros hombres, puesto que lo eran, no pudieron dejar de hacerlas. Presumían ante la muerte y su necesidad y mostraban por medio de los adornos una paradójica exaltación íntima. ¿Cómo llamaremos a esa exaltación? Júbilo vital, albricias por durar sin perecer, felicidad, agradecimiento por estar todavía en el mundo, sintiendo miedo y carencias, esforzándose, conociendo la inminencia irrevocable de lo fatal...
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