Postulados de Hegel

Hegel postula que la moralidad es la esfera de la voluntad individual que intenta determinarse a sí misma hacia el bien y el deber ser, convirtiendo en “principios suyos los principios legales universales”. Sin embargo, se aleja de sus postulados al distinguir la moralidad de la eticidad, y señalar que ésta última deriva de la autoconciencia, la cual establece deberes concretos, provenientes de las instituciones, leyes y costumbres racionales. Para comprender de mejor forma esta diferencia planteada por Hegel, es posible decir que, “el hombre ético es el hombre sumido en las costumbres, las leyes, los deberes; no apela a su conciencia para decidir lo que debe hacer o dejar de hacer (…). El hombre moral, en cambio, es el hombre que se interroga a sí mismo, que no acude a ningún poder o autoridad externos, sino que reflexiona sobre sí y convierte a su propia conciencia en un absoluto”.

A raíz de esto, para Hegel, todo lo que involucra la eticidad implica la idea de libertad, ya que el centro de acción de la persona se encuentra determinado por “la propiedad privada, la familia con sus derechos, la corporación en la que se le garantiza el trabajo, la subsistencia, etc.”, y es sólo dentro de estos límites donde puede desarrollar plenamente su autonomía moral. Es decir, la libertad en Hegel supone un horizonte social, que está delimitado por su realidad, esto es por el derecho, la moralidad, la política, y la economía, y que en definitiva, determinan el ámbito de acción en el cual la persona puede desplegar su libre albedrío. Dicho autor expresa esto de la siguiente forma: “la eticidad es la idea de la libertad, en cuanto el bien viviente, el cual tiene en la autoconciencia su saber y su querer, y mediante cuyo actuar tiene su realidad, así como ésta tiene en el ser ético su finalidad motor y su fundamento que es en sí y para sí”.

Hegel entiende la libertad como un horizonte social que abarca las diferentes dimensiones del quehacer humano, dentro del cual el individuo puede desarrollar o desplegar su autonomía moral. Hegel disiente que la autonomía individual pueda estar por encima de las exigencias de la comunidad social, al no considerar posible que la libertad subjetiva individual pueda imponerle leyes, deberes y costumbres a la realidad social, pero sí que se produzca la situación inversa.  

Hegel considera que una doctrina de los deberes, en cuanto “extrae su material de las relaciones como están dadas”, libera al hombre “de la dependencia en la que él se encuentra en la mera tendencia natural, así como de la opresión en la que él está como particularidad subjetiva en la reflexión moral del deber y del poder”. Es decir, no someten al hombre a un enfrentamiento constante con su máxima, aislándolo de su propio contexto social, de lo que se ve librado con el establecimiento de deberes objetivos impuestos por las instituciones, leyes y costumbres.

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