Pensamiento Político de algunos Filosofos
Enviado por rizzoli07 • 7 de Junio de 2017 • Ensayo • 4.197 Palabras (17 Páginas) • 282 Visitas
1.- Pensamiento Político y Filosófico de Platón.
La teoría política de Platón se desarrolla en íntima conexión con su ética. La vida griega era esencialmente una vida comunal, vivida en el seno de la Ciudad-Estado e inconcebible aparte de la ciudad, hasta tal punto que a ningún griego genuino se le habría ocurrido nunca que alguien pudiese ser un hombre perfectamente bueno y cabal, manteniéndose ajeno por completo al Estado, puesto que sólo en la sociedad y gracias a ella es posible que el hombre viva como es debido. Aunque en Grecia predominaba el individualismo, Platón veía en el hombre a un ser social, codependiente de sus congéneres. Una de sus mayores preocupaciones como filósofo fueron la felicidad y la justicia. Así, en sus diálogos La República y Las Leyes vemos cómo hilvana una teoría ético-política donde asienta las ideas de cómo debe ser el estado ideal, que brinde felicidad a todos los ciudadanos, dentro de los límites de lo que podía considerarse justo. De allí que antes de exponer cualquier idea política se toma el trabajo de delimitar o aproximarse a un concepto de justicia.
Para Platón la moral individual era la moral del Estado, ya que éste se componía de individuos. Curiosamente pensaba que si el hombre conocía lo que era bueno actuaría naturalmente con bondad, y por ende, que el origen del mal era el desconocimiento del bien moral. Igualmente, este filósofo pensaba que el fin de le ética era la felicidad de cada individuo y el fin de la política era la felicidad del estado.
Asimismo, consideraba que en el hombre existen tres motivaciones que se corresponden a tres tipos de alma. En primer lugar el alma apetitiva que busca la satisfacción de los deseos como sexo, comida, etc. El alma irascible es en la que reside la agresividad y el deseo de lucha, generalmente está aliada al alma racional. Por último, el alma más importante, la racional, se identifica con nuestra inteligencia teorética y ética, es decir, es aquella parte que construye argumentos y reflexiona sobre conceptos. La justicia para Platón es que la parte racional controle a la parte irracional y apetitiva con ayuda del alma irascible. Así la justicia queda definida como aquel estado de cosas en donde cada uno atiende a lo suyo y cumple su función.
Del mismo modo que existen tres almas en el hombre, en el Estado deben existir tres partes; el Estado justo será aquel en el que sus partes cumplan sus funciones más armónica y estrictamente. La masa trabajadora se corresponde al alma apetitiva en el Estado; el ejército se corresponde al alma irascible; y, por último, los filósofos son al Estado lo que el alma racional es al individuo. La función de la clase filosófica es la de gobernar el Estado, del mismo modo que el alma racional en el hombre justo debía controlar sus actos; los guardianes tienen como propósito defender el Estado y auxiliar a los filósofos en la tarea de gobernar pero siempre estando a sus órdenes; finalmente, el pueblo trabajador tiene como función cumplir las órdenes que emanan de las otras clases superiores.
Así entonces, la sociedad de la polis se divide en estos tres tipos (productores, guerreros, guardianes). Los productores han de cultivar la virtud de la templanza. El modelo educativo es diferente al del resto. Los guerreros han de ser educados en base a otro ideal, porque su virtud debe ser la fortaleza. Los guardianes han de ser educados para cultivar la virtud de la prudencia (música, filosofía, etc.) y de aquellos que demuestren la mayor capacidad saldrán los gobernantes.
Definitivamente, para Platón la polis perfecta es aquella en la que se da este equilibrio, y por lo tanto existe justicia. La virtud máxima es la armonía, una “aristocracia” del saber, donde los mejores ejerzan el gobierno de la polis. Pero cuando en este estado ideal los guardianes guerreros empiezan a ocupar la posición que le correspondía a los filósofos aparece el primer sistema político degenerado: la “timarquía” (gobierno de los militares) que degenera en “oligarquía” (gobierno de pocos) en donde la clase dirigente está compuesta ya no por los guerreros sino por aquellos que poseen las riquezas pero los pobres se alían entre sí y arrebatan el poder a los más ricos estableciendo en lo posible un sistema igualitario de participación política y la mayor libertad posible. El problema según Platón de la democracia es que los ignorantes tienen tanto poder como los sabios y la multitud se cree experta en todos los temas.
Por eso, en su libro La República trata de proponer un Estado ideal, como un modelo que todos los estados deberían imitar.
Platón estaba convencido que todo gobernante de un Estado ideal debe saber en qué consiste el arte de gobernar y qué es lo que debe hacer, porque si no lo sabe, o no tiene la habilidad para ejercer eficazmente esa función, puede hundir tanto al Estado como a sus ciudadanos.
De modo que, la filosofía permite a un gobernante evaluar lo que es mejor para la sociedad y para los ciudadanos; por lo tanto, las personas más adecuadas para gobernar, que podrán liberar a las comunidades del flagelo de los malos gobernantes, son los filósofos o bien, aquellos que ya tienen el poder y se conviertan providencialmente en verdaderos filósofos. Es decir, el individuo se hace mejor con el conocimiento, la educación de los sabios mejora al individuo y por tanto a la comunidad.
Por otra parte, Las Leyes es una de las obras más extensas de Platón. En ellas el filósofo replantea muchas de las ideas expuestas en La República, buscando un acercamiento más práctico y realista; ya no hay tres clases sociales sino que el poder político está repartido entre todos los ciudadanos; se abandona el comunismo a favor de un reparto proporcional de la riqueza; y se concede un papel central a las leyes en la vida política en vez de a la buena voluntad de los filósofos-guardianes.
Sin embargo, recordando a los filósofos-guardianes Platón instituye el Consejo Nocturno como institución política suprema constituida por hombres sabios encargados de vigilar el cumplimiento de la ley y hacer las reformas legales necesarias.
En conclusión, el estado fuertemente jerarquizado ideado en La República ha dado paso a una división del poder político más democrática pero es igualmente obvio que para Platón las libertades individuales ocupan en sus dos proyectos políticos un papel muy secundario. De modo que, ideas como el rechazo a la tiranía y a la democracia se mantienen; a la primera por considerarla una ausencia total de la libertad política y a la segunda por catalogarla como un exceso.
También está claro que para Platón la decadencia se origina en las élites. La ciudad estará a salvo mientras esté protegida del cambio, y todo cambio se origina en una disensión de la clase dirigente. Sin embargo la alteración originaria de esta ciudad fundada y constituida para durar, pero construida en el elemento del devenir, se producirá por una fractura en el cálculo de este devenir mismo.
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